Ros Marb¨¢ y Claire Powell, triunfadores en 'Orfeo'
Subi¨® al escenario de la Zarzuela Orfeo y Eur¨ªdice, con la que Gluck intent¨® su renovaci¨®n oper¨ªstica siglo y medio despu¨¦s de la fabulosa creaci¨®n de Monteverdi sobre el mismo tema. La Europa del dieciocho era bien distinta a la del gran Claudio y el esfuerzo del caballero Gluck hubo de ser, antes que de creaci¨®n, de purificaci¨®n. El triunfo asombroso de Gluck, lo que dot¨® a su Orfeo de permanencia en la historia, no fueron sus teor¨ªas sino sus consecuciones pr¨¢cticasa, su belleza tersa y sencilla, su emoci¨®n intensa.La evoluci¨®n de Gluck es tan aut¨¦ntica que en el mismo momento en que se quiebra la l¨ªnea de continuidad para dar entrada a un minueto, recortar la hermosa melod¨ªa de la flauta o ce?irse a ciertas convenciones en la maravillosa y c¨¦lebre aria, la ¨®pera se difumina un tanto como reforma que apuntaba hacia el drama musical, lo que tanto entusiasmo a Ricardo Wagner.
Orfeo y Eur¨ªdice
Teatro L¨ªrico Nacional de la Zarzuela. Orfeo y Eur¨ªdice, de Calzabigi y Gluck. Int¨¦rpretes: C. Powell, J. Blegen, P. P¨¦rez I?igo. Solistas del ballet: S. de la Quinta, M. Cabrera y D. Alonso. Escenarios: Lorenzo Patt; figurines: Marck Nohan; coreograf¨ªa: Dieter Amiman. Direcci¨®n coro: Romano Gandolfi. Director esc¨¦nico: Mario Corradi. Direcci¨®n musical: Antonio Ros Marb¨¢. Teatro de la Zarzuela, 6 de marzo.
El montaje de Mario Corradi practica una l¨ªnea culturalista en la que se combinan las visiones renacentista, y hasta la maquinaria, de Leonardo da Vinci y neoclasicista, en una interesante manipulaci¨®n de los tiempos y los gustos que quiz¨¢ habita en el fondo de la, misma partitura de Gluck hecha sustancia teatral.
Tuvimos un espl¨¦ndido Orfeo en la mezzo brit¨¢nica Claire Powell; su voz es grande, oscura y hermosa; sus acentos, de grave y flexible dramaticidad, asumen un pathos que, todav¨ªa, queda distante del futuro rom¨¢ntico.
El otro h¨¦roe de la jornada fue el director, Antonio Ros Marb¨¢: hizo verdaderos milagros al transformar la orquesta titular de la Zarzuela en el grande y refinado personaje de la tragedia gluckista, ce?ido al estilo cant¨¢bile, dotado de enorme ag¨¢lidad en los paisajes textuales y coreogr¨¢ficos y recluida, a veces, en un intenso sentimiento "de c¨¢mara".
Para la Powell y para Ros Marb¨¢ sonaron los m¨¢s largos y entusiastas aplausos de la noche, si bien los merecieron justamente la soprano norteamericana Judith Blegen, una emotiva Eur¨ªdice, y la espa?ola P¨¦rez I?igo, justa y dominadora en el Amor. Magn¨ªfico el coro preparado por Romano Gandolfi.
Babelia
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