Una traves¨ªa hacia el sur de un L¨ªbano dividido
Los cristianos viajan por mar desde Beirut oriental por temor a no llegar a su destino
Los dos milicianos falangistas no se separan de la ametralladora de popa que apunta hacia la costa, lista para repeler cualquier ataque del Beirut musulm¨¢n durante las primeras millas de la traves¨ªa. Son las cinco de la madrugada y acaba de comenzar, desde un muelle en el sector cristiano de la capital libanesa, una de las singladuras semanales hacia Nakura, en territorio ocupado por Israel, bajo control de su aliado, el Ej¨¦rcito del Sur de L¨ªbano (ESL).
Desde horas antes, unas 40 personas esperan con sus abultados y pobres equipajes listos para embarcar, previo registro de las milicias cristianas, las fuerzas que controlan el puerto y todo su tr¨¢fico de mercanc¨ªas y pasajeros. El ruido del motor diesel es r¨ªtmico y ensordecedor en el interior del cobertizo de acero y pl¨¢stico laminado en la cubierta del Gray,Wing (Ala Gris), donde las ¨²nicas luces son las brasas de los cigarros del pu?ado de pasajeros que se amontona en dos ¨²nicas filas de asientos.Todos ellos son cristianos, gente humilde que aprovecha el ¨²nico medio a su alcance para pasar unos d¨ªas con sus familiares en sus pueblos del sur de L¨ªbano, de donde fueron desplazados en alguna de las guerras confesionales que caracterizan la historia de este atormentado pa¨ªs.
El¨ªas, de unos 35 a?os, es camarero en un bar de Nakura y regresa a su trabajo tras un descanso m¨ªnimo con su mujer y dos hijos en Beirut Este, lugar en el que asegura es dif¨ªcil vivir porque el trabajo est¨¢ mal pagado debido la gran cantidad de gente refugiada que se ofrece s¨®lo por la comida y la cama.
Varios rifles entre el equipaje pertenecen a j¨®venes milicianos, y tambi¨¦n hay peque?os comerciantes que apilan su variada mercanc¨ªa, desde medias hasta transistores, en grandes cajas de cart¨®n utilizadas como lugar de reposo durante las cinco horas y media de viaje.
El Gray Wing es un destartalado bote, antes dedicado a la pesca, de unos 15 metros de largo por cuatro de ancho, de color gris, con decenas de capas de pintura y en el que se han montado dos vetustas ametralladoras y la cabina de pl¨¢stico y acero para el pasaje.
La ruta alternativa -unas dos horas por carretera- est¨¢ fuera de las posibilidades de los pasajeros del Gray Wing, al no tener los contactos necesarios que impidan su desaparici¨®n en ¨¢lguno de los numerosos controles de los territorios a atravesar en Poder de milicias musulmanas.
Pocos pasajeros tienen ¨¢nimo suficiente para detenerse a mirar a lo lejos las luces del sector oeste, musulm¨¢n, de Beirut u otras ciudades conio Sid¨®n y Tiro, donde saben que les es imposible residir, pues en el dividido L¨ªbano hoy es la confesi¨®n religiosa y no el pasaporte nacional lo que une a las diferentes facciones.
Varios agujeros de bala en las ventanas dejan patente la posibilidad de que se produzcan incidentes m¨¢s desagradables que las, habituales. y h¨¢y repentinas carreras hacia la borda, en cubierta, para arrojar y aliviar el mareo.
George, de 20 a?os reci¨¦n cumplidos, regresa a su destino en el Ej¨¦rcito del Sur de L¨ªbano, y al pasar frente a Sid¨®n se?ala hacia la costa y -recuerda una gran estatua de la Virgen en la aldea de Magduse, de donde fueron expulsados los cristianos por los lestinos.
?stos, a su vez, se retiraron con la invasi¨®n israel¨ª y llegaron los shifes, quienes nuevamente volvieron a perder la aldea hace unos meses frente a los palestinos en la llamada guerra de los campamentos. "Es la guerra e historia continua de L¨ªbano", dice George.
Los ¨²ltimos minutos
En los ¨²ltimos minutos de la traves¨ªa, antes de llegar a Nakura, una patrullera r¨¢pida se acerca al costado del Gray Wing con sus ametralladoras apuntando ostentosamente hacia cubierta. S¨®lo sus grandes n¨²meros negros sobre el fondo gris del casco hacen adivinar su identidad.El puerto de llegada tambi¨¦n es territorio liban¨¦s y ondea la bandera del pa¨ªs con el cedro sobre las franjas blanca y roja, pero es s¨®lo una apariencia de gobierno, pues es la zona ocupada por Israel que autodenominan cintur¨®n de seguridad. All¨ª los soldados del Ej¨¦rcito del Sur de L¨ªbano que reciben a los pasajeros llevan fusiles ametralladores Uzi, y en los bolsillos de las guerreras del uniforme est¨¢n bordados claramente caracteres hebreos.
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