La luna de Valencia

Uno se escandaliza (con perd¨®n de todos los castigos que el Evangelio da a los que escandalizan) cuando lee palabras como las que recientemente dijo el obispo James Malone, presidente de la Conferencia Episcopal Nacional de Obispos de Estados Unidos: "Como ciudadanos moriremos por defender la libertad de expresi¨®n, pero como cat¨®licos debemos defender a¨²n m¨¢s la revelaci¨®n dada por Cristo y la responsabilidad de la Iglesia para una aut¨¦ntica ense?anza de la verdad revelada" (cita sacada de EL PA?S del 12 de noviembre de 1986). 0, en otras palabras, con todo el amor debido al pr¨®jimo, no debemos dudar en encabezar sangrientos progroms, rehabilitar en la plaza Mayor los edificantes espect¨¢culos de los autos de fe o estimular las matanzas de la luna de Valencia en la justa expulsi¨®n que fue de los moriscos, todo ello si as¨ª lo vuelve a considerar conveniente la Santa Madra Iglesia Cat¨®lica, Apost¨®lica y Romana.Como no debemos dudar de estar en contra del aborto, del divorcio, de la homosexualidad, de los enfoques liberales del te¨®logo Charles Curran, o de las pastorales de Raymond Hunthausen. Gracias a Dios, la Conferencia Episcopal Nacional de Obispos de Estados Unidos ha elegido para presidente al liberal John May. Pero, ?y si hubiera elegido al conservador Barnard Law? Mario Lucarda.