El socialista Craxi dimite como jefe del Gobierno m¨¢s duradero de la historia de la Rep¨²blica Italiana
El socialista Bettino Craxi present¨® ayer ante el Senado su dimisi¨®n como primer ministro, tras 1.300 d¨ªas de Gobierno, el m¨¢s duradero de la historia republicana de Italia. Lo hizo con un discurso muy duro, en el que realiz¨® un verdadero canto a un pa¨ªs que deja cuajado de r¨¦cords positivos. ?Por qu¨¦ dimite entonces? "Se trata de una decisi¨®n", dijo Craxi, "que se deriva del reciente agravamiento de las dificultades pol¨ªticas", las cuales han creado una atm¨®sfera "irrespirable y nociva para todos". Sobre el ultim¨¢tum de la Democracia Cristiana, que pidi¨® una clarificaci¨®n entre los cinco el partidos del Gobierno, Craxi afirm¨® que tal exigencia "es exactamente lo contrario al esp¨ªritu de colaboraci¨®n y de cohesi¨®n necesar¨ªas para la vida de una coalici¨®n".
El discurso de Craxi fue precedido por una reuni¨®n rel¨¢mpago del Consejo de Ministros en Palazzo Chigi y por una ronda de intervenciones, ya en la C¨¢mara baja, de los representantes de la oposici¨®n comunista, radical, misina (de extrema derecha) y de la izquierda independiente. Todos elIos pidieron en vano al presidente del Senado, Amintore Fanfani, que no se permitiese a Craxi presentar su dimisi¨®n sin que antes pudiera discutir el Senado sobre la situaci¨®n politica cue se hab¨ªa creado. "Un anuncio de crisis sin debate, dijo el re presentante comunista, es una comedia intolerable que humilla al Senado". El portavoz del Movimiento Social Italiano afirm¨® que se trataba de "un golpe de mano" y de la expresi¨®n de la voIuntad clara por parte socialista de "ir a elecciones anticipadas".Los radicales, como protesta por no haberse permitido el de bate, abandonaron la C¨¢mara antes de que Craxi pronunciase su discurso. Fanfani justific¨® su decisi¨®n en la necesidad de aguardar a la decisi¨®n del presi (lente de la Rep¨²blica, el demo cristiano Francesco Cossiga, tras la dimisi¨®n de Craxi, ya que, en teor¨ªa, pod¨ªa rechazar a¨²n la diinisi¨®n del primer ministro y hacer que se sometiera al voto en el Parlamento.
La decisi¨®n del presidente
Sin embargo, Cossiga acept¨® ayer mismo la dimisi¨®n de Craxi y anunci¨® que las consultas con los l¨ªderes partidiarios comenzar¨¢n ma?ana. Abrir¨¢n la ronda el ex presidente Sandro Pertini y los senadores vitalicios Giuseppe Saragt y Sergio Leone. A continuaci¨®n, los presidentes del Senado, Amintore Fanfani, y de la C¨¢mara de Diputados, Nilde lotti. Finalmente, las delegaciones de los diversos partidos. Las consultas pueden ser breves, y tal vez el mismo viernes el presidente d¨¦ a conocer su elecci¨®n, que probablemente recaer¨¢ en el actual titular de Exteriores, el democristiano Giulio Andreotti.
La sesi¨®n del Senado, por voluntad de Craxi, fue retransmitida en directo por televisi¨®n. El l¨ªder socialista present¨® a los senadores y a los millones de telespectadores una Italia a la que hoy, dijo, "admira y envidia medio mundo".
El primer ministro explic¨® que su decisi¨®n de dimitir no se debe a "errores de los que el Gobierno debe rendir cuentas", ni tampoco a "un enfrentamiento insano en el seno del Gabinete".
Craxi puso de relieve que, mientras la Prensa internacional habla hoy, como nunca lo hizo, de forma favorable sobre el "estado de salud de Italia", este hecho es discutido radicalmente "en casa".
Los datos indican, dijo Craxi, que el nivel de desarrollo italiano ,les mayor que la media de los pa¨ªses europeos", que Italia "es el segundo pa¨ªs en el mundo en cuanto a calidad de vida" y que "aliados y amigos se prodigan en alabanzas por el modo en el que el fen¨®meno terrorista ha sido afrontado y resuelto".
"No es casual", dijo, "que la conflictividad social en estos a?os no haya conocido asperezas ni excesos". "Ha crecido" a?adi¨®, "la imagen de Italia en el mundo, y existe un made in Italy que se est¨¢ afirmando en el mundo cada vez con mayor fuerza, y ha aumentado el prestigio de Ita lia por su fuerte y nuevo sentido de independencia y de lealtad en sus aliados". "Ha llegado la hora", dijo el primer ministro dimisionario, "de llevar a cabo va lientes reformas constitucionales en el siglo de la modernidad, de la exigencia y de la transparencia dignas de la quinta potencia industrial del mundo".
Todo esto lo fue diciendo Craxi con aplomo, casi recitando, pero con la mente y el coraz¨®n puestos m¨¢s en los millones de telespectadores que en los miembros del Senado, que no le aplaudieron y que, a veces, le interrumpieron con gritos de desaprobaci¨®n, o le segu¨ªan con sonrisitas y comentarios al o¨ªdo visiblemente ir¨®nicos.
"Me voy", dijo Craxi, "con absoluta serenidad y con la convieci¨®n de que tal decisi¨®n podr¨¢ servir para que pueda renacer esa claridad que todos invocan hoy".
Que Bettino Craxi hablaba pensando en elecciones anticipadas inevitables qued¨® claro cuando dijo al final de su discurso que, por lo que se refiere a las grandes cuestiones a¨²n abiertas, si no se llega a un acuerdo entre las fuerzas pol¨ªticas, "deberc¨¢n decidir sobre ellas los ciudadanos, seg¨²n lo prev¨¦n las leyes de la Rep¨²blica".
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