Una gratificante pol¨¦mica
La reciente construcci¨®n del ornato y dise?o de la Puerta del Sol, seg¨²n proyecto patrocinado por el Ayuntamiento, ha despertado una pol¨¦mica que es gratificante para nosotros, los profesionales de la arquitectura, y esto porque parece que, al menos una vez, el dise?o de la ciudad preocupa e interesa, y no s¨®lo en los sectores de opini¨®n en que siempre se han desenvuelto estos asuntos: los cen¨¢culos de profesionales, las tendencias y capillas de dise?adores, etc¨¦tera.Afortunadamente, en esta ocasi¨®n, el discurso del conflicto no corresponde a las tradicionales bander¨ªas del sector: posmodernos, comprometidos, sociologistas, etc¨¦tera. Esta vez el argumento fundamental es que, en opini¨®n popular, "las farolas no gustan", o "no tienen que ver con la historia de Madrid".
No es intenci¨®n nuestra polemizar en torno al objeto farola o al dise?o de? espacio p¨²blico (particularmente diremos que nos parece un buen dise?o, una correcta ejecuci¨®n y una sabia adaptaci¨®n al entorno, y adem¨¢s... nos gusta). Lo que entendemos importante manifestar es c¨®mo el hecho de que esta pol¨¦mica se haya producido es importante, porque con ella lo que se manifiesta, y as¨ª se dice, es que el Ayuntamiento de Madrid s'ha pasao. Y eso creemos que es bueno. M¨¢s vale pasarse que no llegar. ?Cu¨¢ntas veces las mismas voces que hoy manifiestan disconformidad por el exceso no han reiterado su disgusto por el defecto! Hemos visto, desgraciadamente, las protestas por la destrucci¨®n del patrimonio inmobiliario de car¨¢cter hist¨®rico, por el derribo de edificios vinculados a nuestro pasado urbano con alto valor art¨ªstico o por las operaciones inmobiliarias especulativas y destructoras.
Y, de repente, la actual administraci¨®n socialista desmonta el scalextric de Atocha, redise?a esa plaza, proyecta y ejecuta la recuperaci¨®n del r¨ªo Manzanares, instala un planetario, promueve vivienda p¨²blica en r¨¦gimen de alquiler en San Francisco el Grande, recupera como dotaci¨®n el mercado de pescados; en fin aborda 1.600 obras de mejora de sectores de la ciudad.
Libertad de dise?o
Y esto se hace bajo una actitud pol¨ªtica de absoluta libertad de dise?o, bajo unos criterios ampl¨ªsimos en orden a dar cabida en esa movida a todo tipo de tendencias art¨ªsticas y or¨ªgenes culturales. (Recordemos el car¨¢cter abierto y hospitalario de nuestra ciudad, que hace que, junto a profesionales madrile?os, est¨¦n colaborando en estos empe?os compa?eros de otros pa¨ªses o de otras regiones de Espa?a). Esta actitud de generosidad en la convocatoria cultural y la ausencia de un casticismo de contenido reaccionario y nost¨¢lgico caracterizan de manera singular y casi exclusiva la din¨¢mica cultural de la villa de Madrid. Y todo ello con un alto grado de aceptaci¨®n popular, y no s¨®lo por el car¨¢cter de los dise?os realizados, sino tambi¨¦n, y sobre todo, porque esos proyectos han sido veh¨ªculos para resolver necesidades urbanas de dotaciones y servicios ampliamente reclamados.
Es evidente que, en este empe?o de construir la ciudad reconstruyendo sus partes, algo se puede quedar en el tintero, algo puede no encajar.
La cr¨ªtica siempre es necesaria, pero, en enjuiciamiento de la realidad, ha de atender a la realidad misma, analizada en el ¨¢mbito m¨¢s global y totalizador posible, y esa plaza de nuestras discordias se reforma y se adecua en el marco de una pol¨ªtica global de la intervenci¨®n sobre la ciudad. En ese marco, la decisi¨®n de intervenir sobre Sol nos parece correcta, y su resultado, saludable, y, como ya dijimos antes..., adem¨¢s nos gusta. Cierto es que hay unas gotas de referencia a las arquitecturas de la Viena de Otto Wagner y que tal vez las marquesinas den un aire de modernidad no muy fernandino. Pero ?no se aprecia un cierto toque italiano en el palacio Real de Madrid? ?No hay unas muy claras referencias, tan poco castizas de otra parte, a la arquitectura americana de las primeras d¨¦cadas del siglo en edificios tan significativos para nuestra imagen urbana como el edificio Espa?a o la sede central de la Telef¨®nica? ?No es la Gran V¨ªa un admirable repertorio de las arquitecturas racionalistas, ecl¨¦cticas, historicistas, regionalistas, etc¨¦tera?
?No es Madrid esa maravillosa mezcla de estilos y caracteres que ha formado una ciudad tan singular como abierta?
Por todo ello creemos que esas farolas no debieran desaparecer, porque fue valiente la decisi¨®n de instalarlas y porque ¨¦sta fue coherente con una pol¨ªtica municipal de ?ntervenci¨®n culta sobre las partes de la ciudad. Es nuestra opini¨®n que la historia de los espacios urbanos es la historia de la ciudad que los contiene y del pueblo que los vive, y que estos espacios est¨¢n, por tanto, en constante transformaci¨®n. ?No es muy distinta la Puerta del Sol que proclam¨® la Rep¨²blica en 1931 a la de los a?os setenta? ?Por qu¨¦ esta nueva imagen que celebraba el fin del a?o 1986 no tiene tambi¨¦n su oportunidad en la historia cotidiana?
En fin, a pesar de todo, bienvenida sea, cual sea. ¨¦sta, la nueva Puerta del Sol, que, por fuer de puro vieja, volver¨¢ a cambiar m¨¢s veces..., lo veremos.
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