El pacto de nunca acabar
LA RUPTURA de las negociaciones entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), Eusko Alkartasuna (EA) y Euskadiko Ezkerra (EE) con vistas a la posibilidad de formar un Gobierno de coalici¨®n en el Pa¨ªs Vasco supone el fracaso de la f¨®rmula que parec¨ªa con mayores oportunidades de prosperar. La convocatoria de elecciones anticipadas, Considerada por los partidos vascos como un supuesto a evitar a toda costa, es ahora una hip¨®tesis que cobra verosimilitud. La duda persistente es la de qu¨¦ de esas elecciones salga nada verdaderamente nuevo.Los comicios de noviembre indicaron que los ciudadanos vascos se inclinaban por una f¨®rmula de Gobierno de coalici¨®n y por una pol¨ªtica de consenso. El electorado se hab¨ªa desplazado hacia la izquierda y la divisi¨®n del PNV no hab¨ªa minado la hegemon¨ªa social del conjunto de corrientes nacionalistas. La f¨®rmula de "Gobierno de progreso", sobre la base del acuerdo entre los socialistas, que hab¨ªan obtenido el mayor n¨²mero de esca?os, y el nacionalismo renovador de Garaikoetxea, con Euskadiko Ezkerra como bisagra, hubiera combinado en teor¨ªa todos esos elementos.
El acuerdo aparec¨ªa viable por la sinton¨ªa de puntos de vista respecto a la institucionalizaci¨®n interna de la comunidad aut¨®noma (problema decisivo en la crisis que hab¨ªa determinado el adelanto de las elecciones); tambi¨¦n por el principio de concordancia existente respecto al problema de la violencia y por la ausencia de divergencias significativas en asuntos que hab¨ªan sido muy pol¨¦micos, como el de la ense?anza, el papel de la polic¨ªa aut¨®noma o la pol¨ªtica econ¨®mica.
En el curso de las negociaciones, los acuerdos sobre esos y otros puntos llegaron a plasmarse en compromisos bastante acabados, seg¨²n informaron las partes. El principal desacuerdo, puesto de relieve por Garaikoetxea desde hace semanas, se refer¨ªa a la transferencia de determinadas competencias, y singularmente la de la Seguridad Social.
Llama la atenci¨®n que las expectativas abiertas por un grado de acuerdo tan significativo sobre los problemas que m¨¢s preocupan a los vascos -y a todos los espa?oles- pueda romperse por una cuesti¨®n como la mencionada. Sorprende, en primer lugar, que tras seis a?os de autogobierno, en los que las instituciones vascas, dominadas por el nacionalismo, han tenido ocasi¨®n de gestionar unas ampl¨ªsimas competencias, pr¨¢cticamente todas las previstas en el Estatuto, la preocupaci¨®n principal, por no decir ¨²nica, siga siendo la obtenci¨®n de m¨¢s competencias, y no la gesti¨®n de las ya transferidas. Hay que tener en cuenta que la capacidad de gasto entre Gobierno y diputaciones rond¨® el a?o pasado los 250.000 millones de pesetas.
Pero sorprende tambi¨¦n la insistencia en la cuesti¨®n precisa de la Seguridad Social, como si de ella dependiera la viabilidad del autogobierno y aun la existencia misma de la nacionalidad vasca. El Estatuto remite a la comisi¨®n mixta de transferencias Gobierno central-Gobierno vasco el establecimiento de los convenios por los que "la comunidad aut¨®noma asumir¨¢ la gesti¨®n de la Seguridad Social, dentro de su car¨¢cter unitario y del respeto al principio de solidaridad, seg¨²n procedimientos, plazos y compromisos que para una ordenada gesti¨®n se contengan en tales convenios".
Pr¨¢cticamente desde la entrada en vigor del Estatuto se viene discutiendo de la interpretaci¨®n a dar a tal disposici¨®n, y concretamente sobre si de ella se deduce la posibilidad de quebrar el principio de caja ¨²nica mediante el establecimiento de una tesorer¨ªa propia del Pa¨ªs Vasco. Sin perjuicio de entrar en otra ocasi¨®n en el fondo de esta cuesti¨®n, que divide desde hace a?os a los administrativistas, no parece razonable pretender resolver en unas semanas y entre esos tres partidos lo que no ha sido posible solventar en seis a?os de negociaciones entre los Gobiernos de Madrid y Vitoria.
En cualquier caso, los acercamientos producidos, sobre la base de f¨®rmulas transitorias, deber¨ªan permitir tambi¨¦n en el futuro una rectificaci¨®n del partido socialista en su pol¨ªtica sobre Euskadi. Es evidente que puntos que se consideraban inamovibles ya no lo son. Y se insiste en que uno de los factores que ha determinado la ruptura es la falta de garant¨ªas por parte de los socialistas vascos de que su propuesta de acercamiento fuera asumida por el Gobierno central. Quiz¨¢ sea: entonces el momento de pedir una nueva recapacitaci¨®n por parte de todos. Est¨¢ en juego la gobernabilidad del Pa¨ªs Vasco. Y una repetici¨®n de las elecciones supondr¨ªa el gasto de cientos de millones de pesetas sin que exista garant¨ªa alguna de que sus resultados sean muy diferentes a los del 30 de noviembre.
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