"Europa debe ser activa frente al proteccionismo norteamericano y de Jap¨®n"
Pregunta. Se?or presidente, en el momento actual, ?c¨®mo contempla usted las relaciones bilaterales entre Francia y Espa?a?Respuesta. Con optimismo. Nuestras relaciones son buenas, sobre todo desde que se arreglaron los dos contenciosos principales: por una parte, el terrorismo en territorio espa?ol vinculado al problema vasco, y por otra, la ampliaci¨®n de la Comunidad Europea a Espa?a. Yo personalmente me he podido ocupar de estas dos cuestiones: comenzar a arreglarlas en lo que se refiere al terrorismo (como sabe, un cierto n¨²mero de personas perseguidas por la justicia espa?ola han sido extraditadas a Espa?a desde 1984); y tambi¨¦n poner t¨¦rmino a los problemas de la ampliaci¨®n de la Comunidad, puesto que esta se produjo finalmente el 1 de enero de 1986 como consecuencia de lo que hab¨ªa sido decidido bajo mi presidencia en Fontainebleau. [Se refiere a la 'cumbre' comunitaria habida en dicha localidad francesa el 25 y 26 de junio de 1984]. Una vez arreglados estos dos litigios que dificultaban las relaciones entre Francia y Espa?a, ¨¦stas mejoran cada d¨ªa.
Terrorismo
P. ?Cree que la elecci¨®n de un presidente socialista al frente del Gobierno en Espa?a ha sido importante a este respecto?
R. No quiero mezclarme en los problemas de pol¨ªtica interior espa?ola. Ten¨ªamos ya buenas relaciones con el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo; despu¨¦s, naturalmente, mis relaciones personales, muy amistosas y de confianza, con Felipe Gonz¨¢lez, han facilitado a¨²n m¨¢s la puesta en practica de estas iniciativas. Por ¨²ltimo, el Rey ha ejercido una influencia beneficiosa, que yo le agradezco.
P. As¨ª pues, ?cree que la cooperaci¨®n en la lucha contra el terrorismo ha sido importante? ?C¨®mo enfoca usted este tema de la cooperaci¨®n internacional en esa materia concreta?
R. Como el terrorismo es internacional, es normal que se le d¨¦ una respuesta internacional.
P. ?Y cree que los Gobiernos europeos act¨²an suficientemente en dicho campo?
R. Ya hay muchas reuniones de trabajo entre los servicios especializados de la polic¨ªa, intercambios de informaci¨®n y de datos entre los ministros de Interior y de Seguridad. Creo que se hace mucho. Ha habido grandes progresos, y todo lo que se haga en este sentido ser¨¢ bueno.
P. Despu¨¦s de su primera visita oficial a Espa?a, mi pa¨ªs ha definido su presencia en la OTAN. ?Cual es su opini¨®n respecto al papel de Espa?a en la OTAN y la defensa europea?
R. Francia forma parte de la OTAN con un estatuto particular, ya que no pertenece al mando integrado. [Francia no est¨¢ presente en el Comit¨¦ Militar de la Otan, al que s¨ª pertenece el Gobierno espa?ol] Yo puedo hablar por Francia, pero no me puedo permitir hacerlo por Espa?a. Su pueblo ha sido consultado en refer¨¦ndum y ha decidido. Ustedes tienen un Gobierno que tiene la responsabilidad de la gesti¨®n y no quiero parecer que peso sobre sus decisiones. Me alegro de la presencia de Espa?a a nuestro lado.
P. El presidente Gonz¨¢lez ha anunciado recientemente la firma por Espa?a del Tratado de no Proliferaci¨®n Nuclear. ?Qu¨¦ piensa al respecto? ?Es bueno para la Alianza?
R. Es un problema muy dificil. Francia dispone del arma nuclear y debe, por tanto, hablar con mucha prudencia del derecho de los otros pa¨ªses. Pero la no proliferaci¨®n es en s¨ª misma una cosa necesaria.
P. ?Y qu¨¦ puede decir sobre la defensa nuclear y convencional en Europa tras las conversaciones de Reykiavik y los nuevos acontecimientos de la pol¨ªtica internacional?
