Transfiguraci¨®n e intimismo en las orquestas nacionales

El bell¨ªsimo y dif¨ªcil programa de L¨®pez Cobos con la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE) se apoyaba en Sch?nberg, bien que lo hiciera a trav¨¦s de una obra temprana, como la Noche transfigurada Op. 4, para sexteto de cuerda (1899), transcrita para orquesta de arcos en 1917 y re visada en 1943, y la conversi¨®n del Cuarteto con piano, Op. 25, de Brahms, en partitura sinf¨®nica (1937), estrenada al a?o siguiente en Los ?ngeles por Otto Klemperer.Tanto una como otra obra pierden en la transmigraci¨®n. El sexteto (doble tr¨ªo de viol¨ªn, viola y violonchelo), basado en un poema de Richard Dehinel porque resulta dificil mantener en la formaci¨®n ampliada el immer leise de unos pasajes y queda abultada la exaltaci¨®n de otros. Esta obra lun¨¢tica y misteriosa parece demandar la intimidad de c¨¢mara.

No cabe duda de que la audici¨®n ofrec¨ªa gran inter¨¦s. La poem¨¢tica Noche transfigurada -m¨¢s estructurada sobre la desolaci¨®n que el m¨¢s desolado Mahler- no es p¨¢gina habitual en nuestros conciertos.

El trabajo de L¨®pez Cobos fue excelente, tanto como la respuesta de los profesores de la ONE, y cierto desfallecimiento del p¨²blico conservador de los viernes -al menos de una buena parte de ¨¦lqued¨® magnetizado por el final del cuarteto de Brahms-Sch?nberg, con sus fulgurantes ritmos y colores.

Siempre tiene inter¨¦s escuchar a Joaqu¨ªn Ach¨²carro, y esta vez, con la Orquesta de RTVE, dirigida por Walter Weller, ha vuelto a mostrarse en gran pianista, virtuosista de alto vuelo y m¨²sico de extremada calidad en el tercer concierto de Rachmaninov. Ach¨²carro entiende estos pentagramas del rom¨¢ntico rezagado, por decirlo en t¨¦rminos de Copland, desde un punto de partida determinado por el pensamiento pian¨ªstico del que se deriva la entera visi¨®n musical. Su triunfo fue grande, y muy considerable el del maestro Wellen (Viena, 1939).