Dios
Mosc¨² y el Vaticano parecen dispuestos a negociar la muerte de Dios. El deicidio ser¨ªa en Leningrado, seg¨²n Juan Arias. De momento, s¨®lo es una hip¨®tesis de trabajo, pero tenemos noticias anteriores, obviado Nietzsche, naturalmente, que se ha quedado tan teol¨®gico como Santo Tom¨¢s. Guido Morselli, muerto en el 73, dej¨® escrito Roma sin Papa, delgada s¨¢tira sobre la Iglesia del 2000, que ahora publica Herralde/ Anagrama. Como es sabido, la naturaleza imita a Herralde; en el libro de Morselli hay un Concordato Mosc¨²/Vaticano, conocido como "la bomba blanca". Bueno, pues ya est¨¢, ya lo tienen aqu¨ª. Frente a Estados Unidos, naturalmente, en el libro y en la vida. Rusia es mucho m¨¢s m¨ªstica que USA, y los "usacos" (Yd¨ªgoras) son quienes han matado a Dios con una m¨¢quina de picar hamburguesas McDonald's. Desde Nietzsche, s¨ª, Dios es una hip¨®tesis de trabajo, pero la muerte de Dios tambi¨¦n. A Dios lo matamos todos los d¨ªas o de su muerte comemos. Juan Pablo II pide prudencia en las sentencias de nulidad matrimonial. Avisa del abuso de los motivos psicol¨®gicos, o sea, la famosa "incapacidad ps¨ªquica", que suele recaer en la esposa y que es una manera jurislegal de llamarla tonta, como le ha pasado hace poco a la ex de don Alfonso de Borb¨®n, nada tonta por cierto, y sin embargo nieta de Franco. En La Rota tiene lugar la muerte de Dios todos los d¨ªas, cada vez que se anula un matrimonio al precio de la libertad, que no tiene precio, o sea, much¨ªsima pela. Dios muere en las m¨¢quinas tragaperras, seg¨²n monse?or Suqu¨ªa, donde perdemos un dinero que debiera ser para los pobres. El Episcopado espa?ol registra "desinter¨¦s por lo fundamental y curiosidad por lo anecd¨®tico". ?Acaso no son la Biblia y el Evangelio libros de an¨¦cdotas, fascinantes por lo narrativos, con t¨ªas buen¨ªsimas que se vuelven de sal y meretrices que ungen los pies al Cristo? La Iglesia de hoy, cuya muerte profetiza Morselli, debiera ser m¨¢s distra¨ªda, m¨¢s espectacular, algo as¨ª como m¨¢s veneciana, seg¨²n hemos insinuado aqu¨ª repetidamente, muy en la escuela/Lefebvre. Pero nuestros obispos parecen p¨¢rrocos ped¨¢neos con boina. Dice Juan XXV, el Papa de Morselli: "Dios no es cura". Camus lo hab¨ªa dicho a?os antes: "Si existiese Dios, no ser¨ªan necesarios los curas". Por el otro lado, por el lado del legendario e ic¨®nico misticismo ruso y tolstoiano, tambi¨¦n se produce la ruptura y la muerte de Dios. (Trapiello acaba de leer Ana Karenina y dice que no ha aprendido nada: yo tampoco). Ruptura y muerte de Dios que se consuma en Maya Plisetskaya, corza/garza, primera bailarina del Bolshoi, que se queda a trabajar en Madrid. ?Rompe con la m¨ªstica de Tolstoi, con la de Lenin, con la de Stalin? Rompe, en fin, con la m¨ªstica rusa y deja de ser el reh¨¦n de sus ?conos. Dios ha muerto en el Gulag. "Lo ideal para m¨ª es que en un bailar¨ªn todo sea talento". Rompe con la m¨ªstica sovi¨¦tica de la disciplina. Pero vengamos a lo de ahora, que dijo el cl¨¢sico: Comisiones Obreras y UGT ya son lo mismo, seg¨²n Solchaga. Quiere decirse que los grandes sindicatos reniegan de sus dioses respectivos y enfrentados. Mi ¨²nica experiencia sobrenatural fue cuando el gran Jim¨¦nez D¨ªaz me hizo imposici¨®n de manos en la Concepci¨®n, que ahora se la quieren llevar a Alcal¨¢, contra todo sentido. "Con Fraga nos mor¨ªamos poco a poco", dicen los patriotas sueltos. AP ha vivido en Fraga la muerte de Dios. Dios ha muerto en el XXI con la conferencia de un "herribatasuna". Dios muere en Moratalaz con el ciclo de Concepci¨®n Aparicio, "Poetas y fornicio". Dios vive en Aurora Bautista: "La fe nos ayuda a no abandoar la lucha".
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