El Barcelona apabull¨® a un desangelado Athl¨¦tic
Calder¨¦ hab¨ªa desperdiciado una ocasi¨®n a los tres minutos. Biurrun realiz¨® un parad¨®n, a los nueve, a tiro de Lineker. El goleador ingl¨¦s corisigui¨® de chiripa el primer gol a los 17. Carrasco, el suyo, a los 21, de forma maravillosa. El caso es que los chicos de Ir¨ªbar entraron en el palaciego vestuario visitante del Camp Nciu desangelados. Ya todo est¨¢ perdido (2-0). Pero El Chopo, siempre tan cort¨¦s, siempre tan atento, siempre tan vasco, trat¨® de animar a los suyos. "Venga, hombre, venga; esto lo levantamos en un periquete", les dec¨ªa el bueno de Ir¨ªbar. "Si no nos han hecho nada, ni nos han tocado", explicaba el legendario portero. "Pues vigila", debi¨® comentarle Goikoetxea, "porque el Hughes ese ha estado a purito de abrirme el labio". "Digo yo", pens¨® el joven Jabo, "que alguien nos pegara, pues vamos 2-0 y de milagro".Algunas cr¨®nicas hablaran del partido de la temporada. Puede que, incluso, el gol de Hughes sea uno de los goles del a?o. Puede, pero lo cierto es que el Athl¨¦tic de anoche fue uno de los Athl¨¦tic m¨¢s pobres de los ¨²ltimos. Tanto que Rojo ya debe de estar pensando en dar el salto a San Mam¨¦s o, como m¨ªnimo, sospecha que su oportunidad no llegar¨¢ en el a?o 2000. Frente a ese Athl¨¦tic triste, aterido por el fr¨ªo y amenazado de goleada, hubo un Barcelona deseoso de resolver el partido cuanto antes e intentar sacar del ba¨²l de los recuerdos un f¨²tbol m¨¢s vistoso, m¨¢s hermoso.
Lo primero lo consigui¨® de inmediato, cuando Lineker -"un chico listo y aprovech¨®n", como dijo Michels- fusil¨® el 1-0 y acab¨® con el partido. Luego vino Carrasco y ech¨® el cierre. Desbordados, asustados, bloqueados, incapacitados por el constante acoso y pressing de los azulgrana, los rojiblancos eran incapaces de tener ideas y decidieron sacarse el bal¨®n de encima en cuanto lo recuperaban. Consecuencia, aquello era un continuo volver a empezar barcelonista.
Resuelto el partido, los barcelonistas quisieron realizar un juego m¨¢s vistoso y, claro, no les sali¨®. Ya no se acuerdan. No es lo suyo. Lo suyo es acosar, recuperar el bal¨®n, cansar al rival, desplegarse, pasar y correr.
Cuando volvieron a su estilo, Biurrun intent¨® colgar del larguero aquel cartel que hab¨ªa en las viejas cantinas del Oeste: "No disparen al pianista; hace lo que puede". Tan maltratados estaban los jugadores vascos que De Andr¨¦s, en el minuto 44, y Urtubi, en el 60, fallaron goles cantados, totalmente solos ante Zubizarreta. Debieron de creer que, justo en el momento de disparar, V¨ªctor, Calder¨¦, quien sabe, cualquiera, aparecer¨ªan por detr¨¢s y les robar¨ªan el bal¨®n. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Estaban solos y fallaron.
Ir¨ªbar sali¨® goleado anoche del Camp Nou y, pese a que su equipo pudo conseguir m¨¢s de un gol, tambi¨¦n estuvo a punto de encajar una goleada de esc¨¢ndalo, pues Lineker, por ejemplo, estrell¨® un cabezazo en la madera. El Chopo no tuvo un deb¨² brillante precisamente en el Camp Nou.
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