Disney engola la voz
Despu¨¦s del ¨¦xito enorme obtenido con el primer largometraje de animaci¨®n -Blancanieves y los siete enanitos (1937)-, Disney decidi¨® sistematizar la experiencia y de ah¨ª surgieron en los estudios de Burbank Pinocho (1940) y Fantas¨ªa. ?sta era una producci¨®n que retomaba la f¨®rmula de las llamadas sinfon¨ªas tontas e intentaba darles una dimensi¨®n de arte culto.La selecci¨®n de compositores ya es de por s¨ª significativa, aunque se trate de temas muy populares. El chantaje cultural encontraba su continuaci¨®n con la utilizaci¨®n que se hace de Leopold Stokovski y con el tratamiento visual que se da a la orquesta, vista siempre como un conjunto de siluetas recortadas cuyas sombras, gigantescas, se proyectan sobre un fondo de color que cambia seg¨²n sea un instrumento u otro. Adem¨¢s, las ilustraciones de los pasajes musicales s¨®lo en un caso recurren al star-system, concretamente a Mickey Mouse.
Fantas¨ªa
Directores: Samuel Armstrong, James Algar, Bill Roberts, Paul Satterfield, Hamilton Luske, Jim Handley, Ford Bebbe , T. Hee, Norman Ferguson, Wilfred Jackson. Producci¨®n: Walt Disney, 1940. Cines Alcal¨¢ Palace y Amaya. Madrid.
El resto de los dibujos se lanza a crear mundos a partir de las sugerencias sonoras, y el suyo es un salto sin red, atrevido, que si en unos casos intenta el maridaje imposible entre Murnau y Ferr¨¢ndiz o entre la mitolog¨ªa griega y la mentalidad de un productor de Hollywood, en otros inventa y opta por enlaces contra natura. No deja de tener su gracia la insensatez de La danza de las horas, con sus hipop¨®tamos con tut¨² y sus elefantes danzarines, qui¨¦n sabe si trivializaci¨®n de los proyectos no realizados con Dal¨ª, y el conjunto -excepci¨®n hecha de la cursiler¨ªa con que se ilumina la Sinfon¨ªa pastoral- es siempre un derroche de inventiva visual, de capacidad para jugar con las apariencias, transformando las rocas en seres monstruosos o los rayos de luz en gotas de roc¨ªo.
Fantas¨ªa es una perfecta s¨ªntesis de lo mejor y lo peor de Disney, una explicaci¨®n indiscutible de por qu¨¦ pod¨ªan coexistir en sus proyectos un lado de Esopo del siglo XX y otro de Rafael del mal gusto. Ese ¨²ltimo aspecto es el que siempre ha sido m¨¢s se?alado, olvid¨¢ndose lo que hay de vanguardista en su obra, el enorme talento y esfuerzo que hay detr¨¢s de cada dibujo.
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