Joe Jackson, el mago ecl¨¦ctrico

Joe Jackson, un m¨²sico brit¨¢nico de 32 a?os, refinado y ecl¨¦ctico, que en siete a?os ha grabado ocho elep¨¦s de varios estilos, apareci¨® a las 22.06 en el pabell¨®n deportivo. Antes sali¨® un int¨¦rprete desconocido, Eduardo Negri, que cant¨® temas ac¨²sticos con su guitarra durante breves minutos. Cerca de 4.000 espectadores llenaron el recinto.Jackson, a golpe de bajo y bater¨ªa, sali¨® en escena con gabardina, sombrero y maleta, como el dibujo de Serg¨¦ Clerc impreso en su ¨²ltimo ¨¢lbum, Big World. Los r¨®tulos de Part 1 decoraban los laterales del escenario, dise?ado, en negro, con luces en penumbra. Hab¨ªa declarado que iba a presentar su espect¨¢culo compuesto de tres partes que no pudo ofrecer en Barcelona porque el recinto era algo peque?o. "Me gusta haber vuelto a Espa?a despu¨¦s de seis a?os y, como no hablo espa?ol, he querido que me ayudase una int¨¦rprete. Voy a cantar un tema sobre el sue?o americano: Wild West", dijo. Ayudado por una guitarra ac¨²stica, Jackson interpret¨® con una flauta una melod¨ªa inspirada en un tema de Ennio Morricone. Acab¨® la canci¨®n y, molesto por los abucheos de una parte del p¨²blico contra la traductora, dijo: "Y, si escuchas con atenci¨®n, es posible que aprendas algo". Se refer¨ªa a su ¨¦xito m¨¢s reciente, Right or wrong, su cr¨ªtica particular a Ronald Reagan.

En un sonido claro, perfecto de instrumentaci¨®n, mostr¨® sus cualidades de vocalista c¨¢lido y capaz, de pianista exquisito y fresco y, sobre todo, de comunicador ejemplar. Cont¨® siempre la g¨¦nesis y la intenci¨®n de cada pieza. Mantuvo a la audiencia atenta, asombrada y, finalmente, muy agradecida. Dramatiz¨® en la recreaci¨®n inquietante, plena de suspense, de Chinatown, mediante una linterna que iluminaba entre sombras y luces de color p¨²rpura. Encaden¨® cada uno de los tres actos del recital a ritmo de percusi¨®n grabada. El segundo empez¨® con la balada Shangai sky, que anunci¨® instantes m¨¢s relajados, como explic¨® en una nueva traducci¨®n. Pidi¨® a quienes no les gustase que callasen en favor de los que deseaban escuchar. Fue tiempo para los pianos sensuales, virtuosos, animados por el ritmo caribe?o en piezas como Cancer, que termin¨® en solitario en notas tranquilas que se mezclaron con la melod¨ªa de Be my number two. Ah¨ª el guitarrista Teele se luci¨® con un solo ac¨²stico, jazzero, limpio.

Esta secci¨®n del espect¨¢culo concluy¨® con una versi¨®n sorprendente por pausada e intimista de Steppin' out, embellecida por unos coros que completaban el estilo ¨²nico, personal, de su modo de componer y de ejecutar despu¨¦s. Inici¨® la parte definitiva con Survival, un tema ¨¢cido y duro, que s¨®lo fue el principio de un final de una mayor intensidad r¨ªtmica, suficiente para no dejar de agitarse. Soul kiss y Tango Atlantico, sobre los sucesos de las Malvinas -"porque naturalmente yo digo Malvinas y no Falkland Islands", aclar¨® - que pudo llegar a estremecer al son tango rock. Despu¨¦s llegaron las notas de sus primeros tiempos de rock sin aditivos, que colmaron cualquier deseo marchoso. Tambi¨¦n parodi¨® a un turista, disfrazado de gordinfl¨®n ricach¨®n, que lo fotografiaba todo para cantar The Jet Set. En el primero de los dos bises se dedic¨® a recorrer piezas jazzys de su disco Jumpin Jive. Joe Jackson lo cant¨® y lo toc¨® todo.