Masones
No se pierde la inocencia cuando se deja de creer en los Reyes Magos, que acaban de pasar. Se pierde la inocencia (la perdemos los espa?oles) cuando se deja de creer en los masones, en el coco y en el hombre del saco. La masoner¨ªa era el monstruo que Franco ten¨ªa encerrado en el laberinto del Pardo, y que pod¨ªa devorarnos en cuanto ¨¦l renunciase -jam¨¢s- a su puesto de centinela de Occidente (Galinsoga) desde el balc¨®n del palacio de Oriente, qu¨¦ l¨ªo geogr¨¢fico. La masoner¨ªa era el drag¨®n te¨®rico que hac¨ªa de Franco un San Jorge port¨¢til. Ahora, legalizados los masonazos, resulta que son unos particulares peatonales que organizan simposiums, como la cocacola, y van ya por el III, que se celebrar¨¢ en C¨®rdoba y en junio. Los temas a tratar son, entre otros, "La masoner¨ªa ante el clero", "La prensa mas¨®nica", masoner¨ªa "y aplicaci¨®n pr¨¢ctica al terreno de la educaci¨®n".. Hasta mandan un bolet¨ªn de inscripciones y reservan plaza en el hotel Selu. ?Y esto era el endriago acechante que daba espesor mitol¨®gico al discurso franquista? Es lo que dice Fernando Savater de la droga: basta con legalizarla para que deje de ser un tab¨². Es lo que ha pasado con el porno, que las salas X se han quedado en residencias de ancianos. A medida que la masoner¨ªa se desmisteriza y se va pareciendo m¨¢s a un partido pol¨ªtico del grupo mixto, los partidos pol¨ªticos, por reacci¨®n y contraste soc¨ªol¨®gico, se van misterizando en una transici¨®n de la democracia a la demomagia. Rodr¨ªguez Sahag¨²n y todos los hombres de Su¨¢rez parece que tienen como rito inici¨¢tico el mus, lo cual es u?a manera muy espa?ola y nada mas¨®nica de entregarse al misterio del azar. Rodr¨ªguez Sahag¨²n se juega la merienda al mus, en el Hogar Vasco: "Gan¨¦ el campeonato de mus de Vizcaya a los quince a?os", dice. Bien por el mus, que es m¨¢s casta que los masones. Han salido al mercado bustos de Fraga a 25.000 p¨²as, en bronce, hechos por Ballester. Fraga empieza a generar fetiches de s¨ª mismo, como la Virgen de Lourdes. Su¨¢rez se permite previsiones y faroles de gran jugador de mus: "Es inevitable que vuelva a ser presidente en 1990". Alonso Puerta: "El PSOE corre peligro, de convertirse en un peromsmo". Y el peronismo era m¨¢gico y jug¨® con la imagen bruja de Evita, viva y muerta. El silencio de G¨®mez Llorente, a quien Izquierda Soc¨ªalista pide activismo, es una capilla de ausencia, que hace del gran hombre de la pipa el Confucio secreto del PSOE. Luis de Velasco y otros ex han creado un "centro de reflexi¨®n". Alguien los ha llamado, rudamente, "la banda de los cuatro". De modo que incluso el partido m¨¢s pragm¨¢tico de esta hora, que es el gobernante, segrega hornacinas de meditaci¨®n trascendental, log¨ªas interiores, consagradas a interpretar la esencia del pauloeclesialismo. Los partidos se vuelven m¨¢gicos, s¨ª, a medida que la magia mas¨¢nica se seculariza en simposiums de poliuretano y suscripci¨®n a vuelta de correo. Ya puede usted hacerse mas¨®n por correspondencia. Quiere decirse que el individuo, incluso el individuo colectivo, libera una dosis de misterio dif¨ªcil de controlar, una adrenalina espiritual o espiritista. Los masones de paisano andan equivocados, como cuando Juan XXIII puso a la Iglesia de paisano. He recibido, entre las felicitaciones navide?as, una de Dolores Ib¨¢rruri, con letra otra vez infantil, de tan cansada. La magia del mito funciona incluso en el interior del materialismo hist¨®rico. O sea que seguimos siendo nosotros y nuestra sombra, y el socialismo dial¨¦ctico triunfa, quiz¨¢, por su dosis de irracionalismo ut¨®pico, mientras los masones y Fraga se secularizan a destiempo. Se suicidan.
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