Debate sobre las influencias alemana e italiana en los proyectos urbanos del franquismo
"El Caudillo no se interes¨® nunca en desarrollar un tipo de arquitectura", dice Pedro Bidagor
Las influencias de la arquitectura y el urbanismo de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini en los planes urbanos del r¨¦gimen de Franco a partir de 1939 han vuelto a ser recordadas con motivo del ciclo de conferencias celebradas esta semana en Madrid en el marco de la exposici¨®n Arquitectura en regiones devastadas. El debate sobre la arquitectura franquista sigue abierto, como ocurri¨® en Barcelona en 1977 con la muestra Arqu¨ªtectura para despu¨¦s de una guerra, y pendiente de estudios monogr¨¢ricos sobre las referencias ideol¨®gicas que se plantearon los gobernantes y profesionales.
La exposici¨®n, situada en los arcos de los Nuevos Ministerios de Madrid, obra de Secundino Zuazo, recoge en planos y maquetas las realizaciones de la Direcci¨®n General de Regiones Devastadas (1939-1957) y del Instituto Nacional de Colonizaci¨®n en los a?os cincuenta. En algunos paneles se concretan las referencias a los pa¨ªses del Eje (Alemania e Italia), sobre todo, en el esquema de las formas de las ciudades y la organizaci¨®n jer¨¢rquica de la poblaci¨®n. En los proyectos tambi¨¦n se impone la tradici¨®n en la historia urbana espa?ola y las aportaciones del movimiento moderno con grandes arquitectos de la II Rep¨²blica.En este contexto se han celebrado tres conferencias: La pol¨ªtica urbana del nacionalsocialismo, por Hartmut Frank; La pol¨ªtica del fascismo, desde Sabaudia a las intervenciones en ¨¢reas residenciales, por Cesare de Seta, y Ciudad, sociedad y arquitectura en Italia durante el fascismo, por Italo Insolera.
Italo Insolera, arquitecto y profesor de Historia Urbana, considera que la arquitectura fascista es muy ecl¨¦ctica, y tiene m¨¢s importancia ideol¨®gica la desarrollada por Alemania. En relaci¨®n con el franquismo, la mayor identidad se da en el monumentalismo. "La tendencia del fascismo y nazismo de exaltar el poder y la autoridad del Estado a trav¨¦s de los monumentos es exportado a Espa?a". Como ejemplo, se?ala el Ministerio del Aire, en Madrid, de Luis Guti¨¦rrez Soto (primer proyecto en 1941), "una mezcla de arquitectura nazi, escurialense y una escenografia de estilo italiano".
Un esquema de relaciones lo establece Carlos Sambricio, de 40 a?os, profesor de Historia de la Arquitectura en la Escuela de Madrid, miembro del co"t¨¦ asesor de la Exposici¨®n Arquitectura en regiones devastadas, ante los planos de las ciudades de Brunete (Espa?a), G?ringstadt (Alemania) y Mamsos (Noruega). En el trazado de las ciudades, el dise?o de ciudad acabada y org¨¢nica es de influencia centroeuropea; el centro c¨ªvico, convertido en centro jer¨¢rquico, donde se agrupan la iglesia, el ayuntamiento, los servicios sociales y el cuartel de la Guardia Civil procede de los esquemas italianos, y los estudios sobre viviendas tienen como referencia la obra de arquitectos anteriores a la guerra, reflejo de una tradici¨®n republicana.
A?os de exaltaci¨®n
Uno de los arquitectos que m¨¢s ha influ¨ªdo en el urbanismo espa?ol de posguerra fue Pedro Bidagor, director del plan del Gran Madrid de 1942 que lleva su nombre. A partir de 1939 fue jefe de la Secci¨®n de Urbanismo de la Direcci¨®n General de Arquitectura, donde intervino en el planeamiento de Madrid y en, la ley del Suelo. Con la creaci¨®n del Ministerio de la Vivienda, en 1957, fue director general de Urbanismo durante 12 a?os, y form¨® parte del Consejo Superior de la Vivienda hasta su jubilaci¨®n.Pedro Bidagor tiene 80 a?os y niega la existencia de una arquitectura franquista. Admite influencias italianas y alemanas, pero afirma que la orientaci¨®n tradicional, "que encajaba bien con el Movimiento", fue prioritaria desde los primeros a?os de la guerra. La concepci¨®n del centro jer¨¢rquico, la organizaci¨®n de los n¨²cleos urbanos en barrios y distritos, dice que pertenecen a una tendencia dominante en Europa. "Con la guerra en Espa?a se par¨® el movimiento moderno y hubo 10 o 15 a?os de exaltaci¨®n nacional y tradicional, que despu¨¦s fue pasando. En Europa, la arquitectura moderna gan¨® la guerra, y las ideas que defend¨ªan Italia y Alemania quedaron proscritas".
Bidagor sostiene que no hubo influencias personales y gubernamentales en los proyectos, ni se puede comparar la afici¨®n por la arquitectura entre Franco y Hitler, quien segu¨ªa muy de cerca los proyectos de Albert Speer, su arquitecto preferido. "Lo que hizo el Caudillo fue volcarse en el Valle de los Ca¨ªdos y en Madrid no se hizo ninguna obra espectacular. Hubo una mayor preocupaci¨®n por los problemas sociales".
Como an¨¦cdota, recuerda que Guti¨¦rrez Soto hab¨ªa hecho dos proyectos de fachada del Ministerio del Aire, uno m¨¢s tradicional y otro m¨¢s moderno y actual. "Nos juntamos un grupo de arquitectos y hubo un consenso por la soluci¨®n tradicional, sin ninguna interferencia gubernamental. El Caudillo no se interes¨® nunca en desarrollar un tipo de arquitectura ni tampoco el Gobierno. La elecci¨®n de lo tradicional fue una cosa espont¨¢nea". Otros estudios se?alan la participaci¨®n de Albert Speer y Paul Bonatz en la versi¨®n definitiva del Ministerio del Aire.
Babelia
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