La 'cumbre' de la moderaci¨®n isl¨¢mica
HA CONCLUIDO en Kuwait la quinta cumbre de Estados isl¨¢micos, en la que han estado representados 44 pa¨ªses, con una poblaci¨®n global de cerca de 1.000 millones de personas. Aunque carece de ¨®rganos permanentes, ejerce cierta influencia moral y pol¨ªtica en una parte considerable del mundo. En Kuwait estaban presentes 27 jefes de Estado, y ello ha facilitado debates y contactos directos de indiscutible alcance pol¨ªtico al permitir que personalidades duramente enfrentadas, como los presidentes Mubarak, de Egipto,y Asad, de Siria, hayan conversado por primera vez desde hace a?os. El hecho mismo de que la conferencia se haya celebrado ha tenido un significado pol¨ªtico, ya que Teher¨¢n se esforz¨® por impedirla y hubo incluso amenazas de atentados de grupos proiran¨ªes.En el tema central, que inevitablemente era la guerra irano-iraqu¨ª, la cumbre no pod¨ªa tomar ninguna medida efectiva. El Gobierno de Teher¨¢n no asisti¨®, lo que imped¨ªa conversaciones directas con las dos partes. La conferencia opt¨® por no enviar una delegaci¨®n a las dos capitales en guerra con prop¨®sitos mediadores. Se limit¨® a un llamamiento al cese de hostilidades, aunque se sab¨ªa de antemano que ser¨ªa rechazado por el Gobierno iran¨ª. Pero la cumbre ha soslayado una solidaridad visible con Irak, a pesar de que este pa¨ªs pide hoy abiertamente negociaciones de paz.
No cabe duda de que la realidad de la superioridad militar iran¨ª se hace sentir. A la vez -y es lo que ha permitido una resoluci¨®n conjunta-, incluso pa¨ªses amigos de Teher¨¢n, en concreto Siria, tienen hoy como preocupaci¨®n dominante el que la guerra no tenga un desenlace militar, que ser¨ªa una amenaza para el r¨¦gimen del presidente Asad. De ah¨ª la insistencia de todos en favor de las negociaciones para un alto el fuego. El camino hacia ese objetivo no se abrir¨¢ con resoluciones, pero pueden ser m¨¢s eficaces gestiones discretas por parte de diversos Gobiernos ¨¢rabes que tienen relaciones con los dos beligerantes. El ministro de Exteriores de Argelia, Taleb Ibrahimi, ha viajado recientemente a Bagdad y va a visitar Teher¨¢n. Y no es el ¨²nico.
En este marco ha surgido otro problema que no afecta solamente a los pa¨ªses musulmanes. Ante la intensificaci¨®n de los bombardeos de ciudades de Ir¨¢n, a la que ha recurrido Irak en las ¨²ltimas semanas como respuesta a la inferioridad militar en la que se halla en los frentes de batalla, el jefe de la diplomacia iran¨ª, Al¨ª Akbar Velayati, se ha dirigido al secretario general de la ONU pidiendo que se vuelva a poner en vigor el acuerdo de junio de 1984 mediante el cual se logr¨® poner fin, al menos durante un per¨ªodo, al bombardeo de las poblaciones civiles. Dicho acuerdo tuvo un valor humanitario indiscutible y ha sido una de las pocas cosas concretas que la ONU ha logrado hacer a lo largo de esa guerra.
En la actualidad, bombardeos de ciudades hay por ambos lados, y una respuesta favorable a la demanda del ministro Velayati llevar¨ªa a establecer misiones internacionales de control para garantizar el cese de los bombardeos de ciudades. Las negociaciones sobre ese punto concreto crear¨ªan adem¨¢s una base para ampliarlas; para que la ONU pueda examinar, con Bagdad y con Teher¨¢n, no s¨®lo el cese controlado de los bombardeos de ciudades, sino las condiciones de un alto el fuego provisional.
Los progresos de las actitudes moderadas en el mundo ¨¢rabe crean condiciones m¨¢s favorables para que puedan madurar iniciativas pac¨ªf¨ªcas, como la de una conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo en cuyo marco el problema palestino podr¨ªa ser discutido por las partes interesadas. Ello exige una postura europea m¨¢s atenta a los problemas del Mediterr¨¢neo, como la perfilada en la reciente cumbre ¨ªtalo-espa?ola de Mallorca. Pero hoy la pol¨ªtica de los Gobiernos de Par¨ªs, Bonn y Londres en esa zona est¨¢ determinada exclusivamente por los secuestros de rehenes en Beirut.
El caos liban¨¦s convierte la toma de rehenes occidentales en una operaci¨®n f¨¢cil y pol¨ªticamente rentable. En cuanto a EE UU, pasa de enviar armas a Ir¨¢n a amenazar con una intervenci¨®n militar. Son actitudes que se alejan de las soluciones reales. Europa necesita encontrar una forma de contribuir a un proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo. ?se es el marco preciso para que puedan tener soluci¨®n los problemas m¨¢s ,acuciantes de esta atormentada zona del mundo.
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