Euforia en la econom¨ªa
CUANDO SE va a cumplir el primer a?o de la integraci¨®n de Espa?a en la Comunidad Europea (CE), un cierto ambiente de euforia recorre los pasillos de la econom¨ªa. Efectivamente, las subidas generalizadas de las bolsas y los datos sobre la inflaci¨®n en el mes de noviembre, junto con otros indicadores, han provocado un estimulante rosario de optimismos.Por primera vez en muchos a?os, el empleo ha progresado de manera significativa. No se puede concretar con precisi¨®n cu¨¢nto significa este aumento, puesto que han de pasar varios meses antes de que se disponga de las cifras completas del a?o, pero parece claro que se ha producido. Adem¨¢s, una parte del crecimiento del empleo se debe al afloramiento parcial de la econom¨ªa sumergida como consecuencia de la aplicaci¨®n del impuesto sobre el valor a?adido (IVA) y de la generalizaci¨®n de los nuevos contratos de trabajo, m¨¢s flexibles que los anteriores.
La contradicci¨®n entre el fuerte aumento del paro registrado en los ¨²ltimos meses y el incremento del empleo es s¨®lo aparente. Esto es as¨ª porque en los per¨ªodos de reactivaci¨®n es frecuente que aumenten a la vez el empleo y el paro como consecuencia del retorno al mercado de trabajo de una parte de la llamada poblaci¨®n desanimada, es decir, de todos aquellos que no buscaban trabajo por haber cre¨ªdo en la etapa anterior que eran muy escasas las posibilidades de encontrarlo.
Este aumento del empleo es coherente con el incremento de la demanda interna, que para el conjunto del a?o crecer¨¢ en un 5%. Cabe destacar el crecimiento de la inversi¨®n en bienes de equipo, que, por segundo a?o consecutivo, ser¨¢ de un 12%. Numerosos ernpresarios se han lanzado a un proceso de modernizaci¨®n del equipo productivo de sus empresas, lo cual constituye una muestra de la conciencia sobre la mayor dureza del mercado y como forma de preservar su existencia frente a la creciente competitividad europea. Para ello han contado con la ayuda de una situaci¨®n financiera m¨¢s saneada que la de hace unos a?os, como han atestiguado las cifras de la Central de Balances del Banco de Espa?a. El aumento del consumo refleja, por lo dem¨¢s, una subida de las remuneraciones de los asalariados.
Los cinco puntos de crecimiento de la demanda interior se reducen a tres solamente cuando se pasa al aumento del producto interior bruto (PIB), ya que el sector exterior restar¨¢ dos puntos al mismo como consecuencia de un crecimiento de las importaciones mucho m¨¢s r¨¢pido que el de las exportaciones. El auge de las primeras se explica por la supresi¨®n de contingentes y la reducci¨®n de aranceles despu¨¦s del ingreso en la CE. La ca¨ªda de las exportaciones se debe, en ¨²ltimo t¨¦rmino y sobre todo, a la p¨¦rdida de competitividad ocasionada por la apreciaci¨®n de la peseta.
A la luz de estos datos, el balance del primer a?o de adhesi¨®n a la CE resulta m¨¢s que aceptable y ajustado a las previsiones. La integraci¨®n de una econom¨ªa protegida en una zona de relativo libre cambio tiene como consecuencia la p¨¦rdida de una parte de la producci¨®n, estimada por algunos estudios solventes entre tres y nueve puntos para todo el per¨ªodo de adhesi¨®n. Pero este efecto te¨®rico s¨®lo llegar¨ªa a producirse si no hubiera respuesta por parte de las empresas espa?olas. El aumento de la inversi¨®n en bienes de equipo parece demostrar, sin embargo, como decimos, la existencia de una voluntad de hacer frente al desaf¨ªo, y, de mantenerse esta tendencia, es previsible que reduzca en el futuro, los efectos negativos de la integraci¨®n. En cuanto a los positivos (ampliaci¨®n de los mercados para nuestros productos, desviaci¨®n de comercio hacia una zona m¨¢s segura y con mayor capacidad adquisitiva, impulso a la modernizaci¨®n del aparato productivo), son bastante claros y no necesitan mayor comentario.
Por otra parte, la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, del d¨®lar y de los precios de las materias primas expresados en pesetas han suavizado considerablemente los malos resultados del sector exterior. Se trata de algo en lo que la suerte ha desempe?ado un papel,esencial y de lo que ser¨ªa in¨²til tratar de extraer consecuencia pol¨ªtica alguna. El a?o pr¨®ximo puede acaso ser menos propicio en este sentido.
Todos estos elementos configuran una mejora de la situaci¨®n que, en cualquier caso, es a¨²n fr¨¢gil y no debe conducir a la creencia de que se han desvanecido las carencias de nuestro aparato productivo. ?stas permanecen, y nada ser¨ªa tan peligroso como olvidarlas bajo los efectos de luna euforia fugaz.
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