La Filarm¨®nica de Berl¨ªn estrena los 'Poemas' de Crist¨®bal Halffter
Varios directores espa?oles incluidos en los programas de la famosa orquesta
El hecho tiene valor de noticia y significaci¨®n de acontecimiento: el m¨²sico espa?ol Crist¨®bal Halffter, al frente de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, ha estrenado la pasada semana (d¨ªas 17 y 18), en el celeb¨¦rrimo Karajan-Circus, su ¨²ltima obra: Tres poemas de la l¨ªrica espa?ola, para bar¨ªtono y orquesta. Es bien raro -y apenas existe precedente- que la m¨¢s valiosa agrupaci¨®n sinf¨®nica europea estrene mundialmente una obra espa?ola.
Bien es verdad que jam¨¢s, a lo largo de su historia, la Filarm¨®nica de Berl¨ªn hab¨ªa sido dirigida por tanta batuta espa?ola. En las series de la presente temporada aparecen los nombres de Fr¨¹hbeck de Burgos (con Weinssenberg), L¨®pez Cobos (con el tambi¨¦n pianista Andrea Lucchesini) y Crist¨®bal Halffter (con el bar¨ªtono Ronald Hermann). Al mismo tiempo, L¨®pez Cobos prolonga su ejercicio como director general de M¨²sica de la Deutsche Oper, por la que desfilar¨¢n Arturo Tamayo, actualmente con residencia en Freiburg, y G¨®mez-Mart¨ªnez.Programados por el anterior intendente, el doctor Wolfgang Stresemann, y mantenidos por su sucesor, Hans Georg Sch?fer, los Poemas fueron resultado de un encargo de la Fundaci¨®n March que Halffter ultim¨® a mediados del a?o que termina. Con ellos, igual que con otras partituras -la Filarm¨®nica ya hab¨ªa interpretado las Eleg¨ªas-, Crist¨®bal Halffter contribuye, de manera protagonista, a desechar la vieja imagen pintoresca de lo espa?ol, tan mantenida por Espa?a misma en el mundo germano. Gracias a ella, lo espa?ol no es s¨®lo Alb¨¦niz, Falla o el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo, sino, todav¨ªa m¨¢s, el Bolero y la Rapsodia, de Ravel; la Sinfon¨ªa de Lal¨®; la Carmen, de Bizet, y el Capricho, de Rimski.
Otra Espa?a
Ahora est¨¢ instalada en las conciencias otra Espa?a, fuerte, dram¨¢tica, con frecuencia goyesca y valleinclanesca, que poco debe al Fandango, el Bolero (que ya ocupara la atenci¨®n de Beethoven), la Jota, que entusiasmara a Liszt y a Glinka, o el Zapateado. La Espa?a musical de hoy enlaza y se debe a tradiciones culturales m¨¢s profundas que van desde Quevedo y Calder¨®n a Unamuno y Ortega. Y no s¨®lo un grupo de iniciados -que ¨¦stos siempre existieron-, el p¨²blico normal que llena la sala de Hans Scharoun -verdaderamente mod¨¦lica-, aplaudi¨® al Falla sin gitanismo de los Homenajes y a los poemas de Gutierre de Cetina (Ojos claros, serenos), Jorge Manrique (Mote) Francisco de Quevedo (Amor constante m¨¢s all¨¢ de la muerte), transfigurados con hond¨ªsima fidelidad y estremecedora belleza por Crist¨®bal Halffter en su espl¨¦ndido tr¨ªptico.
"?Es posible y convincente la comunicaci¨®n de ideas filos¨®ficas -cuerpo, alma, sensibilidad- a trav¨¦s de la m¨²sica?", se pregunta el cr¨ªtico del Morgenpost. Para responderse: "En este caso, s¨ª".
Otros comentaristas especializados, como el de Der Tagespiel, hacen historia de lo espa?ol en m¨²sica en relaci¨®n, con el devenir de nuestra cultura y, con el compositor, elogian al Halffter director por sus versiones de Falla -transparentes, serenas- y de los Cuadros, de Moussorgsky, en los que el director condujo la Filarm¨®nica como un inmenso ¨®rgano cuyos registros maneja con resultados impresionantes. Quien conozca un poco por dentro a los filarm¨®nicos valorar¨¢ justamente la actitud, no ya de respeto, sino de aut¨¦ntico inter¨¦s mostrada ante Crist¨®bal Halffter, que se mueve en el ambiente internacional con la soltura de un Penderecki o un Ligeti, por citar dos autores con los que suele ser comparado.
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