El escritor present¨® anoche su ¨²ltima obra

El autor teatral Antonio Buero Vallejo ha dado a su ¨²ltima pieza el nombre de L¨¢zaro en el laberinto, estrenada anoche en el teatro Maravillas, de Madrid, bajo la direcci¨®n de Gustavo P¨¦rez Puig. Al t¨¦rmino de la funci¨®n, que fue acogida con aplausos y bravos, el escritor dijo que para ¨¦l esa noche ser¨ªa inolvidable por dos motivos que el p¨²blico asistente seguramente conoc¨ªa: el estreno de la obra y el Premio Cervantes de este a?o. El autor agradeci¨® desde el escenario a la compa?¨ªa, a los t¨¦cnicos y al p¨²blico asistente la buena acogida dispensada. Desde que Di¨¢logo secreto se estren¨®, en 1984, Buero no hab¨ªa llevado a los escenarios ning¨²n nuevo texto suyo, aunque la reciente reposici¨®n de su obra El concierto de San Ovidio en el teatro Espa?ol, de Madrid, hizo que Buero Vallejo volviera a la actualidad esc¨¦nica con un ciclo de conferencias y mesas redondas sobre el dramaturgo.

Buero Vallejo no cambi¨® anoche sus costumbres, a pesar del premio. Como es habitual en ¨¦l, entr¨® en el teatro por una puerta trasera, mientras en la principal se agolpaba el p¨²blico que hab¨ªa acudido al estreno y muchos periodistas, sobre todo reporteros gr¨¢ficos, con la esperanza de captar la llegada del flamante premio Cervantes al local de su ¨²ltimo estreno. El autor se refugi¨® en un peque?o despacho junto a su esposa, la actriz Victoria Rodr¨ªguez. Pero Buero Vallejo no se escond¨ªa del doble inter¨¦s suscitado por el estreno de L¨¢zaro en el laberinto y la concesi¨®n del Cervantes, sino que cumpl¨ªa con una costumbre iniciada en 1949 con el estreno de Historia de una escalera.En la primera funci¨®n de L¨¢zaro en el laberinto, celebrada en la tarde de ayer, Buero Vallejo tuvo que salir a saludar al escenario, reclamado por el entusiasmo del p¨²blico.

L¨¢zaro en el laberinto, su ¨²ltima obra est¨¢ ambientada en una ¨¦poca actual, aunque a trav¨¦s del protagonista de la pieza, un librero madrile?o, se hacen diversas referencias a tiempos pasados. Una vez m¨¢s, Vallejo prefiere no hacer comentarios acerca de su trabajo, ya que piensa que lo importante es el contraste de ¨¦ste con el p¨²blico.

El autor dram¨¢tico opina que en L¨¢zaro en el laberinto no existe ni¨¢guna ruptura con su dramaturgia anterior, ya que, como comenta ¨¦l, "ser¨ªa convertirme en otro". Pero a continuaci¨®n a?ade: "Lo que s¨ª es cierto es que tampoco se produce un anquilosamiento en f¨®rmulas anticipadas en otras obras m¨ªas".

M¨¢s dunro que nunca

Ante la reposici¨®n el pasado a?o de si, obra El concierto de San Ovidio, bajo la direcci¨®n de Miguel Narros, en el teatro Espa?ol de Madrid, Buero Vallejo declaraba: "No me gusta escribir. Me gusta haber escrito. El que lleve una carrera larga, con algunas respuestas positivas, podr¨ªa darme una seguridad, todo lo vanidosa que se quiera, lo que en mi caso no sucede". Se le hace muy cuesta arriba empezar cada nueva obra: "Cada vez que afronto la tarea de una nueva obra yo me

siento un pobre diablo que no sabe hacer teatro".

Cuando horas antes de recibir el premio Cervantes se le pregunta si en esta ocasi¨®n le hab¨ªa sucedido lo mismo, el escritor respondi¨®, apesadumbrado: "Esta vez, terminar la obra ha sido m¨¢s familia". (Buero Vallejo perdi¨® duro que nunca, ya que a lo que hace seis meses a su hijo Enrime cuesta escribir habitualmente que, que muri¨® en un accidente se ha unido el hecho de la mayor de circulaci¨®n a la edad de 25 desgracia que ha ocurrido en mi a?os.)