Colegios m¨¦dicos, aborto y vida
?Qu¨¦ y a qui¨¦nes defienden los colegios m¨¦dicos? Esta organizaci¨®n adopta la defensa a ultranza de una concepci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo y, por ende, de la vida, que resulta de entender la maternidad como el cumplimiento de un mandato natural: un coito, un hijo. Con esta posici¨®n s¨®lo defiende los intereses de un sector social muy determinado y hoy minoritario incluso dentro de la derecha sociol¨®gica y pol¨ªtica de Espa?a. Este sector se corresponde con aquellos grupos sociales cuyos privilegios se sustentan en la miseria e ignorancia de las clases populares; en esta din¨¢mica, el que estas ¨²ltimas tengan un n¨²mero excesivo de hijos es un factor fundamental para que los sectores a los que representa la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial perpet¨²en sus derechos naturales.Si los sectores populares acceden a las prerrogativas que hasta hoy ha disfrutado la clase pudiente -y una de ellas es el control efectivo del tama?o previsto y deseado de su familia-, no s¨®lo emprenden el camino de posteriores demandas sociales, sino que rompen el c¨ªrculo vicioso: exceso de hijos-ignorancia y miseria, base fundamental de la sumisi¨®n y marginaci¨®n en las que las clases m¨¢s reaccionarias fundan sus privilegios.
S¨®lo el miedo a la libertad y a que lleguen a destruirse las bases materiales de sus privilegios les hace levantar la voz, y para ser m¨ªnimamente cre¨ªbles han de identificar sus ideas con las leyes naturales y los "sagrados intereses comunes de la colectividad".
No cabe duda de que la toma de conciencia por parte del pueblo -la ruptura del c¨ªrculo infernal que les condena a ser espectadores sin futuro- pasa por una s¨®lida planificaci¨®n familiar, en la cual el aborto libre y gratuito s¨®lo es una soluci¨®n excepcional a la que tienen acceso las clases dominantes desde siempre.
Para la mujeres la garant¨ªa definitiva, si bien excepcional, de romper con la condena divina de un coito, un hijo, y tiene por primera vez la posibilidad de gozar de lo que los machos han hecho siempre, es decir, del propio cuerpo, sin necesidad de tener hijos si no los desea.
La pat¨¦tica posici¨®n de la Organizaci¨®n M¨¦dical Colegial defendiendo posiciones que la misma derecha, hoy mayoritariamente de corte democr¨¢tico y europeizante, no puede adoptar ante el aborto, les deja solos. En definitiva, no siendo ya portavoces ideol¨®gicos de una mayor¨ªa social, se han quedado como meros defensores de parcelas de poder, como ser¨ªa manipular a su antojo el tema de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, en sinton¨ªa con los minoritarios sectores m¨¢s arcaicos, cerrados y reaccionarios.
Con ello no defienden nada m¨¢s que los intereses de la oligarqu¨ªa m¨¦dica que controla la ¨®rganizaci¨®n M¨¦dica Colegial, como demuestra su oposici¨®n a medidas contra el pluriempleo (prebenda de unos miles, siendo que los m¨¦dicos parados se cuentan por decenas de miles) o, m¨¢s ilustrativo, su aplauso pasivo a, recientes medidas contra cl¨ªnicas de planificaci¨®n familiar, cosa que cualquier otro colectivo, en casos similares, jam¨¢s hubiera consentido.
Las 'razonables' peticiones
Habiendo dejado en claro la ideolog¨ªa e intereses que defiende, sus razones no pueden ser muy s¨®lidas, como a continuaci¨®n demostraremos. ?stas se basan en dos puntos:
1. Salud de las mujeres. La Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial parte de un supuesto: "Una interrupci¨®n de embarazo fuera de un gran hospital es peligrosa". Este supuesto no se mantiene, ya que hay estudios, sobre m¨¢s de 100 millones de casos en EE UU y la Rep¨²blica Federal de Alemania, en los que no se observan diferencias, en cuanto a morbi-mortalidad, entre los realizados en grandes hospitales y consultorios hasta las 12 semanas de embarazo.
