John Poindexter, consejero de Seguridad Nacional de Reagan, primera 'v¨ªctima' de la crisis iraqu¨ª
La crisis provocada en Estados Unidos por la venta secreta de armas a Ir¨¢n estall¨® ayer con la dimisi¨®n del consejero de Seguridad Nacional John Poindexter, y con una sorprendente revelaci¨®n, que probablemente provocar¨¢ otro esc¨¢ndalo pol¨ªtico: entre 10 millones y 30 millones de d¨®lares (de 1.350 millones a 4.050 millones de pesetas), producto de la venta de armas norteamericanas a Ir¨¢n, a trav¨¦s de Israel, fueron desviados a cuentas bancarias de la contra nicarag¨¹ense en bancos suizos. La Casa Blanca anunci¨® que Poindexter ser¨¢ sustituido provisional mente por su adjunto, Alton G. Keel.
Reagan reconoci¨® ayer que no estaba "completamente informado" de la operaci¨®n de desv¨ªo de fondos a la contra, posiblemente ilegal, que naci¨® de sus fontaneros del Consejo de Seguridad Nacional. Reagan sigui¨® defendiendo su pol¨ªtica de apertura hacia Ir¨¢n. "No comet¨ª un error enviando armas", dijo. Y a?adi¨® que lamenta lo ocurrido y admite ¨²nicamente que la ejecuci¨®n de su pol¨ªtica ha sido "muy defectuosa".Reagan, ante la peor crisis de su presidencia, ha informado al Congreso y ha ordenado una investigaci¨®n sobre el papel del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y sus procedimientos en la conducci¨®n de la pol¨ªtica exterior.
La destituci¨®n de Poindexter parece, en principio, una reivindicaci¨®n del secretario de Estado, George Shultz, quien de momento contin¨²a en su puesto despu¨¦s de haber criticado la pol¨ªtica del presidente hacia Ir¨¢n y de haber exigido plenos poderes en la direcci¨®n de la diplomacia norteamer¨ªcana. Pero las nuevas y sorprendentes revelaciones ponen en tela de juicio no s¨®lo la operaci¨®n iran¨ª, sino la pol¨ªtica de esta Administraci¨®n hacia Nicaragua y, globalmente, la credibilidad de EE UU antes sus aliados.
Reagan ha optado por limitar la crisis, convirtiendo en chivos expiatorios a Poindexter -que te¨®ricamente no ha sido destituido, sino que ha pedido regresar a la Marina (es almirante)-, y a su brazo derecho, el aventurero coronel Oliver North, quien ejecut¨® la operaci¨®n.
La impresi¨®n general ayer en la capital norteamericana era que esta operaci¨®n de chorizos es s¨®lo la punta de un iceberg que ser¨¢ investigado por el Congreso y que tiene tonos que recuerdan al esc¨¢ndalo Watergate.
La oposici¨®n dem¨®crata hablaba ayer de violaci¨®n de la ley, y su l¨ªder en el Senado, Robert Byrd, dec¨ªa esto demuestra "el estado ca¨®tico de la Casa Blanca" y de su pol¨ªtica exterior.
En toda esta historia hay muchas m¨¢s preguntas que respuestas. ?C¨®mo pudo el presidente no saber nada durante tantos meses??No hab¨ªa nadie m¨¢s arriba que Oliver North o Poindexter que lo supiera? ?Afecta a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)? ?Estaba enterado el vicepresidente, George Bush, que es un firme promotor de la ayuda encubierta a la contra?
El secretario de Justicia, Edwin Meese, encargado de revelar lo ocurrido, descubierto tras la investigaci¨®n que inici¨® el pasado viernes, respondi¨® ayer negativamente a todas estas preguntas.
Pero Meese, que afirm¨® ante la Prensa que "no se prev¨¦n m¨¢s dimisiones", admiti¨® que su investigaci¨®n no ha hecho m¨¢s que comenzar. De momento, la Administraci¨®n no admite la existencia de una acci¨®n criminal en la actuaci¨®n de Oliver North o de otros miembros del CSN y no cree conveniente el nombramiento de un fiscal especial.
Ya se levantan, sin embargo, voces en el Congreso que aseguran que se ha producido una violaci¨®n de la ley que prohib¨ªa el suministro de dinero norteamericano o cualquier tipo de armas a la contra nicarag¨¹ense. Pero era un secreto a voces en Washington, corno lo demostr¨® el caso de Eugene Hasenfus [cuyo avi¨®n con armas para los antisandinistas fue derribado sobre Nicaragua], que la Administraci¨®n estaba tolerando e impulsando, incluso desde su propio s¨®tano, Idesde donde opera el CSN, la ayuda -v¨ªa personas y organizaciones privadas- a los rebeldes a pesar de que el Congreso lo hab¨ªa prohibido. La explicaci¨®n de Meese, llena de puntos oscuros, sostiene que en el desv¨ªo de fondos ino hay participaci¨®n probada de funcionarios nortearnerica nos quienes, sin embargo, sab¨ªan que se estaba haciendo algo ilegal.
El papel de Israel
Se trataba de una operaci¨®n entre representantes de Israel y de Ir¨¢n en la que los fondos que el primero recib¨ªa por las entregas de armas norteamericanas entre enero y septiembre de este a?o iban a parar a una cuenta suiza, de donde los recog¨ªa el dirigente contra Adolfo Calero.Meese insisti¨® en que esto s¨®lo lo sablan Oliver North, que no era quien cobraba las cantidades y las pasaba a la cuenta bancaria, y "de una forma general sin conocer los detalles", Poindexter, quien no hizo nada por advertir ul presidente. Al parecer, tambi¨¦n.lo sab¨ªa el ex consejero de Seguridad Nacional, Robert McFarlane. El examen de documentos y la presunta confesi¨®n de North, interrogado durante el pasado fin de semana, han permitido descubrir lo ocurrido.
T¨¦cnicamente, el secretario de Justicia explic¨®: "EE UU no aparece implicado en nada ilegal y es Israel, no el Gobierno oficialmente, sino representantes suyos sin nombre, el responsable".
[La oficina del primer ministro de Israel, Isaac Shamir, hiz¨® p¨²blica anoche una nota en la que asegura que este pa¨ªs transfiri¨® armas a Ir¨¢n, a petici¨®n de EE UU, pero que ignoraba que el pago por las mismas se transfiriera a fondos de la contra. Estas cantidades, prosigue el comunicado, se ingresaban directamente por representantes iran¨ªes en una cuenta abierta en un banco suizo, sin pasar por manos iran¨ªes, informa Reuter.]
[Cinco personas fueron condenadas ayer en California a un total de 16 a?os de prisi¨®n por implicaci¨®n en la venta de piezas para aviones de combate a Ir¨¢n, informa Reuter].
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