Los fiscales del 'caso Catalana' lamentan no haber podido investigar a fondo los bancos filiales de la entidad
Los dos fiscales del caso Banca Catalana estar¨¢n a 900 kil¨®metros de Barcelona, en Gij¨®n, interviniendo en unas jornadas sobre delitos econ¨®micos, cuando el pr¨®ximo viernes, d¨ªa 21 de noviembre, se inicie a las 10.30 la reuni¨®n del Pleno de la Audiencia Territorial para examinar la petici¨®n de procesamiento contra Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, y otros 16 ex directivos de la entidad bancaria. Los representantes del ministerio p¨²blico, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena y Carlos Jim¨¦nez Villarejo, habr¨ªan querido llegar m¨¢s lejos en la investigaci¨®n y por ello lamentan no haber podido conocer lo sucedido en los bancos filiales.
En marzo de 1984, Mena y Jim¨¦nez Villarejo fueron designados fiscales especiales para Banca Catalana. Su nombramiento se decidi¨® en una Junta de Fiscales de la Audiencia, tras desestimarse otras candidaturas.La designaci¨®n de Mena motiv¨® comentarios. Pocas semanas antes hab¨ªa protagonizado un incidente sobre un presunto delito econ¨®mico que afectaba al entonces presidente en Catalu?a de Alianza Popular, Eduard Bueno. Mena present¨® una petici¨®n de procesamiento del dirigente aliancista, pero su superior en la fiscal¨ªa, Alejandro Sanvicente, la retir¨® despu¨¦s de estudiar el caso, haciendo uso de sus atribuciones. Mena acept¨® esta discrepancia en silencio, acatando el principio de autoridad que preside la carrera fiscal.
Los traslados de 1972
Esa disciplina y la obediencia al principio jer¨¢rquico emanado del estatuto fiscal, han sido dos constantes de la actividad p¨²blica de Mena y Jim¨¦nez Villarejo como funcionarios. En 1972, ambos ya se hab¨ªan encontrado en una situaci¨®n similar al caso Bueno, y, aunque en aquella ocasi¨®n acataron tambi¨¦n las ¨®rdenes, fueron represaliados con sendos traslados a las audiencias de L¨¦rida y Huesca, donde estuvieron m¨¢s de dos a?os.El trasfondo era, en aquellos momentos, la sospecha -justificada- de que militaban en el colectivo clandestino Justicia Democr¨¢tica. La excusa inmediata del traslado de Mena a L¨¦rida fue su discrepancia verbal con la orden de que persiguiera judicialmente a los responsables de una hoja parroquial que recog¨ªa frases cr¨ªticas hacia el r¨¦gimen de Franco del arzobispo de Barcelona, Narc¨ªs Jubany.
El traslado de Jim¨¦nez Villarejo a Huesca se produjo despu¨¦s de que se atreviera a pedir el procesamiento del jefe de la brigada pol¨ªtico social de Barcelona. Un juez, Antonio Do?ate decret¨® la concesi¨®n de libertad a un trabajador detenido en las manifestaciones del Primero de Mayo. La polic¨ªa no ejecut¨® la medida y Jim¨¦nez Villarejo solicit¨® el procesamiento del responsable, por detenci¨®n ilegal. Jim¨¦nez Villarejo fue obligado a presentar un recurso contra su propia petici¨®n de procesamiento, lo que efectu¨® tras solicitar que se lo ordenaran por escrito.
Mena y Villarejo aseguran haber investigado el caso Catalana con la misma disciplina y haber consultado todas las decisiones importantes a la Fiscal¨ªa General del Estado, cumplimentando la orden recibida el d¨ªa de su nombramiento, que fue firmado por Luis Antonio Bur¨®n Barba. Cuando iniciaron el trabajo ambos ten¨ªan ya un amplio bagaje jur¨ªdico, tras cerca de 20 a?os de servicio, y conoc¨ªan los trazados sinuosos de los delitos econ¨®micos por haber investigado, entre otros casos, el fraude de la Caja de Cr¨¦dito Popular de Catalu?a. Luego, despu¨¦s de examinar millares de documentos, trenzaron una acusaci¨®n basada en los presuntos delitos de falsedad, maquinaci¨®n para alterar el precio de las cosas y apropiaci¨®n indebida.
Tras dos a?os de pesquisas, los fiscales ¨²nicamente lamentan no haber podido investigar el caso en su globalidad, apurando sus ramificaciones. En su opini¨®n, la investigaci¨®n minuciosa de los bancos filiales de Catalana (Cr¨¦dito e Inversiones, Alicante, Industrial de Catalu?a y Mediterr¨¢neo, entre otros) hubiera puesto al descubierto la verdadera dimensi¨®n del problema. Pero aseguran que no pudieron hacerlo por la actual rigidez de la justicia, no habituada a enfrentarse a temas de esta envergadura, y por la oposici¨®n expl¨ªcita del juez instructor, Ignacio de Lecea, quien reiteradamente les record¨® que su mandato era investigar exclusivamente lo sucedido en Catalana.
Dos a?os de forcejeo
Durante estos dos a?os Mena y Villarejo han sido constantemente acusados de indiscreci¨®n Ellos, partidarios confesos de la m¨¢xima transparencia judicial posible, aseguran que toda la informaci¨®n que han facilitado ha sido suministrada con el benepl¨¢cito de la Fiscal¨ªa General de Estado, de acuerdo con el estatuto fiscal, y sin afectar al fondo de la causa.Los fiscales han sufrido cierto repudio por parte de quienes sostienen que investigar lo sucedido en la banca es un delito contra la catalanidad, al tiempo que se le ha acusado, con ¨¢nimo de descr¨¦dito, de ser unos comunista trabajando con fines desestabilizadores. Pese a ello, Mena y Villarejo han seguido compaginando durante estos a?os su trabajo con actividades progresistas como su militancia en la Uni¨®n Progresista de Fiscales, que preside el propio Mena.
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