Los movimientos ciudadanos llevan la iniciativa en la defensa del 'derecho a una muerte dulce'
"Por favor, oc¨²pate de que no me despierte". Esta frase, que corresponde al t¨ªtulo de un libro de Klazien Sybrandy, pionera de? movimiento pro eutanasia en Holanda, se ha convertido pr¨¢cticamente en la consigna de los movimientos ciudadanos que defienden el derecho a una muerte dulce. Estas asociaciones son las que han tomado la iniciativa de ayudar a todos aquellos enfermos y no enfermos que deseen tener informaci¨®n y asistencia. La militancia en contra de la eutanasia se centra en algunas asociaciones de pacientes y en grupos radicales de iglesias protestantes.
"Lo importante no es que Holanda consiga ser el primer pa¨ªs del mundo en el que la eutanasia est¨¦ legalizada", dice Klazien Sybrandy. "Lo que verdaderamente importa es que cada paciente pueda hacer su voluntad y que pueda encontrar ayuda de alguien cuando lo solicite". Sybrandy -ama de casa, de 54 a?os, de pelo blanco y aspecto afable, casada y con tres hijos- est¨¢ considerada como la fundadora del movimiento ciudadano que surgi¨® en Holanda hace algunos a?os en favor de la eutanasia voluntaria. Sus acciones se han intensificado ahora a ra¨ªz de los debates en el seno del Parlamento y del Gobierno holand¨¦s."Yo no pod¨ªa admitir en 1973 que la doctora Postma, vecina m¨ªa, fuera condenada por el trato que dio a su madre. Decid¨ª fundar un movimiento por la libertad de morir con dignidad. Al principio tuvimos problemas porque muchas capas de la sociedad holandesa no admit¨ªan nuestras reivindicaciones. Ahora creo que somos mayor¨ªa. Los cambios sociales se han adelantado una vez m¨¢s a la promulgaci¨®n de las leyes o a la actividad pol¨ªtica".
El movimiento de Sybrandy Por una eutanasia libre y voluntaria ha conseguido interesar de forma activa a m¨¢s de 6.000 personas. Tiene su centro en la localidad de Vinkega, al norte de Holanda, y se ocupa de asistir a aquellas personas que necesitan y piden ayuda porque se encuentran enfermas, especialmente los pacientes incurables o terminales. Tambi¨¦n tiene este centro actividades informativas para todo aquel que quiera hacerse socio y suscribir el llamado testamento de vida, en el que se deja constancia de una serie de condiciones que desea que se cumplan la persona que lo firma en caso de enfermedad incurable. Sybrandy, que dej¨® constancia de sus opiniones y experiencias en un libro sobre la eutanasia publicado en 1984, considera que su movimiento es el m¨¢s radical a favor de la eutanasia voluntaria, puesto que la defiende como derecho humano de la persona, prescindiendo de lo que digan o no las leyes.
"No es lo m¨¢s, importante para nosotros que vuelva o no a plantearse en las pr¨®ximas semanas o meses la cuesti¨®n de la legalizaci¨®n. Esto no cambia en nada nuestras reivindicaciones", afirma Sybrandy. Este movimiento sostiene el derecho a la eutanasia voluntaria directa prescindiendo incluso de las condiciones que jueces y m¨¦dicos se?alan en Holanda para que pueda practicarse.
Ayudas pr¨¢cticas
Casi paralelamente a la fundaci¨®n del centro de Vinkega comenz¨® a funcionar en Amsterdam la Asociaci¨®n Holandesa para la Eutanasia Voluntaria (Vereiniging voor Vrijwillige Euthanasie), que cuenta en la actualidad con 27.000 miembros'en toda Hol.anda. Esta asociaci¨®n facilita informaci¨®n y ayuda pr¨¢ctica a m¨¦dicos y pacientes sobre el asunto de la eutanasia.
Jeane Tromp Meesters, de 59 a?os, separada y con cuatro hijos, coordinadora del servicio de ayuda de esta asociaci¨®n, explica que su finalidad es que se legalice la eutanasia en los t¨¦rminos aconsejados por los jueces y por los m¨¦dicos y que la sociedad holandesa la acepte. "Mantenemos", dice Jeane Tromp, "que s¨®lo un m¨¦dico puede decidir la pr¨¢ctica de la eutanasia siempre que haya consultado a otro m¨¦dico, que exista una libre petici¨®n y que el enfermo sea incurable".
