Mar¨ªa Kodama explica la influencia oriental en Borges
La idea de Borges del libro infinito, el libro de arena, es en parte oriental -Las mil y una noches-, en opini¨®n de Mar¨ªa Kodama, viuda del escritor e hija de un japon¨¦s que le ense?¨® a mirar en silencio. Una educaci¨®n, que parec¨ªa una previsi¨®n del destino, pues permiti¨® que fuera diestra en la descripci¨®n cuando Borges, anciano y ciego, se entusiasm¨® con los viajes. Mar¨ªa Kodama hizo anoche una erudita disertaci¨®n sobria la influencia oriental en Borges, en la Biblioteca Nacional de Madrid.
No se suele saber que Borges, tras leer a Schopenhauer, quiso aprender alem¨¢n, de joven en Ginebra, para entre otras cosas poder acceder a ciertos libros sobre budismo, Siempre se interes¨® por la Biblia y la C¨¢bala y una de sus abuelas le inici¨® en las letan¨ªas del Testamento, explic¨® Mar¨ªa Kodama antes de su disertaci¨®n.Para clausurar la exposici¨®n sobre Borges en la Biblioteca Nacional, hoy disertar¨¢ sobre Milonga, zango, milonga Jean Pierre Verney, compilador Borges para la editorial La Pl¨¦iade. Mientras los estudiosos se inclinan sobre el Borges escondido, s¨®lo Mar¨ªa Kodama, que firm¨® con ¨¦l el libro Atlas, podr¨ªa escribir la historia secreta de sus ¨²ltimos viajes. Por ejemplo, de su emoci¨®n ante la perspectiva de subir en globo, un amanecer casi inveros¨ªmil en el valle de Napa, en California, o de su encuentro en Islandia con un gigantesco sacerdote pagano que coleccionaba huesos.
La lectura de Borges evidencia una memoria de espect¨¢culo, pero m¨¢s los recuerdos de su viuda: Borges pod¨ªa recordar determinados animalitos en un cuadro de Durero, o saber que cierta cita de un texto le¨ªdo en los a?os veinte se encontraba hacia la mitad del libro, en la parte superior de una p¨¢gina.
El escritor supo siempre que se hab¨ªa de quedar ciego, y esa era en buena parte la raz¨®n de su memoria de elefante. Siempre ley¨® y mir¨® con la intenci¨®n de recordar. A Mar¨ªa Kodarna le sucedi¨®, de ni?a, algo parecido cuando jugaba a ma?ana me muero, lo que le permite comprender esa ansiedad.
Un d¨ªa hab¨ªa visto por la ventana de un hospital a un joven rubio y bell¨ªsimo que llevaban tendido en una camilla. Pregunt¨® qu¨¦ ocurr¨ªa y le dijeron que hab¨ªa muerto. Y cuando le intentaron explicar qu¨¦ significaba tal cosa, no pudo aceptar que jam¨¢s volver¨ªa a ver determinada magnolia, y aprendi¨® a gozar de todo como un condenado en sus ¨²ltimas horas. Pasaron suficientes d¨ªas para que comprendiera que no hab¨ªa de morir al siguiente, y su vida se tranquiliz¨® un poco. Pero nunca ha vuelto a ver las cosas con aquella intensidad.
La primera vez que fueron juntos a Par¨ªs, recuerda, Borges quiso mostrarle ciertos cuadros en el museo del Louvre. No hab¨ªan acabado de entrar cuando ¨¦l sinti¨® que algo pasaba. Ocurr¨ªa que ella hab¨ªa visto La victoria de Samotracia arriba de la escalera.
Mar¨ªa, de ni?a, le hab¨ªa preguntado a su padre qu¨¦ era la belleza. Su padre le prometi¨® contestarle al siguiente fin de semana, momento que ella esper¨® m¨¢s que otras veces. ?l trajo entonces una imagen de La victoria de Samotracia. Una mujer sin cabeza y sin brazos. "La belleza era el movimiento de los pliegues de una t¨²nica agitada por el viento marino".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.