Las rendijas de la vida
El 26 de enero de 1957 se proyect¨® p¨²blicamente por primera vez en el cine Gran V¨ªa de Madrid Calle Mayor, el m¨¢s conocido y posiblemente el mejor filme de Juan Antonio Bardem. Fue m¨¢s que un estreno al uso. Antes de comenzar la proyecci¨®n, en la atestada sala, bull¨ªa el peculiar silencio que rodea a algunos escasos sucesos conmovedores, de esos que mientras ocurren se presiente que van m¨¢s all¨¢ de lo que aparentemente dicen y bajo ellos asoma un horizonte, un m¨¢s all¨¢ no metaf¨®rico, sino real, duro y ligero como el impacto de una pedrada.Es esto lo que suele ocurrir cuando la vibraci¨®n de la Historia may¨²scula baja de sus cementerios celestiales y se entromete en las min¨²sculas rendijas de la vida. No se libr¨® aquella noche en el cine Gran V¨ªa ninguna batalla de libro de bachillerato, ni nadie fue designado para hacer suyo el dudoso oficio de h¨¦roe. Simplemente se estren¨® una humilde pel¨ªcula, y esa sola cosa tan com¨²n obtuvo, en aquella Espa?a, el sabor inconfundible de la excepci¨®n: por primera vez en d¨¦cadas era posible ver caminar a una sociedad paralizada por sus terrores acumulados.
Silencio y entusiasmo
La proyecci¨®n de la pel¨ªcula transcurri¨® arr¨ªtmicamente, rota por ovaciones, y cuando finaliz¨®, arranc¨® del p¨²blico, tras un intenso silencio, un alarido de entusiasmo. Nadie recordaba haber asistido, ante la inocencia de una s¨¢bana blanca, a tan enorme respuesta. Vista Calle Mayor desde hoy y desde aqu¨ª, puede parecer algo desmesurado aquel gesto colectivo de acogimiento y desahogo, pero este hoy y este aqu¨ª designan en realidad a un tiempo y a un pa¨ªs muy distintos de estos en los que ahora vivimos.
El porqu¨¦ hay que buscarlo probablemente, adem¨¢s de en las bondades -incontestables, aunque hay quienes quisieron contestarlas- de esta obra, en su condici¨®n al mismo tiempo residual y fundacional, en eI hecho de que Calle Mayor era parte, y parte relevante, del conjunto de signos que durante todo el a?o anterior -el largo camino subterr¨¢neo y sin vuelta que emergi¨® a la luz en 1956- dijeron a los espa?oles inquietos que algo comenzaba a moverse en aquella su quieta Espa?a.
Aunque estrenada en 1957, Calle Mayor es una pel¨ªcula de 1956, y embutido en esta fecha est¨¢ el desencadenamiento, no de la lucha por la rehabilitaci¨®n de la dignidad, lucha que proven¨ªa de tiempo m¨¢s atr¨¢s, sino de la conversi¨®n de esta lucha en un rasgo exterior de la vida en Espa?a, un empuje por primera vez tangible y con rostro, del que Calle Mayor hizo una inesperada radiograf¨ªa. En este filme asom¨® una nueva mentalidad, o un giro inesperado de la antigua abonado por la confluencia, hasta entonces secreta y desde entonces tangible, entre los luchadores pol¨ªticos antifranquistas y un pu?ado de hombres consecuentes procedentes de la cultura, y en concreto del cine.
Uno de estos hombres fue Juan Antonio Bardem, autor de la proeza que proporcion¨® a una bella, bonachona y sentimental comedia del grande, tierno y conservador Carlos Arniches el en¨¦rgico entrelineado -la ¨²nica lectura libre de aquel tiempo- del esc¨¢ndalo y la indignaci¨®n que alinientaron el renacimiento p¨²blico de la izquierda.
Fue Calle Mayor, bajo la especie de caricia, un pu?etazo contra la parte inerte del pesimismo espa?ol, que a partir de un d¨ªa de enero de hace 30 a?os comenz¨® a engendrar la idea de que el optimismo, y por tanto la acci¨®n p¨²blica, era aqu¨ª otra vez posible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.