Vietnam mira al Sur
SE SAB?A desde hace varios meses que el VI Congreso del Partido Comunista de Vietnam tendr¨ªa que realizar serios cambios en la pol¨ªtica econ¨®mica del pa¨ªs. Su preparaci¨®n se ha desarrollado en medio de una campa?a de cr¨ªtica y autocr¨ªtica, que en muchos casos se ha traducido en indignadas protestas contra una direcci¨®n incapaz. Sin embargo, el alcance de los cambios y la forma en que se han producido han sido una sorpresa completa. En plenas labores del congreso, los delegados se han enterado de que el secretario general, que s¨®lo hab¨ªa sido nombrado unos meses antes, Truong Chinh, y otros dos l¨ªderes hist¨®ricos, Pham Van Dong, jefe del Gobierno, y el que negoci¨® con el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger durante la guerra, Le Duc Tho, presentaban su dimisi¨®n. Los tres gozan de ese prestigio extraordinario que s¨®lo nace en medio de las tragedias de la guerra y de las alegr¨ªas de la victoria; ahora ni siquiera figuran entre los 173 miembros del nuevo comit¨¦ central, aunque su retirada se enmascara en los partes m¨¦dicos sobre su precaria salud.Nunca se ha producido en un congreso de un partido comunista un cambio de tales proporciones. Resulta del todo insuficiente explicarlo como la retirada de la vieja guardia para dejar sitio a hombres de las nuevas generaciones, m¨¢xime cuando el nuevo secretario general ha cumplido 71 a?os. A pesar del secreto que rodea la cumbre vietnamita, cabe afirmar que se ha producido un enfrentamiento pol¨ªtico entre dos orientaciones para hacer frente a una situaci¨®n econ¨®mica catastr¨®fica, reconocida en el propio informe de Truong Chinh ante el congreso. La inflaci¨®n, el desabastecimiento de materias de primera necesidad, entre ellas los alimentos b¨¢sicos, casos repetidos de corrupci¨®n en el propio partido, sintetizan un balance desastroso para el equipo que ha dirigido el pa¨ªs desde la independencia en 1975.
M¨¢s que una contradicci¨®n entre viejos y j¨®venes, se han opuesto concepciones diferentes, originadas en no escasa medida por las dos experiencias que han vivido los mandos comunistas vietnamitas en el norte y en el sur del pa¨ªs. No es casual que los dirigentes que ahora son retirados se hayan forjado en el Norte; son los que dirigieron la guerra, movilizando al pa¨ªs en medio de condiciones espartanas; est¨¢n acostumbrados a resolver los problemas a base de voluntarismo, apelando al sacrificio del pueblo. As¨ª ganaron la guerra contra EE UU. Pero as¨ª no se construye la econom¨ªa de un pa¨ªs. El nuevo secretario general, Nguyen Van Linh, y otros responsables promovidos ahora, como Vo Chi Cong, que ser¨¢ designado para encabezar el Gobierno, han organizado durante muchos a?os la lucha clandestina en el Sur, con pol¨ªticas flexibles de amplia unidad patri¨®tica en la lucha contra Francia, primero, y contra EE UU, despu¨¦s. Son dirigentes preparados por esa experiencia a asumir de manera realista la necesidad de una nueva pol¨ªtica econ¨®mica que abra espacios a la iniciativa privada y cree incentivos.
La pregunta que todo el mundo se hace es la de si estos cambios tendr¨¢n repercusiones en el plano de la pol¨ªtica exterior. No es probable que la respuesta aparezca mediante declaraciones explosivas. Pero un hecho fundamental es que la URSS, cuya actitud ha sido esencial para el cambio, est¨¢ interesada en abrir nuevas posibilidades en la cuesti¨®n de Camboya. China ha dado prioridad, entre las tres condiciones para una normalizaci¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, al tema de Camboya. Por otra parte, el pr¨ªncipe Sihanuk, que encabeza el Gobierno exiliado de coalici¨®n, intensifica su actividad con un creciente apoyo de Francia. Pero el dato m¨¢s significativo de que algo nuevo puede surgir en esta parte del mundo es la pol¨ªtica que ha iniciado Laos despu¨¦s de la elecci¨®n, en el congreso del pasado noviembre, de Kaysone Phomvihane como secretario general del partido.
En la actual coyuntura, presiones muy fuertes, internas y externas, tienen que ejercerse sobre Hanoi para que flexibilice una pol¨ªtica exterior prepotente y militarista que le ha llevado a la invasi¨®n de Camboya. Y en ese marco no ser¨ªa realista creer que los cambios en la c¨²spide del partido vietnamita limitar¨¢n sus efectos puramente al terreno econ¨®mico interior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.