Los laboristas piden que el Gobierno no influya en la nueva direcci¨®n de la BBC
La oposici¨®n laborista ha reaccionado con cautela ante la repentina dimisi¨®n del director general de la BBC, Alasdair Milne, en cuya gestaci¨®n la primera ministra, Margaret Thatcher, ha negado la m¨¢s m¨ªnima intervenci¨®n del Gobierno. Ante la falta de pruebas concluyentes sobre una posible presi¨®n gubernamental, los laboristas se han limitado a presentar una moci¨®n parlamentaria en la que piden "seguridades" de que el Gobierno no influir¨¢ en el nombramiento del sucesor de Milne.Entretanto, y a medida que se posa la polvareda pol¨ªtica levantada tras la repentina dimisi¨®n, "por razones personales", del director general de la British Broadcasting Corporation, el jueves por la tarde, la tesis generalizada en todos los medios de comunicaci¨®n brit¨¢nicos es que la salida de Milne de la BBC era previsible como consecuencia de la serie de crisis e incidentes registrados en el ente p¨²blico desde su nombramiento como director general, en 1982.
Estos medios se?alan la imposibilidad manifiesta de entendimiento que se hab¨ªa producido entre Milne y el nuevo presidente del ente p¨²blico y ex consejero delegado de The Times, Marmaduke Duke Hussey, nombrado por el Gobierno el pasado noviembre.
Los incidentes se iniciaron poco tiempo despu¨¦s de su nombramiento en julio de 1982 cuando, por presiones del Gobierno, Milne decidi¨® suspender la transmisi¨®n de un programa televisivo de la serie Real lives ( Vidas reales) sobre Irlanda del Norte, en el que se inclu¨ªa una entrevista con un miembro de la direcci¨®n del Ejercito Republicano Irland¨¦s (IRA). El programa fue finalmente retransmitido tras una amenaza de huelga por parte de los periodistas del ente.
La brecha entre redacci¨®n y direcci¨®n se hab¨ªa ya producido, y la pasada semana los periodistas pidieron la dimisi¨®n de Milne y de su adjunto para temas de la redacci¨®n, Alan Protheroe, por entender que la BBC nunca debi¨® acceder a un arreglo extrajudicial de un juicio por libelo empreridido por dos diputados conservadores, acusados en un programa de la serie Panorama de tener conexiones con la ultraderecha. Aparentemente, la BBC pag¨® unas 500.000 libras (unos 100 millones de pesetas) para parar el juicio por libelo.
Reportaje prohibido
El pasado a?o, y con motivo de la cobertura hecha por la televisi¨®n de la BBC de los bombardeos norteamericanos de Libia, el presidente del Partido Conservador y miembro del Gabinete, Norman Tebbit, acus¨® de "tendenciosa" a la veterana instituci¨®n.El ¨²ltimo problema en una serie de conflictos que han afectado a la BBC se produjo hace s¨®lo unos d¨ªas, cuando el director general prohibi¨® el pase por la segunda cadena de un reportaje hecho por el periodista Duncan Campbell sobre el proyecto Circon para construir un sat¨¦lite esp¨ªa, cuya financiaci¨®n hab¨ªa sido ocultada al Parlamento.
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