El pundonor de Juan Antonio Espl¨¢
Juan Antonio Espl¨¢ se peg¨® un trastazo a la salida de un par de banderillas al cuarto, y aunque qued¨® maltrecho, sigui¨® toreando, adem¨¢s lo hizo muy bien, y entr¨® a matar. Finalmente Carretero hubo de descabellar al toro, pues Espl¨¢ no estaba para m¨¢s trotes. Fue un caso de pundonor, que el p¨²blico supo reconocer y ovacion¨® con largueza.?Ssstosss Ssspl¨¢ss! dec¨ªan admirativamente por el tendido. A los castellanos les encantan las eses y cuando tienen ocasi¨®n de pronunciarlas las aprovechan a modo. Por eso a Carretero le llamaban Carreterosss y a Caballero, Caballerosss. La tarde se presentaba propicia para las eses, y tambi¨¦n para el toreo, pues era primaveral. Quiz¨¢ por esta raz¨®n hubo un llenazo hasta las chimeneas que afloran detr¨¢s de la plaza y mucha gente se qued¨® en la calle; unos porque no consiguieron boleto, otros porque, teni¨¦ndolo, no pod¨ªan entrar en la plaza, que estaba abarrotada. Reaparecen Joselito y Belmonte, y no hay tanta expectaci¨®n.
Benavides / J
A. Espl¨¢, Carretero,Caballero Toros de Mart¨ªnez Benavides, con trap¨ªo, romos, mansos. Juan Antonio Espl¨¢: media, cuatro pinchazos bajos -aviso- y bajonazo descarado (silencio); tres pinchazos, estocada corta -aviso- y descabella Carretero (ovaci¨®n); pas¨® a la enfermer¨ªa, con luxaci¨®n de hombro y rotura de ligamentos, de pron¨®stico grave. Jos¨¦ Antonio Carretero: dos pinchazos y bajonazo (palmas y saludos); bajonazo (petici¨®n y dos vueltas). Andr¨¦s Caballero: cinco pinchazos y estocada (silencio); pinchazo, media y descabello (vuelta). Plaza de Valdemorillo, 7 de febrero. Cuarta corrida de feria.
Luego no fue una buena corrida, aunque s¨ª divertida, pues sucedi¨® de todo. Los tiros de las mulillas se romp¨ªan con enorme facilidad y asist¨ªamos al espect¨¢culo de las mulas galopando de estamp¨ªa rumbo a lo desconocido, con el mulero colgado de una correa, roja la cara por el esfuerzo, la boina en la oreja, perneando cuanto le daban de s¨ª sus capacidades locomotoras, que no era tanto como requer¨ªa la velocidad del animal, y gran parte del perneo lo daba en el aire.
Pero eso sucedi¨® cuando hubo mulillas, pues al morir el primer toro no comparec¨ªan. Diez minutos estuvo el toro muerto en el ruedo; vivo y de pie el p¨²blico, esperando una explicaci¨®n; el alcalde, que presid¨ªa, de ch¨¢chara con los vecinos del palco, como si con ¨¦l no fuera la cosa. Por fin aparecieron las mulillas, los muleros sonrientes, las mulas estornudando y evacuando cagall¨®n, se arrastr¨® el toro y la corrida pudo continuar.
Los toros salieron cinque?os, grandes y con los pitones escandalosamente mermados y romos. Es decir, que se trataba de una corrida con toda la barba en origen, alindada en destino por hartera mano. Los diestros la banderillearon y la torearon con ardorosa vulgaridad. En banderlllas, Carretero reun¨ªa a toro pasado; Espl¨¢, desigual; Caballero, seguro, y suyo fue un buen quiebro. El capote, s¨®lo Carretero lo manej¨® con finura. Con la muleta, s¨®lo Espl¨¢ imprimi¨® gusto a la ejecuci¨®n de las suertes.
Eso fue en el cuarto, noble toro, al que instrument¨® redondos muy templados, se adorn¨® por afarolados y giraldillas; todo cuanto pod¨ªa hacer con la derecha, pues del brazo izquierdo se dol¨ªa y era evidente que no lo pod¨ªa mover. Entr¨® a matar a paso de banderillas, un tanto con las de acuchillar, y cuando no pudo m¨¢s, cedi¨® el descabello.
En el primero Espl¨¢ estuvo pesad¨ªsimo. Carretero empezaba bien las faenas, luego met¨ªa el pico, pegaba pases sin l¨ªmite y el p¨²blico le imploraba que terminara de una vez. Caballero no tuvo suerte con la bronquedad de su primer toro, aunque estuvo bullidor y valiente. S¨ª la tuvo con el sexto, de aceptable nobleza, y lo mismo se tiraba de rodillas para darle una docena de muletazos, que de pie corr¨ªa la mano con reposada pulcritud. En un desplante le arroll¨® el toro. No pas¨® nada, afortunadamente, y acab¨® la corrida, de noche ya.
La noche era tan primaveral como el d¨ªa y la gente, del coso se iba a la feria, que trepidaba m¨²sicas, rifas, pitos. Qui¨¦n m¨¢s, quien menos, llevaba el cuerpo de jota. "?iga, se?or guardia ?dan baile?". Valdemorillo ard¨ªa en fiestas, ayer m¨¢s que nunca.
Babelia
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