Cante gitano

El llamado cante gitano fue el protagonista de este segundo recital del ciclo que La Carcelera ha organizado con el apoyo de la Consejer¨ªa de Cultura de la Comunidad de Madrid.Lo desarroll¨® un cantaor id¨®neo para el caso. Rafael Romero, El Gallina, a sus 75 a?os, no s¨®lo es un gitano de pura cepa, sino adem¨¢s uno de los mejores conocedores e int¨¦rpretes de esa parcela concreta del arte flamenco.

Su recital -breve, l¨®gicamente, puesto que sus facultades no le permiten ya muchas alegr¨ªas- tuvo el sabor y el encanto de lo a?ejo, de lo puro, una forma de cantar y un aroma que las j¨®venes generaciones de cantaores no es que hayan olvidado, es que casi ni han llegado a conocer. En este aspecto, indudablemente, el cante de Rafael Romero es ciertamente testimonial.

En La Carcelera hizo Rafael ocho cantes, entre los que sobresalieron sus siguiriyas, impresionantes, con esa joya primitiva del Planeta. La ca?a siempre es una creaci¨®n importante de este cantaor, uno de los contados que hoy la cantan con rigor. Hizo otros estilos poco frecuentados actualmente, como los campanilleros de Manuel Torre, el mirabr¨¢s o la ronde?a; tambi¨¦n, su versi¨®n personal, siempre valiosa, de la petenera, m¨¢s tientos y una deliciosa guajira.

Rafael Romero cant¨®, en general, con arreglo a sus facultades, que no son brillantes, pero con una justeza y fidelidad a la ortodoxia flamenca admirables.

Fue un recital c¨¢lido, emotivo, acogido por una nutrida concurrencia con afecto y devoci¨®n. Juan Antonio Mu?oz puso enorme inter¨¦s en hacerlo con acompa?amiento adecuado, lo que en alg¨²n momento no logr¨® totalmente, como en la ca?a.