En la marcha de Fraga
La vida p¨²blica espa?ola es triste, d¨¦bil y mon¨®tona porque faltan primeras figuras en todos los terrenos; se ha jugado a igualar por abajo y ahora nos toca a todos pagar las consecuencias. El paisaje pol¨ªtico y cultural espa?ol es dom¨¦stico y desva¨ªdo porque en ¨¦l proliferan los curas rebotados, los militares cojonudos, los periodistas hampones, los altos cargos que no saben hablar el espa?ol, los inquisidores conversos, los t¨ªtulos nobiliarios consortes e hipogenitales, los toreros de sal¨®n, los l¨ªricos menesterosos, los novelistas sociales, los eruditos a la violeta, los pescadores en r¨ªo revuelto, los seudodem¨®cratas que ignoran que el triunfo en las urnas da el poder, pero no la sabidur¨ªa ni la prudencia, los te¨®ricos supervivientes, los trepadores inasequibles al desaliento y dem¨¢s subespecies tercermundistas, folcl¨®ricas y aburridas. Ruego al caritativo lector que hurgue en su propia memoria para ilustrar con nombres propios cada uno de estos supuestos; no ha de costarle mayor esfuerzo.Los militantes de los oficios dichos son quienes derribaron a Fraga, el pol¨ªtico m¨¢s importante que dio la transici¨®n, pese a su fracaso. La can¨ªbal vida pol¨ªtica espa?ola devor¨® a Su¨¢rez, devor¨® a Carrillo y devora a Fraga, en un alarde de irresponsabilidad y de insensatez. ?A qui¨¦n le tocar¨¢ ahora? Yo creo que nadie sobra y todos hacemos falta, pero esto es algo que se resisten a entender y a admitir los espa?oles. Espa?a, pa¨ªs aficionado a la fiesta de toros, viene estando hist¨®ricamente gobernada por cabestros, lo que es malo para el pro com¨²n. En el editorial que EL PA?S dedic¨® a la marcha de Fraga se dice que la derecha espa?ola no est¨¢ sobrada de l¨ªderes, s¨ª en cambio de mequetrefes. El supuesto es harto caritativo, puesto que ese diagn¨®stico cabe tambi¨¦n al centro y a la izquierda.
La ca¨ªda de Fraga es mala para todos porque se trata de un hombre de cuerpo entero al que, al margen de sus aciertos o sus errores, no nos va a resultar nada f¨¢cil sustituir.
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