Comienzo de un estilo
Una de las primeras muestras de la apertura que Garc¨ªa Escudero puso en bandeja al comienzo de la d¨¦cada de los 60 a los alumnos de la Escuela de Cine reci¨¦n diplomados, y que dio lugar al llamado nuevo cine espa?ol -expresi¨®n equ¨ªvoca bajo la que, no obstante, se esconde la semilla de lo mejor del cine espa?ol de hoy-, es este Del rosa al amarillo, primer largometraje de Summers.Merece verse esta singular obra primeriza porque contiene -cosa muy poco frecuente- el n¨²cleo del estilo de un cineasta que, a rasgos generales, no ha cambiado sustancialmente en m¨¢s ole 20 a?os de trabajo. Lo mejor del futuro Summers est¨¢ presagiado por las delicadas y peculiar¨ªsimas im¨¢genes de este filme lleno de encanto y distinci¨®n.
A Manuel Summers no se le ha analizado bien, sino incluso muy mal, desde sectores de la cr¨ªtica -y quien firma este comentario confiesa que escribi¨® hace m¨¢s de quince a?os con flagrante injusticia sobre su filme La ni?a de luio- autoconsiderados con petulancia de izquierdas. De esta forma, una parte de lo mejor de este cineasta ha sido ignorado, por los receptores identificados con esta cr¨ªtica, m¨¢s por razones ideol¨®gicas que estrictamente cinematogr¨¢ficas.
Del rosa al amarillo cuenta dos historias que, cada una a su manera, componen un binomio de ant¨ªpodas inseparables. Los dos mediometrajes -Summers es un maestro de las formas cortas- son antol¨®gicos, est¨¢n llenos de im¨¢genes inundadas de una iron¨ªa y una ternura inolvidables.
Son dos peque?as joyas de cine de amor que, juntas, hacen una joya mayor del cine espa?ol, a las que hay que contemplar y en las que hay que buscar su condici¨®n de fuente de un estilo e incluso de una manera de hacer y ver nuestro cine sin equivalente. Quedar¨¢n, como quedar¨¢n muchas cosas de la l¨®gicamente irregular obra de este cineasta.
Del rosa al amarillo se emite hoy a las 16.05 por TVE-1.
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