Una preocupaci¨®n internacional
El debate sobre la eutanasia no es exclusivo de Holanda aunque ¨¦ste puede ser el primer pa¨ªs que regule jur¨ªdica mente esta materia, ya que el asunto ha sido sometido a una discusi¨®n amplia y seria, seg¨²n Diego S¨¢nchez Bustamante, agregado cultural de la embajada de Espa?a en La Haya y autor del m¨¢s reciente estudio sobre la eutanasia en los Pa¨ªses Bajos.En otros pa¨ªses ha habido intentos parecidos. Tal es el caso del Reino Unido, en donde fue derrotada en el Parlamento una moci¨®n en este sentido en 1970. Con anterioridad, y en otro orden de valores, la Alemania del Tercer Reich no solamente legaliz¨® la eutanasia, sino que la hizo obligatoria en determinados supuestos.
En el panorama internacional existen m¨¢s asociaciones a favor que en contra. Por lo menos 32 asociaciones internacionales pro eutanasia estar¨¢n representadas en la sexta conferencia mundial de asociaciones en favor de una muerte voluntaria y digna que se celebrar¨¢ en Bombay entre los d¨ªas 21 y 24 del pr¨®ximo mes de noviembre. Algunas de estas asociaciones tienen problemas de subsistencia puesto que est¨¢n declaradas fuera de la ley.
La asociaci¨®n espa?ola llamada Derecho a Morir Dignamente (DMD) es tambi¨¦n conocida en Holanda. La DMD, tras algunos problemas iniciales, fue inscrita en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior el 13 de diciembre de 1984.
Est¨¢ dirigida por el profesor Miguel A. Lerma Usera, de 32 a?os. Tiene, adem¨¢s, grupos locales en varias ciudades, como Madrid, Barcelona, Cantabria, Sevilla y Salamanca
No al "holocausto de Hitler"
La bandera contra la eutanasia la llevan en Holanda, dentro del segmento del 20% de disconformes, determinadas asociaciones de pacientes y grupos religiosos que tienen su sede curiosamente en Utrecht y Hilversum, dos de las zonas m¨¢s conservadoras del pa¨ªs. En Utrecht est¨¢ tambi¨¦n la sede de la Conferencia Episcopal Holandesa, que mantiene la postura vaticana o la misma que manifestaron en su tiempo los obispos espa?oles, es decir, admiten exlusivamente una forma de eutanasia pasiva.La aplicaci¨®n de la eutanasia es considerada como "repetici¨®n del holocausto de Hitler" por la asociaci¨®n Evangelische Omroep, fundaci¨®n de car¨¢cter confesional con sede en Hilversum (cerca de Utrecht) y a la que est¨¢n adscritas 33.000 personas. "Nadie tiene derecho a quitarse la vida, que est¨¢ en manos del Se?or"', dice L. P. Doreribos, presidente del movimiento Grito por la Vida, encuadrado en esta asociaci¨®n confesional.
Otro de los movimientos pro vida m¨¢s arraigados en Holanda es la Asociaci¨®n Holandesa de Pacientes o Sindicato de Pacientes (Nederlandse Patientenvereniging), que comenz¨® a funcionar en 1983 y que tiene ya 25.000 miembros. Se trata de una organizaci¨®n interconfesional -con marcado signo conservador- de asistencia a la salud, que se ha manifestado en p¨²blico contra el aborto, contra la eutanasia "y contra todo lo que signifique un ataque a la vida", como dice su director, G. van den Berg.
"Estamos en este asunto de acuerdo con el Papa", dice G. van den Berg, "porque la vida ha sido dada por Dios y nadie puede quitarla cuando quiera".
. La opini¨®n de la Conferencia Episcopal de Holanda en contra de la eutanasia no tiene mucho peso en t¨¦rminos num¨¦ricos, como reconocen los propios medios eclesi¨¢sticos, porque apenas es cat¨®lico un tercio de la poblaci¨®n de ese pa¨ªs.
"Los obispos holandeses est¨¢n de acuerdo con el Vaticano y as¨ª lo hicieron ver en un documento de 1985 sobre la eutanasia; lo que sucede es que todav¨ªa est¨¢ en debate y tiene aspectos muy delicados", afirman Theo P. M. Palstra, portavoz del Episcopado, y Steemers van Winkoop, experta en asuntos sociales de la Conferencia Espiscopal.
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