Indemnizar a un inocente

He le¨ªdo con tristeza el art¨ªculo de Mar¨ªa Peral en EL PA?S del 23 de octubre, titulado Rafael Barral Noales, recaudador de impuestos acusado injustamente de robo, ha sido declarado inocente 18 a?os despu¨¦s. Si el Tribunal de Cuentas ha confirmado finalmente su honradez y fallado que la desaparici¨®n de un mill¨®n de pesetas del Ayuntamiento de Ciudad Real fue el resultado "de un desajuste contable en el que incurri¨® la propia corporaci¨®n", este desgraciado asunto no puede quedar en un simple fallo absolutorio, creo yo.El citado funcionario municipal se ha visto obligado a soportar sinsabores sin cuento durante los ¨²ltimos 18 a?os, como son el desprecio de sus vecinos, la p¨¦rdida del empleo, el embargo de sus bienes y, en fin, la total ruina moral y econ¨®mica; la quiebra de su salud y la desesperaci¨®n. ?Puede esto quedar as¨ª, en una mera sentencia absolutoria?

Al se?or Barral Noales se le ha causado un da?o irreparable y es de justicia que se exijan responsabilidades y que, en cualquier caso, se reivindique p¨²blica y notoriamente su buen nombre y se le indemnice, que por importante que sea la indemnizaci¨®n ser¨¢ una m¨ªseria si se la compara con el irremediable da?o que se ha causado a una persona inocente.-