Gripados

Los aficionados al rock dur¨ªsimo, que asistieron al doble recital de Muro y de Motorhead, no se decepcionaron por el p¨¦simo sonido ofrecido y llenaron un poco m¨¢s de la mitad del recinto deportivo.El cuarteto nacional Muro present¨® su ¨¢lbum Acero y sangre, t¨ªtulo violento muy apropiado para un desconcierto agresivo -esto es realmente lo m¨¢s atractivo- de textos ininteligibles, voces imperceptibles y ruido machac¨®n persistente.

Lemmy y su banda, una vez m¨¢s renovada, que recuperaba uno de sus primeros bater¨ªas, entienden que la m¨²sica que cultivan es rock and roll sin limitaci¨®n alguna de desahogo o desenfreno a base de decibelios, y cuantos m¨¢s mejor, que este p¨²blico as¨ª lo pide.

La voz agonizante de Lemmy, coordinada siempre con el bajo-protagonista, apenas se apreci¨®, ocultada por el estruendo dominante de guitarras y bater¨ªa aporreadas. Los solos del guitarrista Phil Campbell fueron lo m¨¢s musical y sugerente de la actuaci¨®n.

Lemmy ha demostrado ser un gran estilista, pero, en vivo, parece haber degenerado hacia la ca?a sin m¨¢s, la postura c¨®moda, que ¨²nicamente puede complacer a degustadores de vatios.

Los temas de sus discos sonaron deteriorados. En el primer bis, el cantante brit¨¢nico anim¨® a los presentes a sentirse libres e interpret¨® Boys are free. Los acoples y el sonido tremendo se repitieron hasta el final. El heavy no tiene por qu¨¦ perecer mientras surjan por ¨¦l creadores inolvidables, como Phil Lynott, bajista y duro como Lemmy.