R. Aprobamos cualquier iniciativa que permita alcanzar una reducci¨®n equilibrada de los armamentos nucleares y de los convencionales. Somos absolutamente favorables a que las dos grandes potencias prosigan este debate. Si Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica llegan -ya lo han discutido en Reykiavik- a una reducci¨®n al 50%, por ejemplo, de sus armamentos nucleares estrat¨¦gicos, esa ser¨ªa una excelente noticia para el mundo. Un acuerdo sobre las armas norteamericanas y sovi¨¦ticas de mediano alcance -la opci¨®n cero-, si cumple determinadas condiciones, y en primer lugar un control serio, es una direcci¨®n en la cual los negociadores tendr¨ªan razones para comprometerse. [La entrevista se celebr¨® d¨ªas antes de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica hiciera su oferta de desarme nuclear en Europa cara a las conversaciones de Ginebra]
Europa
P. ?La era Gorbachov en Mosc¨² es el momento para hacer acuerdos? ?Cree que la evoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica es positiva?
R. S¨ª, lo pienso as¨ª.
P. Piensa usted que para hacer la otra Europa, como dijo en Londres en el mes de enero, para integrar la Europa de los pa¨ªses comunistas...
R. No se trata de integrar estos pa¨ªses en la Europa comunitaria, sino de que la Europa comunitaria est¨¦ abierta a relaciones de todo tipo con los otros pa¨ªses europeos. Ser¨¢ un trabajo que precisa largo aliento. Hay que seguir abierto, porque Europa es Europa tanto de un lado como del otro. Se dan en ella con frecuencia los mismos datos culturales y la misma historia. La l¨ªnea de partici¨®n de Teher¨¢n y Yalta es algo artificial. Pero, por supuesto, har¨¢ falta tiempo, ya que se trata de dos mundos ideol¨®gicos, econ¨®mica, social y pol¨ªticamente diferentes y que pertenecen a dos alianzas militares tambi¨¦n diferentes.
P. ?Estima que en este momento hay en la Europa del Este un cambio de ideolog¨ªa o de pol¨ªtica que puede facilitar las cosas?
R. Ideol¨®gicamente nada lo indica. En la pr¨¢ctica, se puede observar en algunos de estos pa¨ªses una evoluci¨®n, esto es verdad. Pienso que este cambio llegar¨¢ un d¨ªa, pero ser¨ªa imprudente creer que sobrevendr¨¢ antes del fin del siglo.
P. Se?or presidente: en la pol¨ªtica exterior de Francia y de Europa hay puntos que podr¨ªamos llamar calientes para el inter¨¦s de Espa?a (por ejemplo, los problemas del norte de Africa). ?C¨®mo cree que Francia puede actuar en el Mediterr¨¢neo y c¨®mo puede esto influenciar la pol¨ªtica espa?ola?
R. Es una pregunta muy amplia. Existe una iniciativa italiana reciente, continuaci¨®n de otra francesa, para establecer un acuerdo entre los pa¨ªses de la Europa mediterr¨¢nea occidental, al cual se unir¨ªan otras naciones del Mediterr¨¢neo oriental, Yugoslavia o Egipto, las que no est¨¢n mezcladas en guerras. Se trata de una idea muy buena que permitir¨ªa, en particular a Espa?a y Francia, mantener relaciones m¨¢s activas en el Mediterr¨¢neo. En cuanto a ?frica del Norte, es un poco diferente. Francia es un pa¨ªs de gran tradici¨®n africana, como lo es Espa?a. Hablar entre nosotros, espa?oles y franceses, ser¨¢ siempre bueno para cambiar informaciones, acercar nuestros puntos de vista o desarrollar acciones comunes cada vez que sean deseadas por nuestros interlocutores africanos, que, hace falta insistir en ello, son pa¨ªses soberanos y, por tanto, los ¨²nicos responsables de sus propios destinos.
P. ?Hablar¨¢ de los problemas de Melilla con el presidente Gonz¨¢lez?
R. No, esto es un problema entre Espa?a y Marruecos.
P. ?No cree que la presencia de Francia, su influencia en el norte de ?frica, es importante para la opini¨®n del Gobierno espa?ol sobre este problema?
R. Pienso que s¨ª. Hay, desde luego, una interconexi¨®n entre dos pa¨ªses tan cercanos, Espa?a y Francia, que han tenido posiciones pol¨ªticas e hist¨®ricas en ?frica. Forzosamente se dan esas interconexiones, pero cada pa¨ªs es soberano.
