No son tantos los hijos no deseados
El pasado 12 de octubre, en la primera pagina de EL PA?S, se anunciaba una informaci¨®n preocupante para la sociedad, cuyo t¨ªtulo a dos columnas era: "El 27% de las espa?olas no dese¨® su ¨²ltimo hijo, seg¨²n la encuesta de fertilidad". Los datos fueron difundidos por Elvira M¨¦ndez, asesora de salud p¨²blica en la Generalitat de Catalu?a, en el transcurso de la I Conferencia Feminista Europea sobre Tecnolog¨ªas Reproductivas e Ingenier¨ªa Gen¨¦tica, que se celebraba en Palma de Mallorca, y recogidos en un art¨ªculo por Milagros P. Oliva.La redactora escrib¨ªa en la p¨¢gina de Sanidad: "Elvira M¨¦ndez revel¨® algunos de los datos provisionales de la Encuesta Nacional de Fertilidad, realizada en 1985 en toda Espa?a", y reflejaba textualmente un p¨¢rrafo de la citada, especialista: "A la hora de establecer sus prioridades, la Administraci¨®n deber¨ªa tener en cuenta otros datos significativos: por ejemplo, que el 27% de las mujeres encuestadas entre 18 y 45 a?os no desearon su ¨²ltimo embarazo. Y este porcentaje se eleva al 45% en Murcia, al 36% en Valencia y al 37% en Arag¨®n".
Javier Ruiz-Castillo, director general del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), nos env¨ªa una nota con diversas puntualizaciones a esta informaci¨®n. Aclara que la encuesta nacional a la que se refieren no era de fertilidad sino de fecundidad, que fue realizada por el INE y no por la Generalitat, como del contexto del art¨ªculo parece desprenderse, y que: los datos de la encuesta son definitivos y no provisionales. Como pasa habitualmente, las encuestas son dif¨ªciles de digerir por la mayor¨ªa de los lectores, que no tienen por qu¨¦ saber interpretar una serie de datos y que, como se?ala Milagros P. Oliva, "las encuestas son susceptibles de m¨²ltiples interpretaciones y se utilizan en un sentido u otro seg¨²n el fin perseguido".
El director general del INE corrige algunos datos m¨¢s de la cr¨®nica y se?ala en su comunicado: "Del total de embarazos no deseados, un 26% lo fueron por no querer tener hijos o por no querer m¨¢s de los que se ten¨ªan; un 70% no se deseaban en ese momento y las mujeres hubieran preferido quedar embarazadas m¨¢s adelante, y el restante 4% lo fueron por otra causa. Si se aplicara el citado 26% por no querer hijos (o m¨¢s hijos) al 27% de hijos no deseados -a que se refer¨ªa el art¨ªculo objeto de comentario, se llegar¨ªa a un 7% de ¨²ltimos hijos que estrictamente no se deseaba tener, cifra menos sobrecogedora que ese 27% del titular, que sugiere un volumen enorme de traumas y una ca¨ªda sin precedentes en la fecundidad si, por ejemplo, se aplicasen de forma totalmente eficaz m¨¦todos anticonceptivos para evitar tanto embarazo no deseado". Para aclarar suficientemente estos datos consultamos con un experto, redactor de econom¨ªa de EL PA?S, Gustavo Mat¨ªas, quien nos se?al¨®: "El texto de la informaci¨®n publicada es correcto, lo que parece dudoso es el titular". Buscamos entonces al director general del INE para que nos explicase de forma m¨¢s sencilla esta cuesti¨®n, -y nos remiti¨® a Juan Jos¨¦ Aranda, subdirector general de Estad¨ªsticas de Investigaciones Sociales, quien, amablemente, reconoci¨® que, por extractar la nota para que fuera publicada en el peri¨®dico, no hab¨ªa quedado suficientemente clara, "pero fue una servidumbre que nos impusimos", concluye. La ¨²ltima parte de su explicaci¨®n es m¨¢s concreta: "El 27% no se refiere a todas las espa?olas de 18 a 45 a?os, sino a las mujeres de 18 a 49 a?os de edad que viven en uni¨®n estable con un hombre".
