Bokassa, acusado de canibalismo en el juicio que hoy se inicia en la Rep¨²blica Centroafricana

ENVIADO ESPECIAL, Jean Bedel Bokassa, ex emperador del Imperio Centroafricano, hoy de nuevo Rep¨²blica Centroafricana, no ver¨¢ el trono donde se coron¨® inspir¨¢ndose en su h¨¦roe, Napole¨®n Bonaparte, cuando comparezca a juicio, esta ma?ana a las nueve, en Bangui. El Gobierno del general Andr¨¦ Kolingba decidi¨® ayer, repentinamente, no celebrar la vista en el Palacio de los Deportes, sino en el m¨¢s peque?o Palacio de Justicia. Entre las 11 acusaciones figura la de canibalismo.

En la sala no se permitir¨¢n c¨¢maras ni grabaciones, salvo las de la radio y televisi¨®n nacionales, que transmitir¨¢n en directo el juicio, con una duraci¨®n prevista de un mes. Los representantes del Gobierno defendieron la prohibici¨®n de que las televisiones y radios de otros pa¨ªses grabasen la vista, al insistir en su deseo de que este juicio sea similar a los que se celebran en Europa. Y no lo es.Bokassa tendr¨¢ que responder a 11 acusaciones, seg¨²n el sumario al que han tenido acceso los abogados, entre ellas las de asesinato, antropofagia, abuso de autoridad del Estado y malversaci¨®n y desv¨ªo de fondos.

Estar¨¢ defendido por tres abogados centroafricanos y dos franceses. Estos ¨²ltimos son Francis Szpiner y Franlois Gibault. El primero, amigo de Bokassa desde los tiempos en que ¨¦ste estaba en el poder, parece m¨¢s partidario de centrar la defensa en un ataque directo o indirecto contra el actual Gobierno, lo que pondr¨ªa en aprietos tambi¨¦n a Francia y a la pol¨ªtica del ex presidente franc¨¦s Val¨¦ry Giscard d'Estaing.

Gibault, por el contrario, ha sido escogido por inspiraci¨®n de Par¨ªs, y es partidario de la moderaci¨®n en la defensa para intentar salvar la vida de Bokassa. De los cinco condenados a muerte durante el mandato de Kolingba ninguno ha sido ejecutado, pues el presidente centroafricano les conmut¨® la pena.

Szpiner declar¨® ayer que Bokassa regres¨® al pa¨ªs porque siempre quiso ser juzgado. Los motivos de ese regreso repentino, el pasado 23 de octubre, siguen siendo un misterio y ante esa pregunta todo el mundo contesta que el ex emperador "est¨¢ loco", o "es as¨ª".

Armados con sus cuadernos de notas y bol¨ªgrafos, los aproximadamente 100 periodistas que han llegado a Bangui podr¨¢n presenciar el juicio. El ministro de Justicia, Berenard Belloum, explic¨® ayer, en una conferencia de prensa, que quer¨ªa "un proceso con orden y sin ruido".

El proceso de Bokassa coincide con la apertura del a?o judicial, y da as¨ª la impresi¨®n de que no es extraordinario. Pero lo es. Algo casi ¨²nico en ?frica.

Quiz¨¢ las autoridades han pensado que el Palacio de los Deportes no era el lugar adecuado. All¨ª se celebr¨® la delirante coronaci¨®n de Bokassa en 1977, ceremonia a la que asistieron delegaciones del mundo entero. No obstante, ayer mismo por la ma?ana estaba siendo remozado.

El juicio est¨¢ causando algunas tensiones en el seno del propio Gobierno centroafricano, algunos de cuyos miembros fueron ya ministros con Bokassa.

El ministro de Informaci¨®n se opuso, seg¨²n declar¨® ayer, a la retransmisi¨®n por televisi¨®n y radio, pues quer¨ªa, dijo, "que la gente trabaje y produzca", en vez de distraerse con este acontecimiento. Y asegur¨®: "El Gobierno no busca influir pol¨ªticamente en este juicio". Y sin embargo el proceso provoca un cierto malestar. Francia controla este pa¨ªs y debe de sentir ciertos recelos.