Profesores creativos
Escuela de M¨²sica Creativa C. M. San Juan Evangelista. Madrid, 24 de enero de 1987.
Cuando uno estudiaba, hab¨ªa en todos los colegios un profesor a quien llamaban el biquini porque ense?aba todo menos lo fundamental. Oscar Wilde, sin incurrir en la procacidad adolescente, coincidi¨® cuando dijo que todo puede ense?arse, excepto lo que en realidad merece la pena. Anunciaban para el d¨ªa 24 un superconcierto -lo de super lo dec¨ªan ellos- para celebrar el aniversario de una denominada Escuela de M¨²sica Creativa, donde ense?an jazz. Uno entiende que la m¨²sica pueda ense?arse en las escuelas, pero eso de la creatividad la verdad es que lo ve m¨¢s dificil. Y no digamos ya todos esos conceptos que maneja la gente deljazz: el swing, el soul, el beat, elfeefing. Palabras que quedan muy horteras y muy pretenciosas, pero es que no hay manera de traducirlas porque tienen el justo contorno de aquello que designan. No se puede cambiar swing por balanceo porque la palabra balanceo no tiene swing. Eso s¨ª, pega estupendamente en un cupl¨¦ de Olga Ramos.
Pero al grano. Fuimos al San Juan a ver a estos profesores y nos encontramos con que eran los de siempre: Connie, Horacio, Carlos Carli a la bater¨ªa, Jaime Muela a la flauta. Como gran novedad, se presentaba el grupoMCMLXXXVI, un quinteto al que hemos visto en el Central y que es una especie de Steps Ahead del foro. Tienen un guitarra, Pepe Merchante, que hace de maravilla el ritmo, y un saxo, Antonio Molt¨®, que sopla el tenor como si fuera de Memphis. Y vi¨¦ndolos a todos ellos se pudo comprender el significado de lo de.la m¨²sica creativa. Estos profesores son capaces de ense?ar m¨²sica porque saben m¨²sica. Lo otro, la creatividad y todas las dem¨¢s palabrejas, a lo mejor no lo ense?an, pero, como lo tienen, lo m¨¢s probable es que a sus alumnos se les pegue. Este cr¨ªtico, sin estar apuntado a ninguna escuela, ha aprendido bastante de esos m¨²sicos, as¨ª que quien s¨ª est¨¦ apuntado aprender¨¢ todav¨ªa m¨¢s. De este modo, y con el tiempo, quienes ense?en el swing y todo lo dem¨¢s ser¨¢n otros.
El San Juan estaba hasta arriba -primero, la parte del p¨²blico, y, al final del concierto, tambi¨¦n el escenario- porque aquello se llen¨® de profesores creativos que salieron a tocar una composici¨®n de Horacio Ycasto, denominada En chino, una obra complicada, inspirada en esa tercera corriente que intenta desde hace tiempo emparentar al jazz con la m¨²sica sinf¨®nica. No es una composici¨®n f¨¢cil, pero para estar en chino no se entiende del todo mal. La concurrencia agradeci¨® el detalle y escuch¨® de pie una versi¨®n sobre la marcha de A night in Tunisia, de un tiempo a esta parte la propina obligada.
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