La redactora del art¨ªculo, Milagros P.Oliva, se?ala que la doctora M¨¦ndez trataba de reforzar con la encuesta "su tesis de que frente a las elevadas inversiones destinadas a la fecundaci¨®n in vitro, que resuelve el problema de un escaso porcentaje de mujeres, existen carencias importantes en el sistema sanitario espa?ol, entre ellas la de un servicio eficaz de planificaci¨®n familiar, que repercuten negativamente sobre un porcentaje muy elevado de mujeres. Al respecto, se cit¨® el dato relativo a los embarazos no deseados, que aparece en la Encuesta Nacional de Fecundidad sin especificar, porque no era esencial al discurso, si era porque no se deseaba tener hijos o m¨¢s hijos o porque no se deseaba en el momento de realizar la encuesta".
Ruiz-Mateos y su consuegro
En 19 l¨ªneas publicadas en la secci¨®n Gente del pasado d¨ªa 5 de octubre se contaba que Stephan Sch?ppe, casado con Paloma Ruiz-Mateos, buscaba secretaria porque estaba decidido a afincarse en Espa?a. Se a?ad¨ªa que las relaciones entre Sch5ppe, padre, y Ruiz-Mateos, padre, hab¨ªan sido cordiales y comerciales, aunque en la actualidad estos lazos eran menos estrechos. Si nos remitimos a la carta recibida en EL PA?S y firmada por Egon Ernst Sch¨²ppe, padre de Stephan y consuegro de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, esta relaci¨®n parece que nunca existi¨®.
El se?or Sch5ppe es terminante en su misiva: "Pienso que al autor del art¨ªculo se le ha disparado su fantas¨ªa, y teniendo en cuenta las m¨²ltiples y serias relaciones que mantengo en Espa?a, les ruego rectifiquen esta falsa informaci¨®n. No conozco a ning¨²n miembro de la familia Ruiz-Mateos ni he tenido jam¨¢s alg¨²n lazo comercial con la casa Rumasa. De la boda de la joven dama Paloma Ruiz-Mateos con mi hijo Stephan me he enterado por la revista Hola. No puedo negar que durante una estancia en Madrid he pasado en coche por el edificio administrativo impresionante de Rumasa; tambi¨¦n he visto vinos de la casa Rumasa en casa de mis amigos de negocios. La calidad de dichos vinos dif¨ªcilmente armonizar¨ªa con la conciencia de calidad de mi empresa. Finalmente, perm¨ªtame que exprese m¨ª sorpresa, pues hasta la fecha he tenido la impresi¨®n de que su peri¨®dico era una publicaci¨®n seria y comprobaba su informaci¨®n". Intentamos localizar a Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, y no fue posible; al parecer, se encontraba con su esposa en las islas Canarias.
Al investigar el origen de la noticia, comprobamos que raramente en la redacci¨®n de tan pocas l¨ªneas pueden participar tantas personas para informar tan desafortunadamente. El redactor de econom¨ªa Jes¨²s Cacho escuch¨® una conversaci¨®n sobre el tema y la coment¨® con Mabel Galaz e Inmaculada Mardones. La primera hizo una parte de la noticia y Mardones a?adi¨® el p¨¢rrafo de las relaciones entre las dos familias. Las redactoras insisten en que una vez terminada la peque?a informaci¨®n se la consultaron a Cacho y dio el visto bueno. Inmaculada se?ala que no pod¨ªa sospechar de ning¨²n fallo "en uno de los periodistas que m¨¢s tiempo permaneci¨® en Francfort durante el proceso seguido para lograr la extradici¨®n de Ruiz-Mateos a Espa?a, que ha publicado entrevistas en exclusiva con el empresario y ha hecho un seguimiento puntual de la reprivatizaci¨®n del grupo con un rigor y una eficacia period¨ªstica dignos de su cualificada trayectoria profesional". Jes¨²s Cacho reconoce que hizo el comentario, y a?ade: "Los comentarios hay que chequearlos si uno piensa publicarlos".
La experiencia demuestra una vez mas que en esta profesi¨®n el redactor no debe fiarse ni de las afirmaciones del director de la publicaci¨®n. Antes de escribir una l¨ªnea debe ser chequeada.
El periodista nunca puede transmitir a los lectores noticias falsas. Los rumores no son noticias, y cualquier nota, por intrascendente que parezca, debe ser verificada.
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