La ciudad y la memoria, protagonistas de 'Madrid'
Basilio Mart¨ªn Patino rueda un filme sobre los vestigios de la guerra en la metr¨®poli de hoy
La ciudad y la memoria son los protagonistas de Madrid, la pel¨ªcula que Basilio Mart¨ªn Patino quer¨ªa rodar hace tiempo. El cineasta es fiel a sus pasiones. Aunque asegura que no le obsesiona la memoria, parece claro que alimenta su caudal expresivo. Su filmograf¨ªa prueba su afecto, por im¨¢genes del pasado, desde Canciones para despu¨¦s de una guerra hasta Caudillo o Los para¨ªsos perdidos, su ¨²ltimo filme. Ver¨®nica Forqu¨¦, Rudiger Vogler, Jos¨¦ Prat, Javier S¨¢daba, Carlos Paris y Ana Duato son algunos de los int¨¦rpretes de Madrid, que ha contado con un presupuesto inicial de 90 millones de pesetas, con ayudas del Ministerio de Cultura y de TVE. La pel¨ªcula combina la ficci¨®n con el documental y ofrecer¨¢ im¨¢genes in¨¦ditas de la guerra civil.
Madrid es una de las obsesiones del autor de Nueve cartas a Berta, nacido en Lumbrales (Salamanca) en 1930, y diplomado por la Escuela Ofic¨ªal de Cinematografia en 1960. Madrid y la historia, Madrid y el cine, Madrid y el documental, Madrid y c¨®mo reflejar el aroma, la luz y el misterio de una ciudad como Madrid.Las semanas de rodaje son cinco. Cuando se inicia la tercera, se rueda en el ¨²ltimo piso de una finca de la Cava Baja. El director pianifica las pr¨®ximas escenas. El equipo bromea sobre el tiempo transcurrido desde el rodaje de Los para¨ªsos perdidos "Hace tanto tiempo...". Un ¨²ltimo piso sin ascensor. La escalera se bifurca cada dos descansillos y accede a pasillos que comunican con otras puertas donde viven otros madrile?os.
La casa donde se rueda fue del fot¨®grafo Illera, y a Patino, como a cualquiera que sepa leer Madrid, le enarnor¨®. La luz entra a raudales. Desde los amplios ventanalles del piso reconvertido se ven los bulbos del tejado del mercado de La Cebada. Cuando la casa se construy¨® ya no hab¨ªa ajusticiamientos en la plaza. En la azotea, la sombra de la calle estrecha es apenas un recuerdo. Y el director mueve las manos como si entre ellas tuviera la c¨¢mara. Una lenta panor¨¢mica, al final de la pel¨ªcula, desde, por ejemplo, la c¨²pula de la iglesia se San Andr¨¦s, en la plaza de los Carros, hasta la torre de Madrid
Las arrugas de las casas
Madrid es la historia de un periodista alem¨¢n que llega con el encargo de su emisora de televisi¨®n de rodar un documental sobre los vestigios de la guerra civil en el Madrid contempor¨¢neo.Pero la ciudad engatusa al alem¨¢n, y fragmenta su cabeza cuadrada, se enamora de una joven madrile?a y se olvida del reportaje. Se sumerge en el r¨ªo de Madrid.
El pretexto est¨¢ hecho a la medida de Patino, que ha escrito el gui¨®n, que har¨¢ el montaje, que dirige la cinta. Confundir documental y ficci¨®n.
El director dice que si Gonzalo Su¨¢rez no se hubiera anticipado, el t¨ªtulo de Madrid ser¨ªa Ep¨ªlogo, ya que se trata de un "resumen de las anteriores pel¨ªculas Reflexiones sobre el cine anterior, resumen y s¨ªntesis. No la pod¨ªa haber concebido sin las anteriores". La luz entra en la cocina de lo que fue el estudio de Illera. Es una luz de octubre, pero los vidrios la requiebran como una lupa, y hacen que Patino entrecierre los ojos, cierre un ojo por completo, ojos peque?os y probablemente azules.
Le preocupan "los problemas de la realidad para captarla". La realidad no se deja. "D¨®nde termina el documental y comienza la ficci¨®n". La materia prima es Madrid, "una materia prima muy expresiva", explica. "Es muy dificil insertar el documental en la ficci¨®n. Lo que ahora hacemos es acumular material. El montaje lo hago yo personalmente, y no se puede desvincular del gui¨®n o de la realizaci¨®n", dice.
El director desde?a el realismo -"es una gran mentira"-, y asegura convencido que con la ficci¨®n se cala m¨¢s hondo en la piel de la ciuadad que con el documental.
"Hay algo que el cine no capta y que el novelista s¨ª, a trav¨¦s del mon¨®logo interior, ese fluir de la conciencia. Con la ficci¨®n se llega m¨¢s adentro. Los aromas no son una visualizaci¨®n, son un antes y un despu¨¦s. Es dif¨ªcil de calmar, penetrar m¨¢s en el ser humano. Calar m¨¢s en los sentimientos". Y vuelve a la memoria: "La memoria forma parte de nosotros. Madrid es un resultado. Sin ese pasado ser¨ªa una banalidad, de ah¨ª que la visi¨®n de Madrid pueda parecer enga?osa. No es una ciudad tan monumental como Roma o Par¨ªs, pero tiene tina vida interior que est¨¢ presente en las arrugas de las casas, como las cicatrices de las personas".
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