La Alianza gana un esca?o a los laboristas brit¨¢nicos y refuerza su papel de ¨¢rbitro

La Alianza de liberales y socialdem¨®cratas brit¨¢nicos demostr¨® ayer que puede convertirse en el ¨¢rbitro de la situaci¨®n en unas elecciones generales sin claros vencedores al arrebatar un esca?o parlamentario vital para los laboristas por una mayor¨ªa abrumadora y relegar a los conservadores a un humillante tercer puesto en una elecci¨®n parcial al sureste de Londres. Su candidata, Rosie Barnes, una sonriente y eficaz analista de mercado de 40 a?os, madre de tres hijos, logr¨® una espectacular victoria en la elecci¨®n parcial en Greenwich el jueves, por muerte de su anterior diputado, el laborista Guy Barnett.

Las cifras hablan por s¨ª solas. Barnes bati¨® a su inmediata seguidora, la laborista Dreide Wood, por m¨¢s de 6.000 votos, y al candidato conservador, John Antcliffe, por cerca de 15.000. En cuanto al voto popular, la Alianza consigui¨® el 53%; los laboristas, el 33,8%, y los conservadores, el 11,16%.El m¨¦rito de la rubia candidata de la Alianza es mayor si se considera que, a principio de enero, las encuestas le daban s¨®lo un 15% de los votos. Gracias al trabajo de Barnes, la distancia se fue acortando, terminando con una ventaja laborista de s¨®lo cuatro puntos.

El resultado ha sido demoledor para el Partido Laborista que, desde las elecciones de 1945 que dieron la victoria a su entonces l¨ªder, Clement Atlee, hab¨ªa conseguido mantener el esca?o en sus manos. La derrota es doblemente amarga, dada la afiliaci¨®n de Barnes al Partido Socialdem¨®crata (SDP), fundado en 1981 por personalidades moderadas del laborismo que se separaron del Labour Party por entender que se hab¨ªa inclinado demasiado hacia la izquierda.

Los comentaristas pol¨ªticos recuerdan que el laborismo s¨®lo hab¨ªa perdido hasta ahora siete elecciones parciales, en las 307 convocadas con el partido en la oposici¨®n, desde finales de la II Guerra Mundial. Greenwich se ha convertido en la octava derrota, un resultado que no presagia una buena actuaci¨®n laborista en la pr¨®xima confrontaci¨®n general.

Con la mayor¨ªa actual de 136 diputados que tienen los conservadores en los Comunes, los laboristas no tienen m¨¢s remedio que conseguir un m¨ªnimo de 118 esca?os para sumar a sus actuales 208 diputados si quieren conseguir la mayor¨ªa absoluta. Derrotas como las de Greenwich convierten esa posibilidad en cada vez m¨¢s remota.

Los comentaristas pol¨ªticos est¨¢n de acuerdo, al analizar los resultados de la elecci¨®n parcial, en achacar la derrota de los laboristas a dos factores principales: el traspaso del voto conservador a la Alianza para -impedir la elecci¨®n de la candidata laborista y las caracter¨ªsticas de esa candidata.

A pesar de sus repetidas negativas de que ella no pertenec¨ªa a ninguna fracci¨®n dentro del laborismo, pocos dudan de que la identificaci¨®n de Wood con la izquierda dura le ha costado al partido la elecci¨®n.

Neil Kinnock, el l¨ªder del socialismo brit¨¢nico, lleva desde 1983 librando una dura batalla en sus propias filas para promocionar una imagen moderada del partido. La selecci¨®n por la secci¨®n local de Greenwich de Wood no fue bien recibida por Kinnock, que hubiera preferido un aspirante m¨¢s moderado en la l¨ªnea del fallecido diputado Guy Barnett. Sin embargo, no se atrevi¨® a imponer un nuevo candidato desde la ejecutiva nacional para evitar las acusaciones de falta de democracia interna.

La humillaci¨®n registrada por los conservadores, que s¨®lo han conseguido cosechar 3.000 votos, denota un desencanto con lo que amplios sectores califican de pol¨ªtica poco sensible del Gobierno conservador y de la primera ministra, Margaret Thatcher.

El resumen, de la votaci¨®n est¨¢ en una gr¨¢fica descripci¨®n de Rosie Barnes, para quien "la hora vuelve a pasar por el meridiano de Greenwich".