Lecci¨®n de cante

Desde C¨¢ceres vino a Madrid, para inaugurar un, ciclo de tres recitales monogr¨¢ficos organizado por La Carcelera, el Ni?o de la Ribera. Es un cantaor completo, muy largo en conocimientos, con facultades suficientes para ir del grito al susurro, matizando extraordinariamente a la b¨²squeda de los m¨¢s rec¨®nditos acentos. Muy pocos cantaores tienen hoy la capacidad de desentra?amiento de las esencias jondas en su totalidad que demuestra el Ni?o de la Ribera.Este enciclopedismo permite al cantaor afrontar con parecida solvencia g¨¦neros tan dispares como los cantes minerolevantinos o las soleares, las malague?as o los jaleos extreme?os. Hay que agradecer adem¨¢s al Ni?o de la Ribera su preocupaci¨®n por hacer cantes poco frecuentados habitualmente, sali¨¦ndose del mon¨®tono sota, caballo y rey con que tantos cantaores despachan c¨®modamente sus actuaciones. Olmos a De la Ribera, un amplio repertorio fandangueril, con muestras de Lucena, El Gloria, Franquito Yerbag¨¹ena, Aznalc¨®llar, Palanca, Fregenal y la rica cantera de Huelva; un fastuoso recorrido por el cante de sole¨¢, con formas de la Sertena, Alcal¨¢, Iyanda, Juaniqu¨ªn y un largo etc¨¦tera; tambi¨¦n por Levante, con espl¨¦ndida versi¨®n de la taranta de la Gabriela, y por los caracter¨ªsticos estilos de su tierra extreme?a, tangos y jaleos; m¨¢s malague?as, alegr¨ªas, siguiriyas, en fin, una amplia panor¨¢mica de gran cante flamenco.

Otro extreme?o, Justo de Badajoz, puso un acompa?amiento muy adecuado a esta hermosa sesi¨®n de cante; una verdadera lecci¨®n a cargo del Ni?o de la Ribera.