A Lineker se le da bien el Bernab¨¦u
A Lineker se le da bien el Bernabeu. Anoche demoli¨® a la selecci¨®n espa?ola con cuatro goles, si bien para alcanzarlos cont¨® con la complicidad de una defensa p¨¦sima, que si actu¨® tan mal fue principalmente por culpa del planteamiento descabellado de Miguel Mu?oz. Inglaterra fue mucho mejor equipo que Espa?a y mereci¨® una distancia mayor en el marcador.La defensa que Miguel Mu?oz opuso al ataque ingl¨¦s parec¨ªa descabellada. El transcurso del partido prob¨® que lo era. Mu?oz jug¨® ante los ingleses con s¨®lo tres defensas: Gallego como l¨ªbero y Arteche y Camacho como marcadores ante Lineker y Beradsley. Arteche no es marcador, sino l¨ªbero. Puede marcar, si acaso, a un delantero grande y chocador, pero nunca a un tipo r¨¢pido y endiabladamente escurridizo como es Lineker. Encima le respaldaba Gallego, que tampoco es exactamente un especialista en el puesto de libero, y que tuvo una noche desdichada. Con esa defensa Espa?a estaba condenada al fracaso y as¨ª fue.
Pero no era la defensa lo ¨²nico que no funcionaba. La media flojeaba por las alas, donde Chendo y Gordillo no se impon¨ªan. Por el centro, Michel y V¨ªctor no pasaban de discretos. Por momentos parec¨ªan capaces de hacerse con el control del partido, pero r¨¢pidamente lo volv¨ªan a perder. Carrasco enlazaba con la delantera y su rendimiento fue irregular. Arriba quedaban Butrague?o -que baj¨® mucho a la media y de forma bastante an¨¢rquica- y Ram¨®n. Enfrente, Inglaterra era un equipo ordenado en un claro 4-4-2. Impecable defensa en l¨ªnea, y un mediocampo que, desde luego, mandaba por las bandas y en el que ten¨ªa en el centro la enorme categor¨ªa de Hoddle y Robson.
La salida fue impresionante. Aquello empez¨® a oler a chamusquina desde muy pronto, porque Inglaterra presionaba a Espa?a frente a su propia ¨¢rea, no la dejaba salir y la desconcertaba. A los cinco minutos Zubizarreta era el mejor jugador espa?ol. Pero pasados algunos minutos Michel y V¨ªctor consiguieron, mal que bien, sacar al equipo del atolladero e incluso se produjo el espejismo del gol de Butrague?o. Para cuando lo consigui¨® Espa?a no hab¨ªa hecho m¨¦ritos sino para ir perdiendo ya.
Curiosamente, a ra¨ªz de sacudirse el pressing Espa?a tuvo m¨¢s problemas atr¨¢s porque su defensa, mala, descolocada y escasa, parec¨ªa menos vulnerable cuando se concentraban muchos hombres de uno y otro equipo frente al ¨¢rea que cuando ten¨ªa que cubrir un gran espacio con sus tres hombres Inglaterra empez¨® a llegar con facilidad. Casi constantemente se abri¨® un bache entre la media espa?ola y su defensa y por ah¨ª se mov¨ªan bien Beardsley y Hoddle, sobre todo. No fue raro que Lineker marcara pronto dos tantos.
El segundo tiempo empez¨® de la misma manera, sin cambios en ninguno de los dos equipos y con la misma colocaci¨®n. Lineker aprovech¨® para meter otros dos goles. Tanto daba que le cogiera Arteche como que lo hiciera Camacho. Se iba igual.
A partir de ah¨ª cay¨® el partido. Espa?a hizo muchos cambios e Inglaterra juzg¨® que ya ten¨ªa bastante con sus cuatro goles, aunque Lineker estuvo a punto de marcar el quinto en una fulgurante escapada. Espa?a apret¨® los dientes y se fue adelante con la intenci¨®n de paliar en lo posible lo que tomaba camino de convertirse en una goleada hist¨®rica, y con coraje final y el descanso ingl¨¦s, lo consigui¨®.
En cualquier caso, el equipo que jug¨® a partir de los cambios parec¨ªa mejor que el de salida, o, por as¨ª decirlo, algo menos absurdo y consigui¨®, gracias a su verg¨¹enza torera, marcar un gol cerca del final para dulcificar levemente la boleada. Para el palmares de los Espa?a-Inglaterra queda esta derrota en campo propio. Mu?oz hizo, cosa inusual en ¨¦l, un experimento demasiado arriesgado. Para experimentar defensas ten¨ªa en el banquillo a Sanch¨ªs y Andrin¨²a, dos jugadores que est¨¢n llamado a la puerta de la selecci¨®n.
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