La Nacional, en marcha ascendente

El programa dirigido por L¨®pez Cobos sumaba dos fuertes atractivos: la actuaci¨®n del v¨ªolonchelista Lynn Harrell y una nueva audici¨®n de la S¨¦ptima sinfon¨ªa de Bruckner, que el maestro zamorano hace, desde joven, con especial acierto. La noticia debe anticipar el ¨¦xito de uno y otro y, por descontado, el de una Nacional en proceso ascendente.Una de las condiciones sine qua non para hacer verdadera m¨²sica es la de la organizaci¨®n de la din¨¢mica. En este sentido, L¨®pez Cobos ha perfeccionado notablemente sus conceptos y logra presentar a nuestra primera agrupaci¨®n sinf¨®nica con el talante de las buenas orquestas europeas; junto a los procesos din¨¢micos, otro factor fundamental encontr¨® magn¨ªfica realizaci¨®n en partitura de tan alto impulso sinf¨®nico como pura belleza y bondad de formas: la calidad de sonido. Todo el primer tiempo -desde la exact¨ªsima iniciaci¨®n- fue construido con asombrosa naturalidad desde los supuestos necesarios: expresividad narrativa, marcha de las superficies sonoras hacia los cl¨ªmax o puntos culminantes, sentido escult¨®rico del fraseo y arquitect¨®nico de la construcci¨®n, lirismo siempre noble, interiorizado y a la vez comunicado con definitiva eficacia; sintaxis y prosodia que la m¨²sica precisa como lenguaje que es, aunque carezca de sem¨¢ntica, si hablamos con cierto rigor.

En fin, consecuci¨®n de ese algo superior que es el encantamiento -sin hipnosis- caracter¨ªstico de la m¨²sica desde la f¨¢bula de Orfeo hasta nuestro tiempo. Creo que fue en 1975 cuando L¨®pez Cobos dirigi¨® en Madrid a la Sinf¨®nica de RTVE la S¨¦ptima sinfon¨ªa de Bruckner, para repetirla seis a?os despu¨¦s con la Filarm¨®nica de Londres. Constatar el incesante progreso de la versi¨®n, que desde lo indagatorio alcanza vivencias muy profundas, supone una experiencia est¨¦tica de primer orden.

El violonchelista norteamericano Lynn Harrell (Nueva York, 1944), que fuera disc¨ªpulo de un tr¨ªo de maestros (Casals, Rose, Piatigorski), hizo maravillas y hasta elev¨® de importancia una p¨¢gina estupendamente escrita pero dominada por una elegante trivialidad como es el Concierto para violonchelo y orquesta en Re mayor de Lalo. La versi¨®n fue justamente ovacionada por su alto nivel de musicalidad y virtuosismo.

Otro solista, el violinista leon¨¦s Luis Navidad, protagoniz¨® en los conciertos de la RTVE el quinto concierto de Mozart con l¨ªnea y calidad sonora de gran refinamiento. Anunciado el Pssacaglia, de Webern, al sustituir G¨®mez Mart¨ªnez al director Walberg cay¨® del programa ese gran cl¨¢sico de nuestro siglo escrito hace casi 80 a?os, lo que parece inconcebible trat¨¢ndose de un maestro titular de una formaci¨®n radiof¨®nica. Qued¨® en pie -?faltaba m¨¢s!- la Cuarta sinfon¨ªa de Chaikovski, y la nueva lectura no aport¨® otra cosa que las dosis de lirismo y brillantez inevitables en una obra como ¨¦sa. Luis Navidad como la orquesta y su director escucharon muchos aplausos.