El Museo Picasso abre sus nuevas instalaciones con una antol¨®gica de Georges Braque
El Museo Picasso de Barcelona inaugurar¨¢ sus nuevas instalaciones el pr¨®ximo jueves, con la presentaci¨®n de una exposici¨®n antol¨®gica de la obra de Georges Braque. El museo, que ampli¨® sus salas con motivo de la exposici¨®n dedicada a Paul Klee, ha reestructurado ahora la planta baja de servicios. Seg¨²n la directora del museo, Maite Oca?a, la antol¨®gica sobre Braque se inscribe en una pol¨ªtica de exposiciones complementarias al fondo Picasso y basada en la obra de pintores contempor¨¢neos y amigos del artista malague?o. Se trata de una exhibici¨®n gestionada por el museo que no circular¨¢ por ninguna otra ciudad espa?ola y en la que se ha trabajado durante dos a?os. La exposici¨®n sobre Braque recoge m¨¢s de cien obras, entre pinturas, dibujos y esculturas del artista, desde 1907 a 1963.
Braque es el autor de una frase que mucha gente recuerda: "Me gusta la regla que corrige la emoci¨®n". Reflexivo, disciplinado, solitario, parsimonioso (pod¨ªa, por ejemplo, trabajar en una tela durante 10 a?os), Braque es tambi¨¦n un buen exponente de la escuela francesa, con todas sus caracter¨ªsticas de orden, racionalidad y amor al m¨¦tier. Pero Braque es asimismo quien, junto a Picasso, lleva a cabo la ruptura formal m¨¢s importante del arte de nuestro siglo: el cubismo.
Cubismo
A ¨¦l lleg¨® tras unos inicios naturalmente influidos por las corrientes del momento, es decir, el impresionismo y el fauvismo. Sus primeras obras, la mayor parte de las cuales fue destruida por el propio pintor, est¨¢n realizadas en el esp¨ªritu de Corot y del primer Monet. No son originales, pero son buenas. La solidez que caracterizar¨¢ a su obra a lo largo de toda su vida, y que se hace patente en el gusto del artista por autores como Polissin, Corot y Seurat, y por el arte egipcio, est¨¢ ya visible en estos trabajos.A trav¨¦s de Dufy y Friesz, Braque conecta con el grupo fauve, aunque no se adhiere totalmente a sus principios. Nada hay en las obras de Braque del paisaje bullicioso y moderno de los fauvistas, mientras sus telas aparecen, por otro lado, m¨¢s en¨¦rgicamente estructuradas que las del resto de sus compa?eros. A partir de 1907, la influencia de C¨¦zanne har¨¢ mella en el joven Braque: al geometrizar las formas y al aplanar el espacio estar¨¢ poniendo las bases de la nueva sintaxis cubista. Hay en este sentido una c¨¦lebre discusi¨®n entre Leo Steinberg y William Rubin (en Art in America, marzo-abril 1979) sobre qui¨¦n inicia el vocabulario cubista, si Picasso, o Braque. En realidad, como dijo el propio Braque: "Est¨¢bamos unidos como dos monta?eros atados a la misma cuerda".
Se ha dicho que en alguna ocasi¨®n los mismos pintores se equivocaron, durante el periodo del cubismo anal¨ªtico, acerca de cu¨¢l era su obra y cu¨¢l la del otro. La exposici¨®n El cubismo esencial (Tate Gallery) puso de relieve las diferencias entre ambos. Picasso es m¨¢s arriesgado, m¨¢s inquisitivo, pero tambi¨¦n m¨¢s impaciente. Se cansa r¨¢pidamente de lo que ha encontrado. Las obras de Braque, en cambio, sobresalen por esa sensaci¨®n de acabadas, redondas, bien hechas. Se ha argumentado, y el criterio no es desde?able, que la especial formaci¨®n de Braque, al ser hijo de un pintor-decorador, contribuy¨® a que jam¨¢s perdiera el dominio de los efectos decorativos en su pintura. Asimismo es de sobra conocido el hecho de que fue Braque el introductor del papier-coll¨¦ en 1912.
Ruptura
La estrecha relaci¨®n art¨ªstica con Picasso se romper¨¢ con la llegada de la I Guerra Mundial. Braque insistir¨¢ en el tema del bodeg¨®n o naturaleza muerta, y muy especialmente el de una mesa cubierta de objetos, de la cual hizo un sinf¨ªn de variantes. La mayor preocupaci¨®n de Braque a lo largo de toda su vida fue la del espacio. As¨ª podemos ver los objetos apilados en la parte central o superior del cuadro, sobre una mesa muy alta, en los a?os veinte; o bien m¨¢s espaciados, m¨¢s sint¨¦ticos, m¨¢s transparentes y m¨¢s lineales, a finales de los a?os treinta y principios de los cuarenta. O bien alternando objetos tangibles y otros que apenas parecen poseer una existencia material. A diferencia de Picasso, Braque trat¨® escasamente el tema de la figura, aunque las dos de los a?os veinte son interesantes por su revisi¨®n del clasicismo.Sus ¨²ltimos a?os est¨¢n ocupados por grandes comisiones, as¨ª como por la obra gr¨¢fica. Surge el tema del p¨¢jaro, en el que alg¨²n comentarista ha visto la fusi¨®n de lo f¨ªsico y de lo metaf¨ªsico. "Nacieron de la tela", coment¨® Braque a John Richardson. Su amor por las cosas tangibles nunca cedi¨® ante el irrevocable principio de la creaci¨®n mental: "Trabajar a partir del modelo es improvisar", hab¨ªa dicho Braque. Y surge tambi¨¦n el tema del arado.
Ambos motivos, sin embargo, tal vez puedan interpretarse como met¨¢fora de la solitaria posici¨®n del artista y de su trabajo. "Con la edad", escribi¨® Braque, "el arte y la vida se vuelven lo mismo".
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