Reagan anuncia el cese de la venta de armas a Teher¨¢n

Un Ronald Reagan acosado y a la defensiva admiti¨® en la madrugada del jueves, en una de las conferencias de prensa m¨¢s cruciales de su presidencia, ser el ¨²nico responsable de la pol¨¦mica pol¨ªtica de venta de armas a Ir¨¢n, cuyo final anuncio ayer. Al mismo tiempo, confirm¨® como secretario de Estado a George Shultz, quien hab¨ªa condicionado su cargo al cese de esta operaci¨®n; pero Reagan expres¨® que la entrega de armas a Ir¨¢n no fue "ni un fracaso ni un error". Las explicaciones del presidente sobre la mayor crisis de su pol¨ªtica exterior siguen sin convencer a la opini¨®n p¨²blica y al Congreso.

La oposici¨®n dem¨®crata denunci¨® ayer la incoherencia y las contradicciones de Reagan, y resalt¨® que su intervenci¨®n no ha logrado restaurar su credibilidad, que, por primera vez desde que lleg¨® a la Casa Blanca, est¨¢ en juego.El presidente, que tuvo una intervenci¨®n confusa y apareci¨® sombr¨ªo, sin su optimismo natural, y vacilante en ocasiones, reiter¨® en su primera conferencia de prensa desde hace tres meses que EE UU no hab¨ªa autorizado a Israel ni a ning¨²n tercer pa¨ªs a suministrar material b¨¦lico a Teher¨¢n. Minutos despu¨¦s de concluida la intervenci¨®n, la Casa Blanca tuvo que hacer p¨²blico un comunicado rectificando a Reagan y afirmando que un tercer pa¨ªs, sin citar a Israel, hab¨ªa actuado en la operaci¨®n secreta con permiso de EE UU. Fuentes de la Administraci¨®n revelaron ayer que Portugal, Francia y tambi¨¦n Suiza y otros pa¨ªses (no se ha citado a Espa?a) fueron estimulados por Washington para vender armas a Ir¨¢n.

El ayatollah Jomeini, en su primera declaraci¨®n p¨²blica tras el comienzo de la pol¨¦mica iran¨ª, conden¨® ayer a los elementos de su r¨¦gimen que quieren contactos con EE UU, afirmando que deber¨ªan estar "gritando contra Am¨¦rica". Hablando por Radio Teher¨¢n, el anciano l¨ªder se pregunt¨®: "?Por qu¨¦ tenemos que estar orientados hacia Occidente o hacia Sat¨¢n?", calificaci¨®n que utiliza para referirse a Estados Unidos.

El influyente senador Sam Nunn, dem¨®crata, que presidir¨¢ el Comit¨¦ de Servicios Armados del Senado, dijo ayer "que el problema- se ha complicado" tras la conferencia de prensa y que asistimos a "un serio desorden de pol¨ªtica exterior". "El pueblo norteamericano no quiere m¨¢s excusas y es M¨¢s inteligente de lo que cree la Casa Blanca", afirm¨® el l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado, Robert Byrd. Incluso una personalidad republicana, el senador Richard Lugar, pidi¨® una reorganizaci¨®n del proceso de toma de decisiones de la pol¨ªtica exterior.

El Congreso iniciar¨¢ hoy audiencias a puerta cerrada para aclarar los detalles de la operaci¨®n secreta, y el presidente prometi¨® ayer que sus asesores ofrecer¨¢n detalles a los l¨ªderes parlamentarios, que fueron recibidos ayer por el presidente. Los dem¨®cratas insisten en que Reagan ha violado la ley al tardar 10 meses en informar al Congreso de la operaci¨®n iran¨ª, y "ni siquiera el presidente est¨¢ por encima de la ley", afirm¨® el l¨ªder de la C¨¢mara de Representantes, Jim Wright. "Jomeini y los mercaderes internacionales de armas estaban al tanto de la operaci¨®n, pero no el pueblo o el Congreso de Estados 'Unidos. Y esto no es tolerable", a?adi¨® Wright.

El hombre enviado por el presidente a Teher¨¢n para negociar con los elementos moderados del r¨¦gimen isl¨¢mico, Robert McFarlane, hizo m¨¢s dif¨ªcil la posici¨®n de Reagan al declarar ayer que la Administraci¨®n cometi¨® un error al suministrar armas a Ir¨¢n. El presidente, en su segunda intervenci¨®n televisada sobre el tema en el plazo de una semana (el pasado jueves habl¨® al pa¨ªs desde su despacho oval), ha enmara?ado aun m¨¢s la madeja de contradicciones y declaraciones confusas sobre la conexi¨®n iran¨ª, que la Casa Blanca no consigue deshacer a pesar de sus esfuerzos. Reagan admiti¨® ayer, por primera vez, que la decisi¨®n fue "muy controvertida" y provoc¨® "considerable debate" en el Gabinete.

Reagan se mostr¨® inseguro y desconocedor de los detalles (lleg¨® a decir que los misiles Tow anticarro enviados a Ir¨¢n se disparan desde el hombro, cuando, debido a su peso, s¨®lo pueden lanzarse desde un jeep, helic¨®pteros o un tr¨ªpode). Si la cobertura estrat¨¦gica de su pol¨ªtica -establecer relaciones con el Ir¨¢n posterior a Jomeini para evitar la influencia sovi¨¦tica en un pa¨ªs geogr¨¢ficamente clave para los intereses occidentales- es cre¨ªble, la Administraci¨®n no consigue explicar c¨®mo el env¨ªo de armas a los moderados puede ayudar a conseguir ese objetivo.

Sobre Shultz, Reagan dijo: "Quiero que siga, ¨¦l me ha dicho que continuar¨¢ mientras yo lo desee". Pero no ofreci¨® una definitiva bendici¨®n de Shultz, el ¨²ltimo eslab¨®n de coherencia en la pol¨ªtica exterior de EE UU. El presidente dijo que el secretario de Estado permanec¨ªa en la Administraci¨®n sin condiciones, aunque, al parecer, exigi¨® la detenci¨®n del env¨ªo de armas, que el presidente ha anunciado, y que las futuras decisiones sobre Ir¨¢n pasen por ¨¦l. Reagan, adem¨¢s, neg¨® la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad Nacional, culpable principal del desastre pol¨ªtico iran¨ª.