Adelante con las farolas
En d¨ªas pasados ha renacido el inter¨¦s de los madrile?os por su ciudad gracias a la reforma de la Puerta del Sol. D¨¦monos albricias porque as¨ª sea y hagamos prop¨®sito de volver a las andadas cada vez que el concejo emprenda obras semejantes. Esta vez ha enfrentado al toro m¨¢s temible: la Puerta del Sol, y no otra menos notable. Las plazas que hace 20 a?os las ciudades exhib¨ªan orgullosas en sus postales ten¨ªan una urbanizaci¨®n semejante a la antigua de ¨¦sta: una vor¨¢gine circulatoria rodeando una fuente, monumento o arriates de flores cuya utilidad se reduc¨ªa a ordenar el tr¨¢nsito y aparecer en las fotos de los turistas.La nueva disposici¨®n da mayor espacio al ciudadano de a pie y deja el paso de los veh¨ªculos ocupando menos espacio. Tiene gran valor simb¨®lico este engrandecimiento del suelo destinado a los peatones a costa del de ornatos in¨²tiles, y es deseable que cunda el ejemplo y algunas plazas recuperen el aspecto que por su nombre cabr¨ªa esperar. Tampoco es de despreciar la nueva situaci¨®n de las estatuas en emplazamientos mucho m¨¢s de acuerdo con la vieja tradici¨®n de las ciudades mediterr¨¢neas, como las describi¨® Camilo Sitte a principios de este siglo.
Tradici¨®n de ciudades construidas para el ciudadano y no para mayor gloria del pr¨ªncipe reinante, como desde hace un par de siglos se planean, pensando m¨¢s en la brillantez de los desfiles que en la comodidad de los habitantes.
Por estas razones quisiera defender la obra y, si es posible, evitar la anunciada modificaci¨®n de la idea de sus autores. Las farolas, como a tantos otros, tampoco me gustan, pero creo que deben seguir en su lugar. No se trata de aplicar la vieja idea, tra¨ªda estos d¨ªas a cuento por algunos, de sostenella y no emendalla, sino de hacer valer las razones de quienes por haber acertado en lo mucho tienen excusas sobradas para errar en lo poco. ?Y qui¨¦n puede decir si dichas farolas son feas o solamente chocantes?.-
Arquitecto.
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