Un peque?o problema de traducci¨®n
La contrataci¨®n del estadounidense Larry Spriggs rompi¨® moldes en el Real Madrid. No s¨®lo el club se atrev¨ªa a fichar a un jugador por cerca de 200.000 d¨®lares (alrededor de 26 millones de pesetas) al a?o, sino que lo tra¨ªa directamente de Los ?ngeles Lakers y con el anillo de campe¨®n de la NBA. Sin embargo, el fichaje de Spriggs est¨¢ por ver.Lo que s¨ª ha supuesto es una transformaci¨®n muy amplia en los esquemas de juego del equipo. Su forma de jugar es tan diferente a la de los norteamericanos-tipo del Madrid que ha terminado por influir en el resto de la plantilla.
Spriggs vivi¨® sus peores momentos tras la eliminaci¨®n madridista de la Copa del Rey. El club nunca le puso un plazo, pero s¨ª hubo una larga e interesante conversaci¨®n con el jugador en la que se sacaron varias conclusiones: una, que reclamaba indicaciones m¨¢s concretas sobre lo que realmente ten¨ªa que hacer, y otra, que algunas ¨®rdenes no le hab¨ªan sido traducidas exactamente del castellano al ingl¨¦s; esta ¨²ltima cuesti¨®n afectaba directamente al segundo t¨¦cnico madridista, Clifford Luyk.
El club no profundiz¨® en este segundo aspecto, que revelaba, en todo caso, una acusaci¨®n grave, y se ha limitado a asegurarle a Spriggs mejores traducciones en lo sucesivo. Luyk sigue en el desempe?o habitual de sus funciones, que no tienen excesivo contenido, pese a ser el ayudante mejor pagado del baloncesto espa?ol. Luyk, tenido por aspirante a la plaza de Lolo Sainz cuando dirig¨ªa a los juniores, con quienes se precia de haber ganado todos los t¨ªtulos nacionales, fue poco menos que obligado, hace tres a?os, a ser ayudante por Pedro Antonio Mart¨ªn, ex directivo, quien quiso, en actitud bernabeuniana, conciliar a dos fuerzas vivas para que trabajasen en com¨²n.
Aparentemente, la acusaci¨®n de problemas en las traducciones -que no fue realizada por Spriggs- ha quedado en el aire. Spriggs sigue siendo un jugador imprevisible, que tarda en acoplarse, pero a quien se acusa en exceso de todos los problemas del equipo. Haga lo que haga, Spriggs es foco de atenci¨®n. Cada vez le queda menos tiempo. ?l sabe que, si las cosas siguen por el mismo camino, la pr¨®xima temporada ya no podr¨¢ cobrar esos 200.000 d¨®lares anuales que percibe en la actual.
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