Cultura vasca: nosotros y vosotros
La Cultura vasca se encuentra en una permanente b¨²squeda de definiciones satisfactorias. Su identidad puede encontrarse para unos en el euskera y para otros en signos compartidos con los creadores en castellano; aunque ¨²ltimamente, con la recuperaci¨®n de Unamuno, por ejemplo, aspectos de esa permanente divisi¨®n hayan remitido. Pero no hay que dejarse llevar por el entusiasmo. La recuperaci¨®n de Unamuno tiene que entenderse sobre el fondo de la actual tensi¨®n pol¨ªtica, de su utilizaci¨®n por parte de algunos como arma arrojadiza.En otros campos de la cultura, que como. siempre abarca gran parte de las actividades e historia de la comunidad vasca, sus costumbres, sus viejas normas de convivencia, ciertas o sobreestimadas, algunos deportes propios, la m¨²sica y la danza y aspectos m¨¢s generales como el cine o las artes pl¨¢sticas, la discusi¨®n es m¨¢s te¨®rica y aun ret¨®rica. ?Qu¨¦ es pintura vasca, la que pinta paisajes vascos y ofrece gamas coloristas encontrables en ese paisaje o la pintada por vascos? Con los problemas de c¨®mo se decanta nacionalmente la abstraccion, por ejemplo, y otras penas accesorias. Un pintor esencialmente vasco ser¨ªa Agust¨ªn Ibarrola, pero Ibarrola va mucho m¨¢s all¨¢ de la estrecha dimensi¨®n de lo que acad¨¦mica mente se entiende por pintor, y lo que le da una presencia espec¨ªfica en la cultura vasca es trascender la naturaleza, crear en ella e identificarse con sus propios paisajes, incluso cuando se trata de paisajes fabriles. Pero no por eso las dudas dejan de ser peri¨®dicamente planteadas.
Es en la literatura donde se presentan las mayores inc¨®gnitas porque se tropieza con el euskera. Y digo tropieza sin la menor connotaci¨®n peyorativa, sino en la mera acepci¨®n de verse detenido por un obst¨¢culo para una definici¨®n rotunda. Esas inc¨®gnitas respecto a la definici¨®n de qu¨¦ sea lo vasco me parecen superadas, pero no desaparecidas, por lo que a¨²n surgen sus ¨²ltimos restos de cuando en cuando, aunque sea en discusiones o descalificaciones residuales.
La lengua vasca, cuyo conocimiento supone un enriquecimiento cultural, se est¨¢ convirtiendo al tiempo en una necesidad, y esto no por vocaci¨®n, sino por obligaci¨®n. Las autoridades auton¨®micas han decidido que si el n¨²mero de vocaciones no aumenta satisfactoriamente y a la velocidad conveniente, es necesario ayudar con algunas sugestiones. Y estas sugestiones son las primas al conocimiento de esa lengua para acceder a empleos p¨²blicos; desde los m¨¢s modestos, enterrador o taquillero de un teatro municipalizado, hasta los m¨¢s elevados puestos de direcci¨®n. No estoy juzgando la decisi¨®n, estoy explicando la raz¨®n del entusiasmo por el euskera despertado en numerosos ciudadanos y en padres de ciudadanos en edad escolar.
Tercera dimensi¨®n
El proyecto educativo del Gobierno vasco complica la divisi¨®n entre escuela p¨²blica y escuela privada al crear una tercera dimensi¨®n en el debate y una separaci¨®n m¨¢s entre los ciudadanos. El Gobierno vasco crea la tercera v¨ªa, que es la de las ikastolas, para ir absorbiendo poco a poco la ense?anza p¨²blica, que se considera del Estado y ajena, cuando no claramente "espa?ola", y a la que las autoridades auton¨®micas llaman as¨¦pticamente la transferida". Las ikastolas son en muchas casos privadas, aunque financiadas con fondos p¨²blicos, y preparan el relevo del actual funcionariado vasco con un personal de conocimientos reales y cotidianos del euskera, cosa que ahora no sucede.
El plan, a largo plazo, supone la sustituci¨®n de la espesa red administrativa que da el poder real al PNV, sea cual sea la opci¨®n pol¨ªtica que gane las elecciones auton¨®micas, por un nuevo funcionariado educado a los pechos del partido. Su sustituci¨®n o su continuidad. Y uno de los ejemplos m¨¢s extremos ha sido el de los enfrentamientos habidos cuando tanto el Gobierno de Vitoria como el Ayuntamiento de Bilbao decidieron que un colegio p¨²blico del barrio bilba¨ªno de San Ignacio cediera aulas a una ikastola privada, con la oposici¨®n de padres y profesores de la es cuela p¨²blica, que fueron desalojados por la polic¨ªa auton¨®mica a las seis de la ma?ana con gases lacrim¨®genos; un tratamiento mucho m¨¢s en¨¦rgico que el preparado para rescatar a Aguinagalde del secuestro etarra.
Frente a eso, las escuelas p¨²blicas y los padres de familia piden que se cumplan los planes enunciados por el Gobierno vasco en materia de educaci¨®n. Unos porque desean que sus hijos aprendan euskera como un ejercicio cultural, y otros, igual de dignamente, porque saben que el porvenir de sus hijos pasa por el conocimiento del euskera.
Lo que supone que la reeuskaldunizaci¨®n de Euskadi pasa por el Instituto Nacional de Empleo. Esos planes suponen la creaci¨®n de tres modelos: el A, en castellano, con euskera como asignatura; el B, biling¨¹e, y el D, totalmente en euskera. No existe modelo C porque en euskera no existe esa letra. Pero el modelo B apenas se concede a la escuela p¨²blica, seg¨²n denuncian las asociaciones de padres de familia. Sus aulas se reducen, no se designan suficientes profesores para atenderlas, no se acude con suficiente amplitud y profundidad a la demanda, y hay quien sospecha que las ikastolas son las escuelas designadas para crear los nuevos segmentos directivos de la sociedad vasca, y las escuelas p¨²blicas, las que suministren la mano de obra. Alguna vez se ha hablado de las diferencias que se establecen, desde el punto de vista de dirigentes nacionalistas, entre "nuestras ikastolas" y "vuestros colegios".
Lo que, trasladado al ¨¢mbito universitario, significa que, por ejemplo, Vizcaya no tendr¨¢ nunca ninguna facultad p¨²blica que ya tenga la universidad de los jesuitas de Deusto, que viene a ser una gran ikastola universitaria, aunque no se ense?e en euskera.
La utilizaci¨®n de la educaci¨®n quiz¨¢ proporcione al poder social nacionalista la hegemon¨ªa que busca y que pol¨ªticamente puede perder, pero para ello no est¨¢ eligiendo los caminos m¨¢s integradores.
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