P. Se?or presidente, si le puedo hacer una pregunta m¨¢s intelectual que pol¨ªtica, ?c¨®mo contempla el papel del socialismo en Europa?
R. Usted me pregunta como si yo siguiera siendo el responsable del movimiento socialista en Francia. Ejerzo en este instante otra funci¨®n, por ello soy muy reservado para abordar este tipo de problemas. Los socialistas son mis amigos y yo sigo fiel a mi elecci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica. Siempre hemos tenido buenas relaciones con los socialistas espa?oles, que celebraron su congreso constitutivo en Francia, en Suresnes, congreso al que yo asist¨ª. El socialismo, tal como lo veo, es la asociaci¨®n ¨ªntima del desarrollo, de la transformaci¨®n de las estructuras sociales y econ¨®micas, en el respeto escrupuloso de las libertades p¨²blicas.
P. Si se contempla la realidad en Italia, hasta ahora con un primer ministro socialista, en los pa¨ªses n¨®rdicos, y la propia experiencia francesa o espa?ola, podr¨ªa decirse que el poder cambia a los socialistas.
R. La experiencia cambia la pr¨¢ctica, pero no las perspectivas. Cuando se encuentra un obst¨¢culo, hace falta saber dejarle de lado, pero guardando la direcci¨®n.
P. As¨ª pues, ?cree que el socialismo tiene algo que hacer como ideolog¨ªa y como fuerza pol¨ªtica en el futuro"
R. Lo creo. Es una de las grandes opciones de la sociedad moderna.
P. Ha habido recientemente grandes manifestaciones de estudiantes en nuestros pa¨ªses. Como presidente, como hombre pol¨ªtico, como intelectual, ?qu¨¦ piensa de esta movilizaci¨®n de los j¨®venes?
R. La juventud necesita responsabilidades y se niega en el fondo a reconocer cualquier obst¨¢culo que se levante entre ella y el conocimiento, el saber. Entre los obst¨¢culos que rechaza est¨¢n el financiero o el social: es l¨®gico.
P. ?No puede ser que las instituciones y las estructuras pol¨ªticas de Europa, tal y como las conocemos, irritan a la juventud"
R. Los j¨®venes tienen una tendencia con frecuencia, libertar¨ªa y no simplemente liberal -liberal en el sentido pol¨ªtico de la palabra, no en el sentido econ¨®mico-. Aspiran a la responsabilidad: tienen toda la vida ante ellos. No pueden ser, la mayor¨ªa de ellos, sino muy favorables a la democracia vivida, verdaderamente vivida, no artificial. Me parece que esta es su. tendencia, por lo general.
P. Regresemos a las cuestiones de la construcci¨®n europea: se habla siempre del problema del sistema monetario, en particular para Espa?a.
R. Es un problema nuevo para su pa¨ªs, porque hace s¨®lo poco m¨¢s de un a?o que se adhiri¨® a la Comunidad. El sistema monetario europeo existe y es algo bueno y que deseo que se refuerce. Europa no existir¨ªa sin ¨¦l. A¨²n no se ha planteado el problema de la presencia de Espa?a en el mismo, que yo sepa. Que el Gobierno espa?ol decida lo que quiere: yo examinar¨¦ siempre con simpat¨ªa la presencia de Espa?a en las diferentes instituciones europeas. Y puesto que Europa est¨¢ formada por 12 pa¨ªses, cuanto m¨¢s asociados est¨¦n esos pa¨ªses en todos los terrenos, mejor ser¨¢.
P. Dada la actual situaci¨®n de la Administraci¨®n Reagan, ?cree que Europa tiene un papel diferente que desempe?ar?
R. Es necesario que Europa exista, que se defienda, que sea activa frente al proteccionismo norteamericano, y al de Jap¨®n. Europa es la primera potencia comercial del mundo, pero no saca de ello todo el provecho posible porque no tiene una voluntad pol¨ªtica suficientemente clara. Europa podr¨ªa estar en la primera fila de las tecnolog¨ªas mundiales. Tenemos programas de cooperaci¨®n ¨²tiles -Eureka, el programa marco de la comisi¨®n de las comunidades-, pero es algo todav¨ªa muy t¨ªmido. Europa ser¨ªa capaz de estar a la cabeza de la competici¨®n tecnol¨®gica si asociara m¨¢s sus esfuerzos. Tambi¨¦n para esto hace falta una voluntad pol¨ªtica com¨²n m¨¢s fuerte.
