El env¨ªo de armas a Ir¨¢n decidido por Reagan agudiza la crisis en la Admimistraci¨®n de EEUU
El secretario de Estado, George Shultz, puede ser la pr¨®xima v¨ªctima de la tormenta pol¨ªtica desatada en EEUU por el env¨ªo de armas norteamericanas a Ir¨¢n para conseguir a cambio la liberaci¨®n de rehenes estadounidenses en L¨ªbano. La medida ya ha provocado la p¨¦rdida de la credibilidad de la Administraci¨®n ante sus aliados europeos y los ¨¢rabes moderados. The New York Times inform¨® ayer que la operaci¨®n clandestina, dise?ada y realizada por la Casa Blanca contra la opini¨®n del secretario de Defensa, Caspar Weinherger, y del secretario de Estado, George Shultz, puede provocar la dimisi¨®n de ¨¦ste.
El secretario de Estado atraviesa una dificil situaci¨®n y sus dos objetivos pol¨ªticos m¨¢s consistentes -la negociaci¨®n de un acuerdo de reducci¨®n de armas nucleares con la URSS y su pol¨ªtica antiterrorista- hacen agua. Shultz viaja por todo el mundo vendiendo la doctrina de que EE UU no negocia con Estados que amparan el terrorismo y solicita de los aliados posturas de fuerza frente a pa¨ªses como Libia, Siria o Ir¨¢n, que Washington incluye en su lista negra. Pero su presidente, pasando por encima del Departamento de Estado, del Pent¨¢gono, e incluso de la CIA y, en cualquier caso, sin advertir al Congreso, ha roto este principio, piedra angular te¨®rica de su pol¨ªtica exterior.La tensi¨®n en el seno de la Administraci¨®n es perceptible. El Congreso exige explicaciones al presidente y amenaza con investigar la posibilidad de que la Casa Blanca se haya extralimitado en sus poderes, salt¨¢ndose las limitaciones parlamentarias en la conducci¨®n de la pol¨ªtica exterior, no s¨®lo en el caso de Ir¨¢n sino tambi¨¦n en la operaci¨®n de ayuda a la contra, que trata de acabar con el r¨¦gimen sandinista de Nicaragua.
Shultz ha sido advertido por la Casa Blanca de que no discuta en p¨²blico el tema. "Esto no me agrada, porque me gusta decir lo que pienso", explic¨® este fin de semana el prudente secretario de Estado. Y lo que piensa de esto es que "la pol¨ªtica de no negociar para conseguir la libertad de rehenes es la correcta". Por su parte, Weinberger ha mostrado su oposici¨®n a lo que ocurre, y ha advertido que una victoria iran¨ª en la guerra con Irak ser¨ªa un desastre para Estados Unidos y tendr¨ªa graves consecuencias para las monarqu¨ªas petrol¨ªferas del golfo P¨¦rsico.
"Ni ?legal, ni inmoral"
El presidente y sus asesores admiten que han estado negociando con Ir¨¢n, y al mismo tiempo defienden que no hay nada "ilegal ni inmoral". Pero el peso de las revelaciones de la Prensa en las ¨²ltimas horas parece abrumador. Fue el propio Reagan quien, hace 18 meses, dio luz verde a una operaci¨®n encubierta para suministrar clandestinamente armas y repuestos (fundamentalmente piezas para que su aviaci¨®n pueda volar) al r¨¦gimen de Jomeini. Enfrentado al desacuerdo de Shultz y Weinberger por esta pol¨ªtica, el presidente excluy¨® a sus ministerios de la operaci¨®n, llevada a cabo por un grupo reducido en el Consejo de Seguridad Nacional. Incluso la Agencia Central de Inteligencia (CIA) fue mantenida al margen. La operaci¨®n se puso en manos de Robert McFarlane, entonces consejero de seguridad nacional, y posteriormente de John Poindexter, su sucesor.
Como cobertura estrat¨¦gica de la operaci¨®n, la Casa Blanca dice que, adem¨¢s de salvar a los rehenes, se trataba de establecer contactos con elementos moderados iran¨ªes, entre los ayatola, pero tambi¨¦n en el Ej¨¦rcito, con vistas a la sucesi¨®n de Jomeini. Pero fuentes gubernamentales se?alan que esto es s¨®lo una tapadera de un movimiento puramente t¨¢ctico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Crisis de los rehenes
- Tr¨¢fico armas
- George Shultz
- Caso Ir¨¢n-Contra
- Declaraciones prensa
- Guerra Ir¨¢n-Irak
- Ir¨¢n
- Orden p¨²blico
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Rehenes
- Seguridad ciudadana
- Relaciones internacionales
- Delitos orden p¨²blico
- Secuestros
- Estados Unidos
- Casos judiciales
- Pol¨ªtica exterior
- Guerra
- Sucesos
- Defensa
- Gente
- Asia
- Gobierno
- Conflictos
- Oriente pr¨®ximo