La morbi-mortalidad se relaciona con:
a) T¨¦cnica empleada: la t¨¦cnica de dilataci¨®n y aspiraci¨®n es menos peligrosa que las dem¨¢s, y, parad¨®jicamente, no se emplea en nuestros grandes hospitales sino excepcionalmente.
b) Experiencia del operador esto es obvio.
c) Tiempo de embarazo: hasta 12 semanas no hay diferencias entre hospitales y peque?os centros.
d) M¨¦todo de anestesia: la anestesia local conlleva menor morbi-mortalidad, incluso en proporci¨®n de dos a cuatro veces inferior a la anestesia general, en igualdad de los otros factores.
Est¨¢ bien claro que ante los riesgos que implica la anestesia general, ¨¦sta s¨®lo debe ser aplicada en el medio hospitalario, ¨²nico razonamiento en el que la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial acierta y que no ha sido especificado en el actual decreto-ley.
2. Comisiones de control. En tendiendo que es el tocoginec¨®logo el que est¨¢ capacitado para controlar embarazos en los que peligra la salud de la madre y para realizar intervenciones ginecol¨®gicas de la ¨ªndole que sean, es obvio que nadie debe pretender aconsejarle acerca de los criterios m¨¦dico-quir¨²rgicos para llevar a cabo una intervenci¨®n tan sencilla para ¨¦l como es un legrado uterino.
Por ello, las comisiones de control s¨®lo tendr¨ªan el ¨²nico sentido de poseer un instrumento de poder, que el m¨¢s elemental an¨¢lisis te¨®rico como el hasta aqu¨ª desarrollado y el estudio de su curso vital nos hace presumir ser¨ªa utilizado rotundamente en contra de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Ser¨ªa algo as¨ª como escapar de Escila para caer en Caribdis o entregar a los s¨¢tiros el cuidado de la virtud de las ninfas.
En sus pretensiones por bloquear la ley no dudan en emprender la tarea de demostrar que la interrupci¨®n voluntaria del embarazo realizada fuera de un gran hospital siempre es peligrosa. Habi¨¦ndose probado que esta premisa s¨®lo es cierta empleando anestesia general, sus fundamentos no son achacables sino a una clara mala fe o, cuando menos, a una gnorancia dolosa, muy en l¨ªnea de aquellos que est¨¢n dispuestos a demostrar la falsedad de los teoremas geom¨¦tricos si con ello defienden mejor sus privilegios.
Una alternativa
Con la actual ley y su desarrollo queda claro que es el m¨¦dico especialista, como individuo, el ¨²nico capacitado para realizar un diagn¨®stico, pron¨®stico y tratamiento, y de entre ellos el m¨¢s capacitado para valorar la salud de la mujer embarazada es el tocoginec¨®logo, y m¨¢s a¨²n considerando la salud como bienestar f¨ªsico, ps¨ªquico y social (Organizaci¨®n Mundial de la Salud, 1970).
As¨ª entendido, el embarazo indeseado es la m¨¢s grave afectaci¨®n de la salud que se puede dar en la vida de una mujer, y este pron¨®stico-tratamiento, en funci¨®n de la ley considerada, no podr¨¢ ser cuestionado n'unca m¨¢s, ni aun por otros m¨¦dicos, y menos por otros colectivos, por mucho que sepan de sus respectivas materias.
Una vez resuelto por el poder legislativo el problema de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, incluida la autorizaci¨®n de centros privados, es deber inexcusable del poder ejecutivo el conseguir un aborto gratuito en la Seguridad Social, ya que si se han tenido que reconvertir cientos de miles de puestos de trabajo para adaptarnos a las nuevas condiciones de competitividad, tambi¨¦n se puede reconvertir a unos cientos de ginec¨®logos que no est¨¦n a la altura de las condiciones actuales, a saber: garantizar la gratuidad del aborto a las mujeres que as¨ª lo deseen. Mientras esto no se consiga, la interrupci¨®n voluntaria del embarazo ser¨¢ una deuda pendiente y el paradigma de una impotencia inaceptable desde cualquier perspectiva progresista, y una claudicaci¨®n intolerable.
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