P. ?Como enfoca el papel de Francia en esta Europa?. ?Cu¨¢l ha de ser el papel de la lengua, de la historia y de la pol¨ªtica francesas?
R. Veo a Francia desempe?ando un gran rol. Todo parti¨® de la reconciliaci¨®n franco-alemana, que era el n¨²cleo indispensable para franquear la etapa siguiente. El acuerdo franco-alem¨¢n debe reforzarse, pero no debe sustituir a los otros pa¨ªses de Europa que tienen un id¨¦ntico derecho a participar en la construcci¨®n com¨²n. Por eso he intentado personalmente desarrollar m¨²ltiples relaciones bilaterales. Esta entrevista, por ejemplo, se produce con ocasi¨®n de la primera cumbre franco-espa?ola. Ya hemos celebrado cumbres franco-Italianas, tranco-alemanas, franco-brit¨¢nicas, para se?alar bien claramente que Europa no es una construcci¨®n dominada por un eje, sino algo en lo que participan 12 pa¨ªses. Francia est¨¢ en el coraz¨®n de esta Europa por su geograf¨ªa y siempre ha estado implicada en ella por su historia con el Reino Unido y Espa?a, es una de las m¨¢s antiguas naciones europeas establecidas alrededor de un Estado estructurado y organizado. As¨ª pues, Francia no tiene, como tampoco Espa?a, un derecho de anterioridad -no existe tal derecho-, pero s¨ª posee en cambio una considerable experiencia de la historia europea. Todo en nosotros es europeo. Por eso pienso que Francia no tiene por qu¨¦ temer a Europa. Existen todav¨ªa algunos sectores franceses que temen a Europa como si Francia pudiera perderse en ella. Yo creo que Francia puede proyectarse en Europa, crecer gracias a Europa. Y este razonamiento se aplica a todos los pa¨ªses miembros de la Comunidad. Cuidan de su patria, pero ven crecer su capacidad en el mundo. La Europa actual la forman aproximadamente 320 millones de habitantes, altamente evolucionados, due?os de t¨¦cnicas muy avanzadas, con una vieja civilizaci¨®n rural y con proyecciones intelectuales bastante excepcionales en cada uno de los pa¨ªses que la componen. Tiene, pues, todas las bazas para ser ella sola una potencia muy grande en el mundo e indispensable para el equilibrio mundial; pero le falta todav¨ªa la voluntad pol¨ªtica suficiente. Espa?a y Francia pueden y deben contribuir a que esta exista.
Relaciones bilaterales
P. ?Se siente optimista cara al futuro en este terreno?
R. S¨ª, pese a todo. He conocido muchas crisis en esta Europa. Todas esas crisis han sido superadas. Y es porque el porvenir est¨¢ all¨ª (en Europa), el destino est¨¢ all¨ª y nadie puede ignorar d¨®nde se encuentra nuestro inter¨¦s com¨²n.
P. Se?or presidente, espero que tenga un buen viaje a Espa?a...
R. Quiero a?adir mi saludo personal al pueblo espa?ol. Siempre he sido recibido por el Rey y por el primer ministro de manera muy cordial, agradable y positiva. Hace unos a?os nuestras relaciones eran dif¨ªciles, en particular con la Prensa, que hac¨ªa muchos reproches a Francia, algunas veces injustos. Se han hecho progresos: tanto mejor. Su pueblo es un gran pueblo y aprecio su amistad.
P. Este viaje es desde luego mucho m¨¢s f¨¢cil para usted y para el Gobierno espa?ol que otros anteriores.
R. Me acuerdo que hace alg¨²n tiempo fui a saludar al Rey y al primer ministro, al final de mi presidencia de Europa en 1984, para celebrar la ya segura ampliaci¨®n de la CE, y tuvimos entonces encuentros extremadamente simp¨¢ticos con los espa?oles. En la calle y en los palacios oficiales. Comprend¨ª que est¨¢bamos en un buen punto de partida, un buen trampol¨ªn.
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