Brooks y Negulesco, una pareja infeliz
El programa De pel¨ªcula se dedica hoy a Jean Negulesco y Richard Brooks. Cuando un programa decide hablar de alguien, se acostumbra a hablar bien para demostrar que vale la pena decir algo de aquel caballero. Estos monogr¨¢ficos suelen derivar hacia el homenaje, y, si se trata de determinados nombres del cine norteamericano, ese homenaje termina con el pa?uelo de la nostalgia entre las manos por un cine que ya pas¨®. Est¨¢ bien que el programa de TVE recuerde apellidos que, para los libros enciclop¨¦dicos, no son una entrada de primera magnitud.Brooks es un cineasta de una notable amargura a quien le pierde el querer hacer ostentaci¨®n de ella con cierto barroquismo que le viene del cine de autor europeo, de una malsana envidia por los laureles que adornaron a determinados cineastas. Reportero, intelectual, infante de marina, Brooks fue guionista, entre otros, de John Huston y Jules Dassin. Fue un buen guionista para pel¨ªculas de otros y para sus propios filmes (los mejores son los que ¨¦l mismo escribe).
Gran literatura
Es asimismo un director Ilustrado que no le tuvo miedo a la gran literatura (Dostoievski, un caso), esa gran literatura que da tan penosos resultados en la pantalla. La gata sobre el tejado de zinc, por ejemplo, acumula una serie de chantajes culturalistas, al margen de los m¨¦ritos de la obra: una pieza de Tennessee Williams, un reparto con sobredosis de Actor's Studio... Incluso cuando Brooks se plantea un filme de g¨¦nero, un western, debe darle un aire personal, quiz¨¢ porque en los tiempos de Los profesionales (1966) la ¨¦poca de la conquista del Oeste ya no era tan cre¨ªble, tan heroica.Brooks escoge con valent¨ªa los temas -A sangre fr¨ªa, por ejemplo-, aunque no tanto las soluciones para explicarlos; pero este esfuerzo no deja de ser singular en el mundo de una industria que ha demostrado poder hablar 80.000 veces de un chico que busca a una chica y hablarlo de 80.000 maneras aparentemente distintas.
Su b¨²squeda de asuntos fronterizos, atrevidos, le condujo a convertirse en su propio productor, y un filme como D¨®lares no deja de ser una gran met¨¢fora sobre la primera tarea de la vida: no vivirla, sino conseguir esos fat¨ªdicos papelitos que permiten, como m¨ªnimo, la supervivencia.
Jean Negulesco tiene pocos parentescos con Brooks. Su gran ¨¦xito fue Belinda, un dram¨®n conmiserativo. Fue el primero que quiso contar con Marlon Brando, y los sabios de la productora le dijeron que ese actorcito no vocalizaba bien. Cuando la cr¨ªtica habla de Negulesco, no lo hunde, sino que lo reflota por su inteligente uso del color, de los formatos. Es decir, por una correcta artesan¨ªa. Brooks y Negulesco no son pareja, pero, en caso de serlo, tampoco ser¨ªan una pareja feliz.
De pel¨ªcula se emite hoy, a las 19.30, por TVE-1.
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