Batalla de la tolerancia

Estoy asistiendo a un mitin electoral en el vel¨®dromo de Anoeta, de San Sebasti¨¢n. He o¨ªdo hermosas palabras: "...estamos dispuestos a hablar de cualquier cosa, a escucharles todo lo que quieran defender, todo, incluso la independencia, pero con los que matan no queremos saber nada; nunca jam¨¢s, nada". A los pocos minutos, unos j¨®venes que creen que las armas no son la mejor manera de servir a su patria y a su pueblo son brutalmente golpeados, insultados, heridos. El orador se refiere a ellos como "... los nuevos dem¨®cratas, que nos revientan los m¨ªtines; hay que echarlos...". Y otras palabras que no contribuyen a apaciguar a sus airados seguidores. Los j¨®venes van retrocediendo entre golpes e insultos, rodeados de unas cuantas personas que tratamos de defenderles. Mientras tanto, el orador sigue con su mitin sin una palabra de incitaci¨®n a la racionalidad y a la tolerancia. Entre quienes rodean amenazadadoramente a esos j¨®venes, algunas personas con la tarjeta de organizaci¨®n del acto. Salen del estadio en medio de un rugido poco tranqulizador. No tienen fuerzas para defenderse, ni siquiera de palabra.Se trataba de un mitin del PSOE. Participaban en ¨¦l, entre otros, Ram¨®n Rubial y Alfonso Guerra. El orador, en el momento de la agresi¨®n, era Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas, candidato a presidente del Gobierno vasco. Los j¨®venes, objetores de conciencia. En el Pa¨ªs Vasco la tolerancia perdi¨® otra batalla. No perder¨¢ la guerra.-