La cumbre isl¨¢mica apadrinar¨¢ a Egipto
La postura de El Cairo ante la guerra del Golfo garantiza su pleno retorno al mundo pol¨ªtico ¨¢rabe
La cumbre de la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica (OCI) se celebrar¨¢ en Kuwait del 26 al 28 de este mes, pero Ir¨¢n no asistir¨¢. Iniciamos hoy una serie de an¨¢lisis de nuestro corresponsal en Oriente Pr¨®ximo sobre los principales pa¨ªses participantes en esta importante reuni¨®n, que Siria quiere que discuta sus propuestas para una conferencia internacional sobre el terrorismo. Egipto concede gran importancia a la prevista participaci¨®n del rais Hosni Mubarak en la cita de Kuwait, que ser¨¢ la presentaci¨®n ante la alta sociedad pol¨ªtica ¨¢rabe del sucesor de Anuar el Sadat.
El inter¨¦s egipcio por la cumbre de Kuwait explica el enfado con Ir¨¢n del editorialista del influyente diario cairota Al Ahram. Hace pocos d¨ªas, Al Ahram se desencadenaba contra el intento iran¨ª de aplazar y cambiar de emplazamiento la reuni¨®n, en la que, dec¨ªa, "Egipto propondr¨¢ un proyecto de soluci¨®n a la guerra del Golfo, en base a negociaciones directas entre los dos beligerantes, bajo los auspicios de la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica". La causa com¨²n del apoyo a Irak en la guerra del Golfo ha acelerado la mejor¨ªa de las relaciones entre Egipto y la mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes.Si Egipto espera que 1987 sea el a?o de su completo retorno al seno del mundo pol¨ªtico ¨¢rabe es, precisamente, por el cambio que ¨¦ste ha sufrido desde el triunfo de la revoluci¨®n iran¨ª y la guerra del Golfo. El doble temor a la extensi¨®n del integrismo isl¨¢mico y a un triunfo persa ante los ¨¢rabes ha relegado a un segundo plano el hecho de que Egipto est¨¦ en paz y mantenga relaciones diplom¨¢ticas con Israel.
En la actualidad, Egipto s¨®lo se enfrenta a la hostilidad abierta de Libia y Siria, los dos ¨²nicos aliados ¨¢rabes de Ir¨¢n. En una entrevista concedida el pasado diciembre a Al Ahram, Mubarak declar¨® que s¨®lo ten¨ªa problemas con el coronel Gaddafi y que sus "divergencias" con Siria no eran motivo suficiente de ruptura".
Egipto y Siria han iniciado un discreto acercamiento a partir de lo que podr¨ªa llamarse la diplomacia del humor. El pasado mes, el c¨®mico sirio Dureid Laham, favorito de Hafez el Asad, actu¨® en El Cairo y sus chistes despertaron unos muy especiales aplausos de la concurrencia. Desde entonces, los diarios ¨¢rabes no cesan de publicar informaciones sobre la existencia de "contactos secretos" entre ambos pa¨ªses.
El diario kuwait¨ª Al Gabas afirm¨® que, "pese a las negativas sirias, es cierto que un emisario del presidente Hafez el Assad efectu¨® el pasado 6 de enero una visita rel¨¢mpago a Egipto". Seg¨²n Al Gabas, ten¨ªa por misi¨®n explorar la posibilidad de un encuentro privado entre Assad y Mubarak durante la cumbre isl¨¢mica de Kuwait. Jordania, al decir del citado rotativo, est¨¢ desempe?ando un papel activo en el inicio de un t¨ªmido di¨¢logo entre El Cairo y Damasco.
La reconciliaci¨®n con Arabia Saud¨ª y los otros pa¨ªses del Golfo es m¨¢s abierta. El pasado julio, el monarca saud¨ª, Fahd, concedi¨® su primera entrevista en muchos a?os a un diario cairota. "Egipto no ha dejado de estar presente ni un segundo en nuestro coraz¨®n", dijo el monarca. Tiempo despu¨¦s, su hermano, el pr¨ªncipe Salman Ben Abdel Aziz, convers¨® con Mubarak en Par¨ªs.
Apertura hacia el Nilo
Es, no obstante, un reencuentro con problemas. El pasado 6 de enero, Arabia Saud¨ª neg¨® oficialmente que una delegaci¨®n militar de ese pa¨ªs estuviera en El Cairo, negociando con los egipcios, cuyo Ej¨¦rcito es el m¨¢s nutrido del mundo ¨¢rabe despu¨¦s del iraqu¨ª.Kuwait ha efectuado tambi¨¦n gestos de apertura hacia el pa¨ªs del Nilo. El m¨¢s reciente, la invitaci¨®n a la participaci¨®n personal de Mubarak en la cumbre isl¨¢mica por el propio emir Jaber al Ahmed al Sabah.
Egipto fue readmitido en la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica en 1984, despu¨¦s de cinco a?os de suspensi¨®n. Otras organizaciones le est¨¢n abriendo de nuevo sus puertas en los ¨²ltimos tiempos. El pasado diciembre, la Federaci¨®n ?rabe de C¨¢maras de Comercio y la Federaci¨®n ?rabe de F¨²tbol.
El pasado septiembre, Yibuti fue el segundo pa¨ªs ¨¢rabe en restablecer plenas relaciones diplom¨¢ticas con Egipto. Le hab¨ªa precedido, en 1984, Jordania, cuyo rey, Hussein, mantiene desde entonces una estrecha colaboraci¨®n pol¨ªtica con Mubarak.
Con la excepci¨®n de Om¨¢n, Somalia y Sud¨¢n, todos los Estados ¨¢rabes rompieron con Egipto en 1979, despu¨¦s de que Anuar el Sadat firmara con Israel los acuerdos de paz de Camp David. El mundo ¨¢rabe vivi¨® Camp David como una traici¨®n de su Estado m¨¢s poblado (unos 50 millones de habitantes). Sadat la pag¨® con su vida en 1981.
Mubarak aprendi¨® muchas lecciones de su predecesor. Estableci¨® lo que se ha llamado la paz fr¨ªa con Israel, en particular desde que el Ej¨¦rcito israel¨ª invadi¨® L¨ªbano, en el verano de 1982. Yasir Arafat, l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), expulsado de L¨ªbano por los israel¨ªes y los sirios, sucesivamente, fue el primer dirigente ¨¢rabe que estrech¨® la mano del nuevo rais. Le sigui¨® Hussein, al que Mubarak desear¨ªa ver trabajando junto al l¨ªder palestino.
Hoy, la mayor¨ªa de los Estados de la Liga Arabe -organizaci¨®n que en 1979 traslad¨® su sede de El Cairo a T¨²nez- tienen abiertas misiones en la capital egipcia. Aunque figuran bajo las banderas de otros pa¨ªses, act¨²an como aut¨¦nticas embajadas, y algunas, como las de Kuwait e Irak, est¨¢n dirigidas por diplom¨¢ticos con rango de embajador.
Sin la revoluci¨®n iran¨ª el retorno de Egipto al seno del mundo ¨¢rabe habr¨ªa sido mucho m¨¢s lento. Los pa¨ªses ¨¢rabes moderados tienen ahora una preocupaci¨®n que compartir con Mubarak: el ascenso del integrismo isl¨¢mico.
Ante los integristas, su principal enemigo interno, Mubarak y su equipo parecen estar aplicando una combinaci¨®n de firmeza policial, con posteriores intentos de apaciguar los ¨¢nimos. Pero el desaf¨ªo contin¨²a.
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