Sajarov
La tremenda lecci¨®n hist¨®rica conocida por el nombre de El huevo de Col¨®n sigue siendo materia de reflexi¨®n y camino de perfecci¨®n a la vista de lo d¨ªficil que es, que sigue siendo, ver lo evidente, asumir lo obvio... ?Qu¨¦ hacer con los disidentes sovi¨¦ticos?, se han preguntado los comunistas honestos, atribulados por el mal espect¨¢culo moral que la disidencia enjaulada, encarcelada o desterrada ofrec¨ªa a todo esp¨ªritu sensible. Pues muy sencillo, la soluci¨®n consiste en poner a los disidentes en libertad, en igualdad de derechos civiles con los no disidentes, y adem¨¢s felicitarles las Pascuas.Hay que esperar que Sajarov no sea una excepci¨®n, sino una soluci¨®n piloto de la que se benefic¨ªar¨¢n en el inmediato futuro los restantes disidentes.
La verdad es que desde que el mundo entero se enter¨® de los entresijos de aquella fenomenal tragicomedia que fueron los procesos depuradores de comunistas insuficientes, el rigor empleado por el Estado sovi¨¦tico para construir un enemigo interior que aglutinase a las masas en torno del r¨¦gimen ha carecido de muchos atributos, pero sobre todo del principal atributo de este tipo de orquestaciones: verosimil¨ªtud. No hay peor enemigo de un r¨¦gimen socialista que la consciencia burocr¨¢tica, esas liturg¨ªas numantinas interpretadas por subsecretarios de algo y de todo que acaba convirti¨¦ndose en teolog¨ªa. El disidente ha sido una piedra de toque teologal sin la cual el Estado habr¨ªa sido menos Estado.
Parece ser que Gorbachov es muy capaz de ver lo evidente y asumir lo obvio. Trabajo le ha costado al Estado sovi¨¦tico andar los pocos metros de lucidez que separaban la reforma Jruschov de la reforma Gorbachov. Veinticinco a?os no son nada en los tangos, pero s¨®lo en los tangos. Casi veinticinco a?os de sentido com¨²n aplazado llevan en su vientre mucho sufrimiento personal y colectivo, sufrimiento evitable aplicando el ejemplo del huevo de Col¨®n a gentes que en su mayor¨ªa s¨®lo ped¨ªan un socialismo mejor. Probablemente, un socialismo futuro.
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